Después de la caída de la Unión Soviética, los oligarcas cantaron victoria universal y perenne, ya el capitalismo dominaba a toda la humanidad sin adversarios a la vista. Pero un país acabó con la fiesta de los dominadores. Cuba Socialista seguía allí, testaruda, rompiendo todos los pronósticos. La teoría burguesa decía que no debía existir, pero allí está, resistiendo “desde el fondo de una cueva”, allí se refugió la esperanza y la certeza socialista.
Cuba señala el camino de la esperanza, dice al mundo que el Socialismo es posible. Por eso las oligarquías la odian y le temen. Es ejemplo, toda Revolución después de Cuba Socialista tendrá que apoyarse en sus hombros. Veamos por qué.
En la historia de Cuba se recapitula la historia del pensamiento, de la filosofía, de la conciencia humana, en su relación con la práctica económica. Así, podemos considerar tres grande etapas:
Una, cuando a la economía y a la espiritualidad no se les consideraba relacionadas. Se postulaba que la economía tenía vida propia, que era regida por una deidad llamada “mano invisible.” Esta etapa corresponde al período capitalista en la Isla. La relación entre una economía basada en la competencia de unidades no sociales, estructurada sobre la propiedad nosocial, capitalista, de los medios de producción, genera necesariamente una conciencia egoísta, una sociedad donde se escenifica una “guerra de todos contra todos”. En Cuba podemos estudiar el capitalismo y sus consecuencias sobre la conciencia.
En la segunda etapa, la humanidad relaciona conciencia con existencia, economía con espiritualidad, y coloca como hegemónica la economía. Siendo así, cambios de propiedad en la economía producirían espontáneamente cambios en la conciencia. De esta manera, sería suficiente cambiar la propiedad de los medios de producción egoístas, capitalistas, por la propiedad de sectores de la sociedad, construyendo una economía de unidades productivas aisladas, con una relación entre sí con fuertes características capitalistas, donde lo importante es la producción, la ganancia, pero esta vez todo coordinado por el Estado. Esta fase es representada por la Unión Soviética, el “Socialismo real”, y en Cuba por la autogestión, también conocida como “Cálculo Económico”.
Hasta aquí había avanzado el pensamiento y la práctica económica de la humanidad.
Luego, en Cuba se aplica a medias el Sistema Presupuestario de Financiamiento. El Che Guevara lo inscribe en una lectura revolucionaria del Marxismo, él supo conseguir la esencia del pensamiento de Marx que se había extraviado en la URSS. El Che, en el célebre artículo “Sobre el Sistema Presupuestario de Financiamiento”, publicado en la Revista “Nuestra Industria Económica”, en febrero de 1964, cita a Marx como soporte fundamental al Sistema Presupuestario de Financiamiento. Veamos:
“La palabra conciencia es subrayada por considerarla básica en el planteamiento del problema; Marx pensaba en la liberación del hombre y veía (…) la solución de las contradicciones que produjeron su enajenación, pero como un acto consciente” (…) luego, la educación, la liquidación de las taras de la sociedad antigua en la conciencia de las gentes, es un factor de suma importancia, sin olvidar claro está, que sin avances paralelos en la producción no se puede llegar nunca a tal sociedad”.
El Sistema Presupuestario de Financiamiento es un enfoque que entrelaza la economía y la conciencia, y le da lugar preferencial a la conciencia. Es el salto más importante en la historia de la humanidad, significa su entrada en el reino de la libertad, el camino para que el humano se haga dueño de su destino y salga de la prehistoria del sometimiento a deidades económicas.
La Revolución Cubana da así el tercer paso en el pensamiento revolucionario. Entrelazaron la conciencia con la práctica, la espiritualidad con la realidad, y dieron papel rector a la conciencia. El hombre tomó por primera vez en su historia el control de su destino, marcó el rumbo para toda la humanidad.
Cuba define: los oligarcas hacen marchas contra ella, los revolucionarios la llevan en el corazón y en el pensamiento. El mejor homenaje, la mayor solidaridad con Cuba, es continuar la marcha al Socialismo, continuar el sendero de Chávez…. Ese es el compromiso histórico.
¡VIVA CUBA, VIVA FIDEL, VIVA CHÁVEZ, VIVA MADURO Y EL SOCIALISMO VERDADERO!