“La acción política sólo es maniquea en sus grados bajos, y el maniqueísmo tiene el efecto de camuflar el azar y la incertidumbre de la acción.”…
Edgar Morín.
Desde mi época juvenil de estudiante he sido simpatizante de izquierda, pero la lógica objetiva como técnico y político me dice que Venezuela, por seguir los consejos de los cubanos, ha cogido el camino hacia un barranco que cerrará este año 2014 con una grave crisis económica.
El gobierno bolivariano aconsejado por los cubanos expropió, y acorralaron al sector productivo nacional venezolano, lo cual ha creado una tremenda escasez en la producción, y en la distribución de los artículos de primera necesidad, y esto ha causado un aumento de los precios, como es conocida la inflación, nombre técnico del alto costo de la vida, según expertos economistas consultados y que asesoran a este cronista. Esto puede dar el traste con la revolución bolivariana, por sus consecuencias no solo en lo económico sino también en lo político. Repetir la estrategia del Dakazo del 2013, ahora con las Barbys en el 2014, esta funestas medidas de control de precios, y que para sancionar a los especuladores es reincidir en la estupidez. Aquí simplemente no hay productos puestos a la venta, porque los anaqueles están vacios, y los comerciantes no pueden ofrecerlos al público, porque ni siquiera los tienen acaparados o escondidos, sino por que no hay producción nacional. Hasta el 2012 el negocio del burocratismo era importarlos, pero como los ingresos petroleros se han despilfarrado, con los dólares de la corrupción en cadivi, los embarques de petróleo y gasolina casi regalada a los países del Caribe, y a los barrios pobres de algunas ciudades de los Estados Unidos. Ha colocado a Venezuela en una verdadera encrucijada, o mejor dicho en un callejón sin salida.
Si analizamos el caso cubano (así me tilde la ultra izquierda de agente de la CIA y de apátrida) es patético. No evaluaron, ni valoraron la disolución de la URSS. Siguieron como borregos detrás del sueño del llamado comunismo o socialismo real, y como los camellos en el desierto, buscando la sociedad igualitaria que hoy en pleno siglo XXI sigue perdida en el horizonte. Hoy el pueblo cubano sigue enfrentando una terrible escasez en sus productos de consumo, y en su capacidad de pago internacional, a pesar de que siguen pegados de la ubre del petróleo venezolano que los mantiene vivo, por la costosa terapia intensiva que les da la economía venezolana. Si Venezuela revisa el convenio del suministro de petróleo, porque necesita esos dólares para derrotar la inflación que azota en forma criminal a nuestra patria; la economía cubana entraría en un colapso total.
Todo este despelote ha causado un deterioro económico en Venezuela, que le puede dar un golpe mortal al socialismo bolivariano en las elecciones legislativas de la Asamblea Nacional en el 2015, y desatar una crisis similar a la que terminó con la EX-URSS. Esto seria el fin del Socialismo del siglo XXI.
Sobre el reciente aumento de sueldos en un 15% al salario mínimo, cuando la inflación se ubica en un 65% anual, esto significa elevar la pobreza del pueblo trabajador en un 80%, reduciéndoles drásticamente el equivalente a su capacidad de compra, según me explican los expertos en la materia.
El gobierno bolivariano aumentó en un 45% el salario militar, buscando su apoyo para apuntalarse en el poder, y reprimir cualquier protesta popular que producirá la inflación en la masa de trabajadores, quienes hasta el 5 de marzo del 2013 cuando falleció el presidente Chávez eran el sustento político de la revolución y del socialismo bolivariano.
Es difícil imaginar una nueva torpeza política en este fin de año del 2014. En Venezuela el aumento en la escasez se refleja por la menor cantidad de los artículos en los supermercados públicos y privados, sin que se modifiquen los precios, por el pírrico aumento de los salarios. La inflación la pagan todos. En Venezuela los trabajadores seguirán comprando menos mientras los comerciantes formales fijan los precios, a través de los comerciantes informales, ellos si podrán seguir disfrutando del mismo poder adquisitivo. En Venezuela como en la EX-URRS existe un capitalismo de estado salvaje donde los trabajadores pagan la inflación, y los comerciantes, y el burocratismo parasitario la disfrutan.
La situación tiende a agravarse con la caída de los precios del petróleo ya que Estados Unidos, el principal comprador de nuestro petróleo, ahora es exportador; pierde nuestro país su capacidad de importación en el control de la inflación, y de la escasez.
El presidente Nicolás Maduro, de seguir los consejos de sus asesores económicos inspirados en un capitalismo de estado salvaje, que jamás acabará con la inflación, pero si aumentará la explotación y la pobreza de los trabajadores venezolanos.