Un reloj nos da la hora y dos relojes nos dan la duda pero cada regla tiene su excepción; dados dos fenómenos en los que hay manifiesta identidad en vez de igualdad -helos ahí, “operación cóndor” y “fondo buitre”- entonces no hay que dar un largo rodeo para su identificación.
Durante los años setenta y ochenta el enjambre de dictaduras del cono sur -Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay, Bolivia, Brasil- promovidas por la embajada de la muerte y de conjunto con algunas democracias morbosas entre ellas la de Venezuela, no tuvieron empacho en declararle la guerra a todo lo que oliera a verdadera democracia y, en estrecha cooperación, pusieron en marcha una feroz escalada de muerte contra el movimiento popular.
Se trató de la fatídica “operación cóndor” así denominada; ellos mismos se autocalificaron de cóndores y al efecto emprendieron su cruel cacería; eh, el cóndor se alimenta de mierdas y carroñas así que las mierdas (para ellos) éramos nosotros.
La misma oligarquía internacional que puso sobre rieles la sanguinaria y genocida “operación cóndor” es exactamente la misma que hoy gerencia los denominados “fondos buitres”.
Esa oligarquía ultramontana referida sólo cambió el arma y la estrategia de matar, ahora se colocó un pasito atrás y lo hace más refinadamente.
Dúdelo si quiere pero se trata del mismo diablo con diferente cachimbo.
3 es igual 2 más 1 pero 3 es idéntico a 3; así, operación cóndor es idéntica a fondo buitre.
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