La causa Israelí: El exterminio del Pueblo Palestino

No hay razón ni entendimiento. Solo odio, aversión hacia la condición humana, hacia la vida. Esto define contundentemente la causa Israelí, que no es otra que el exterminio total del pueblo palestino. La única misión del sionismo es “construir su patria”, a sangre y fuego, sobre el milenario y sagrado territorio palestino.


Para lograr sus objetivos, el sionismo ha debido resolver sanguinariamente el pequeñísimo detalle de que millones de árabes, de seres humanos, habitan en este ansiado territorio. Los sionistas llevan 67 años ininterrumpidos desarrollando y perfeccionado sus criminales formas de opresión y dominación. Han ejecutado con total impunidad el exterminio sistemático del pueblo palestino. En todos los mapas disponibles se observa claramente como, desde 1947, los sionistas han asaltado, robado, dividido y ocupado el histórico territorio palestino. Han asesinado y mutilado a su antojo a cientos de miles de palestinos y han generado el desplazamiento forzoso de millones de ellos (La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo, []atiende en 58 campos de refugiados a más de 5.000.000 de palestinos).

El sionismo ha logrado evitar eficazmente, con el apoyo norteamericano, que se cumpla el mandato de la Organización de Naciones Unidas sobre el establecimiento de dos Estados, uno judío y otro árabe. Desde el nacimiento del Estado de Israel, ha violentando todos los principios consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El sionismo solo ha significado la “catástrofe” (Nakba) y la desestabilización tanto para el pueblo palestino, como para los países vecinos.

En pleno Siglo XXI, la cúpula sionista Israelí trata a los palestinos como su colonia privada, con formas cercanas al esclavismo, aplicando las lógicas del exterminio Nazi. El sionismo está a la vanguardia del neocolonialismo y a su antojo, los palestinos mueren o viven (más bien apenas subsisten), bajo oprobiosas y criminales formas de opresión. Veamos estos casos: Para desplazarse y circular dentro de su propio territorio, los palestinos deben bordear más de 400 kilómetros de muros, cercos y alambradas (“Muro de la Vergüenza” o “Muro del apartheid”), y deben someterse a las revisiones y requisas del ejército Israelí en docenas de retenes y alcabalas; absolutamente todos los servicios básicos palestinos, desde el agua potable hasta las aduanas es controlado por el gobierno Israelí. Todos los silos, almacenes y provisiones de alimentos, medicinas y cualquier producto que ingresa a palestina, pasa por el control israelí; miles de palestinos se encuentran “detenidos” y secuestrados sin juicio justo en cárceles israelíes; y lo que más destaca en esta forma de neocolonialismo es la “licencia” Israelí para disponer con total impunidad, discreción y sin ningún tipo moral, de las vidas de las familias palestinas, mediante asesinatos y masacres selectivas, perpetrados por sus “heroicos” bombardeos asesinos. Hitler es un niño de pecho delante de la cúpula sionista.

No quedan dudas de que Israel es un Estado criminal, forajido. No tiene ningún escrúpulo para ejercer el terrorismo de Estado, para espiar, asesinar, financiar y armar a los enemigos de sus enemigos.

Sin distinción, los “inteligentes” misiles israelíes, caen certeramente sobre niños, escuelas, hospitales y civiles inocentes. ¿Se colgarán medallas en el pecho los generales Israelíes por masacrar a niños y familias inocentes? De seguro que sí, porque Israel es un Estado terrorista, su lógica y su gozo es la muerte y el exterminio del pueblo palestino.

La mortífera inteligencia israelí, es extrañamente ineficaz para encontrar y ubicar individualmente a sus supuestos enemigos. Pero no falla en lo absoluto al disparar contra blancos civiles. A final de cuentas su intención es la misma: acabar con su enemigo, un pequeño país, un pueblo indefenso, sin recursos y sin medios para defenderse.

Ahora incorporaron una nueva modalidad a sus métodos de generación de terror: avisar previamente de sus bombardeos e “instar” a la población a abandonar sus viviendas. Esto parece otra forma de desplazamiento forzoso, que va bien con las intenciones sionistas de arrasar y exterminar al pueblo palestino, para quedarse definitivamente con la ínfima porción de tierra que aún no le han despojado al pueblo palestino.

Nuevamente la ONU, los organismos de Derechos Humanos y los pueblos justos del mundo han expresado su estupor, pero hasta allí. Todos limitan su acción y hasta le temen al sionismo, el cual por años, ha gozado de total impunidad para llevar a cabo el exterminio del pueblo palestino. El lobby sionista ha mantenido durante décadas de rodillas a los gobiernos norteamericanos, por lo que todos sus presidentes (inclusive el que se “ganó” un premio Nobel de la Paz) han participado, auspiciado y financiado todas las atrocidades y crímenes de sus socios sionistas. La única autoridad mundial que se levantó sin miedo para denunciar al genocida Estado Israelí fue el Comandante Chávez, y nosotros seguimos dentro los escasísimos países que no tienen relación diplomática con este Estado asesino.

El mayor logro del sionismo es la reproducción del genocidio Nazi. Misma lógica, mismo resultado: lograr el exterminio del pueblo palestino. En esta espiral de violencia nunca habrá paz y eso parece que complace y conviene al ala neofascista y militarista que dirige al gobierno Israelí.

Este horror se ha mantenido ininterrumpido durante 67 años, solo que ahora la tecnología de la información (videos, fotos y testimonios difundidos por internet y por miles de medios alternativos) hace imposible, para el sionismo, ocultar o engañar al mundo sobre sus crímenes y atrocidades.

El genocida Estado de Israel es una vergüenza internacional, es una vergüenza para la raza humana.

Del lado contrario, detrás del “muro de la vergüenza”, continúa día a día un pueblo noble, heroico y digno: el pueblo palestino.

Palestina ha resistido gallardamente, todos los criminales actos de exterminio que el sionismo ha ejercido sobre su pueblo. Sin embargo, allí está Palestina, estoica, resistiendo con dignidad y luchando sin descanso por alcanzar su liberación.

¡Viva Palestina Libre!




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Richard Canán

Sociólogo.

 @richardcanan

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