Irina nació en Kaliningrado. Fue reclutada mediante chantaje y amenazas. El documental de la NTV titulado Call Agent se basa en su confesión.
El film revela los métodos de trabajo empleados por el Departamento de Seguridad del Estado de la República de Lituania. Primeramente, ellos querían que ella operara en el territorio de la Región de Kaliningrado, enclave ruso ubicado entre Lituania, Polonia y el Mar Báltico, pero entonces los planes cambiaron. Los agentes del servicio secreto lituano querían asignarle a Irina la tarea de reunir información que difamara a políticos lituanos, empresarios, periodistas y diplomáticos. Irina realizaba sus actividades bajo la dirección del ex cónsul lituano en Kaliningrado, Mindaugas Jaskevicius y el jefe del servicio de seguridad, Renatas Pyatkus, entre otros. Ambos figuran en la nómina de la CIA.
Existen otros informantes de la CIA entre las filas del Departamento de Seguridad del Estado de Lituania.
Han pasado años desde que Lituania se hizo independiente pero Washington aun alberga dudas en torno a la confiabilidad de la elite política del país. No está excluido que alguien esté secretamente trabajando para Moscú o para el dictador bielorruso Lukashenko. Y aunque ese no sea al caso, la información difamatoria sobre los políticos y los militares lituanos emanada desde la CIA y del Departamento de Seguridad del Estado lituano es a menudo utilizada por los norteamericanos para ejercer influencia sobre los círculos gobernantes de Lituania. Irina se refirió a las misiones que se le habían asignado, la tarea consistía en crear situaciones delicadas para difamar a ex presidentes y primeros ministros cercanos a la presidenta Dalia Grybauskaite como también a políticos y militares prometedores. Todo era copiado meticulosamente y luego transferido a los norteamericanos.
La cuestión de la carta blanca que se le concedió a la CIA en Lituania alcanzó por primera vez las páginas de la prensa a partir de las denuncias sobre las prisiones secretas de la CIA en territorio lituano. En vuelos especiales, la CIA traía a Lituania a aquellos detenidos sospechosos de estar afiliados a Al Kaida durante el lapso 2002-2006. Estos detenidos eran torturados por operativos de la CIA y del Departamento de Seguridad del Estado. Luego que las denuncias aparecieron en la prensa, las cárceles fueron cerradas y los detenidos fueron transferidos a Guantánamo.
Las autoridades lituanas bloquearon los esfuerzos de Amnistía Internacional para establecer la verdad bajo el pretexto de proteger los secretos nacionales del estado.
El Procurador General de la nación cerró el caso el año 2011. Eso era lo que deseaba la CIA residente en Vilnius para impedir la filtración de informaciones y la mención de cualquier nombre, especialmente de los agentes norteamericanos involucrados en la operación.
A partir de 1990 la inteligencia y la contrainteligencia lituana se forman bajo la tutoría de Estados Unidos. Casi todos los operativos lituanos han sido entrenados en centros norteamericanos. Lo mismo se aplica a todas las otras agencias del estado, ya sean de inteligencia militar, control de narcotráfico, etc. Se ha convertido en rutina en los servicios especiales norteamericanos emplear operativos lituanos en misiones riesgosas, especialmente en territorios de Rusia y Bielorrusia. Confesiones de agentes lituanos capturados en la región de Kaliningrado revelan que trabajaban para la CIA. Las consignas que claman por la democratizaci{on y la liberalización de docenas de organizaciones no gubernamentales, ongs con base en Lituania se utilizan para tratar de desestabilizar Bielorrusia. Actualmente, Lituania alberga una de las residencias más grandes de la CIA. Su domicilio es la Embajada de Estados Unidos, Akmeny, g. 6 Vilnius, Lituania LT-03106. En la región de Kaliningrado los esfuerzos se han concentrado en fomentar las corrientes separatistas y suministrar financiamiento a políticos locales que apoyan la idea de lograr una autonomía. Actualmente están quietos esperando el momento adecuado. De manera intermitente ellos agitan la idea de cambiar el nombre de Kaliningrado, idea que a primera vista parece inocua.
Las opciones mencionadas son siempre las mismas: Konisberg Krulevec y Karaliaucius.
El empresario Serguey Pasko, ex dirigente del Partido Republicano Báltico, abiertamente plantea que no podemos estar en Europa sin cambiar el nombre de la región. La organización perdió su condición oficial como partido político el 26 de marzo del 2003 debido a la nueva ley rusa que rige los partidos políticos, ley que requiere que cada partido político debe tener sucursales regionales por lo menos en la mitad de las constituyentes de la Federación de Rusia y por lo menos diez mil afiliados. Según Pasko, Kaliningrado está separado de Rusia y está situado en territorio de la Unión Europea, por lo tanto tiene que acatar las leyes de la Unión Europea.
El Partido Republicano Báltico recaba apoyo para el Euromaidan en Kiev. Tal como lo informa el portal del PRB, acciones de masas de ciudadanos activos y resueltos se lanzan a las calles en Ucrania. Luchan por el ingreso a la Unión Europea en el futuro y están listos para luchar por esto ya que ellos se sienten europeos y tienen esta noción en su autoestima. Los regionalistas de Prusia (¡!) expresan su solidaridad con todos los ucranianos que ya han tomado una decisión y no ceden ante la presión del Kremlin.
La nueva ley lituana que rige la inteligencia ha sido elaborada con la participación encubierta de la CIA y del Departamento de Estado de Estados Unidos. El Departamento de Seguridad del Estado de Lituania, en un despacho de prensa, sostiene que el documento entró en vigencia en el mes de enero del corriente. No dice una sola palabra acerca de la participación de Estados Unidos, solo elogia las extraordinarias características del documento el cual por vez primera define los deberes de la inteligencia y la manera cómo estos deben llevarse a cabo. Solo los jefes del servicio local de seguridad estatal operan abiertamente. Los agentes de base operan bajo la cobertura de empresas comerciales y otras organizaciones.
En el mes de octubre del 2012 el parlamento lituano (Seym) aprobó la ley que le da a los servicios secretos luz verde para someter a cualquier persona a vigilancia durante tres días sin orden judicial. Esta puede ser aplicada por el jefe de la institución policial o su segundo. De acuerdo con la ley sobre actividades delincuenciales, la vigilancia incluye inteligencia humana, allanamientos, intervención telefónica, emboscadas, entregas domiciliarias controladas y actuar de manera encubierta con el objeto de revelar infracciones a la ley. Tal como dicen los miembros de oposición en el parlamento, la ley no contempla garantías o prevención contra abusos. A pesar de las purgas o medidas de limpieza entre el personal que se llevan a efecto de tiempo en tiempo, la corrupción el chantaje, la extorsión y el uso de los fondos para propósitos privados, son todavía rasgos característicos de la vida en los servicios secretos lituanos. Esta es la base sobre la cual descansa la relación con la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos.
La embajadora de Estados Unidos, Deborah McCarthy, hace lo mejor que puede para garantizar las mejores condiciones para la CIA. El derrotero de su carrera demuestra que ella ha asumido las tareas más extraordinarias, demasiado como para que ella sea considerada una funcionaria pura del Departamento de Estado. Por ejemplo, ha sido consultora en operaciones anti narcotráfico y primera consultora en la lucha contra el terrorismo.
Gran parte de su biografía está clasificada. Durante el período del 2006 al 2008 McCarthy se desempeñó como coordinadora especial para asuntos relacionados con Venezuela, por lo tanto tuvo acceso a toda la información clasificada relacionada con este país. Durante 2008-2010 sirvió como Segundo Jefe de Misión en la embajada norteamericana en Atenas al tiempo en que la situación en Grecia empeoraba enormemente debido a la crisis económica y financiera. En esos días las oficinas norteamericanas estaban siendo amenazadas.
En torno a la embajada de Estados Unidos en Lituania, las actividades de inteligencia son dirigidas bajo la batuta del Segundo Jefe de Misión, Robert Silberstein, Encargado de Asuntos Públicos y de Joseph A. Hamilton, Encargado Consular. Las condiciones de trabajo son más bien cómodas excepto por casos en que por excesos cometidos por matones locales queda demostrado quién da las órdenes en Lituania a aquellos que han llegado para trabajar para la OTAN. La carga de las actividades operativas está en alza. Los servicios especiales de los estados bálticos asumen las misiones estratégicas, es decir, socavar la influencia geopolítica de Rusia en la región del Báltico y en Europa Oriental, fortalecer la posición de la Unión Europea y facilitar el proceso de desintegración del espacio pos-soviético con la ayuda de operaciones especiales dentro del marco del proyecto de la Sociedad Oriental.
Desde hace poco, la oficina lituana de la CIA tuvo que asumir la colaboración con las actividades de las organizaciones no gubernamentales en Ucrania las cuales apoyan las protestas y organizan acciones impactantes contra la interferencia de Rusia en los asuntos internos de Ucrania. La oficina también realiza actividades contra la propaganda rusa.
Un ejemplo de esto es el sincronizado apagón del canal de televisión NTV unos minutos antes que saliera al aire el documental Call Agent hacia los estados bálticos.
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