Dios los creó, el diablo los juntó, y, ¿la paz los separó?

No es conveniente meterse en problemas ajenos, pero, si esos problemas nos afectan en gran manera, no digo nos involucramos, levantamos nuestra voz y ejercemos nuestro derecho constitucional a la protesta pacífica. Me refiero al conflicto colombiano, que no solamente está circunscrito a la guerra civil que ha desangrado a ese país por más de medio siglo, sino también a problemas de narcotráfico, paramilitarismo, hampa común y ahora al contrabando de extracción.

Ya manifesté hace poco en mi artículo, ¡Amores que no mueren matan!, el semejante daño que este flagelo del contrabando de extracción, muchas veces con la anuencia de autoridades de cada lado, le hace al pueblo venezolano, aunado a los otros problemas mencionados. Tanto, que hasta han influenciado notablemente en nuestra cultura introduciendo prácticas antes nunca vistas, problemas, que a pesar del esfuerzo del estado venezolano, persisten por la poca atención del Estado colombiano.

Interesante lo que ha venido sucediendo en nuestra espinosita hermana.  Dios creó a este par de neogranadinos, Uribe y Santos, cada quien por su lado y como quisieron labraron su camino político. El diablo los junta al ser gobierno, gobierno que se convierte en el aliado más íntimo y servil en Latinoamérica del imperio norteamericano. Juntos tomaron decisiones que afectaron a la región como permitir más bases norteamericanas en su territorio, violar y bombardear territorio ecuatoriano y el plan de atacar militarmente a Venezuela, afirmado por el propio Uribe, que según él, no se consumó por falta de tiempo, apoyado por la quinta columna del oposicionismo venezolano. Esto, provocó la respuesta de Chávez: ¡lo que le faltó a Uribe fueron cojones!

Termina Uribe sus períodos y Santos alcanza la presidencia. Ambos, siguen manteniendo estrecha relación y asesoran a politiqueros venezolanos como Radonski, López, Ledesmaentre otros, en su afán de desestabilizar y derrocar al gobierno venezolano, lo que hace romper relaciones entre las hermanas. Luego las FARC buscan la manera de poner fin al conflicto armado en su país a través del diálogo apoyado especialmente por Cuba y otros países, idea que no es del agrado del señor Uribe lo que termina por deteriorar por completo la relación y separar (¿?) la alianza política de estos dos señores de la guerra. Van a elecciones y Zuluaga, pupilo de Uribe, sorprende. Este, logra ganarle en primera vuelta al oficialismo, lo que obliga a Santos a pactar con las fuerzas de la izquierda y de la derecha logrando acabar con las pretensiones de Uribe con el 50,95%, 911.985 votos, quien amenazó a través de su candidato suspender el diálogo de paz y seguir con la guerra y la desestabilización en Venezuela apoyando el oposicionismo local.

Santos, prometió reforma judicial; transformar el sector salud; y reformas en el sector de la educación. Todo está muy bien, pero debe empeñarse, de una vez por todas, en acabar con la guerra civil que junto al narcotráfico y al paramilitarismo, son los causantes que ese país tenga el record de más desplazados internos del mundo, entre 4,9 y 5,7 millones y sea el segundo país con más desplazados hacia otros países después de Siria. Y, casi 12 millones viven en pobreza.

Según datos, más de 4 millones de colombianos conviven legalmente en Venezuela, sin contar los ilegales (?), y, cerca de 1 millón y medio (?),  enviaban a su amada cerca de 450 millones de dólares anuales en remesas (?), medida que fue restringida recientemente. Actualmente solo pueden enviar 166 dólares mensuales, aparte de bienes y alimentos que también envían aunado al contrabando de extracción de todo lo que se produce, importa y hasta se subsidia para el consumo de los venezolanos y de todo aquel que resida en el país. Cerca del 40 por ciento de los alimentos son vendidos por mafias de contrabandistas en Colombia, afirma el presidente Maduro. 60 mil barriles de gasolina salen diariamente sumado al bachaqueo multiétnico que de poco o mucho también hace su roncha.

¡Ojalá!, y producto del susto que le propinó la ultraderecha narco-paramilitar colombiana, por fin Santos se atreva a meterle el pecho al asunto, conquiste la paz,  logre cambios necesarios y de respuestas a corto plazo para que la anhelada repatriación colombiana se cumpla. Y, aunque  ya precisó su estrategia política de más pedagogía de la paz e inclusión de todos los colombianos, también comenzó a asomar las garras y a poner obstáculos asegurando que no habrá impunidad, ni amnistía con la guerrilla y dejó ver su lacayismo  al anunciar la visita de, Joe Biden, vicepresidente de EEUU, en el marco del proceso de paz.



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Elmer Montero

Licenciado en Comunicación Social,locutor,productor radial,escritor,compositor,músico,poeta.

 elmersanto@hotmail.com      @elmersanto

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