Durante los últimos años, con la llegada de Rafael Correa y su Revolución Ciudadana, el Ecuador resurgió de las cenizas donde los gobiernos neoliberales lo habían colocado. Su economía floreció hasta el punto de llegar a recibir loas de la derecha internacional y sus medios, en contraposición al desarrollo político, económico y social venezolano.
Desde entonces, uno de los planes bandera en el desarrollo emprendido por Correa es el fortalecimiento de la ciencia y la tecnología. Para ello se crea y estimula un ambicioso plan de formación académica con la convocatoria abierta al continente y al mundo para trabajar en Ecuador. ¡Se paga en dólares americanos! Sí, excelente paga en dólares alabada por la comunidad académica y científica venezolana quien ve en esta propuesta la mejor y más fructífera oportunidad a sus aspiraciones económicas.
Muchas, pero muchísimas, son las críticas de la comunidad académica y científica venezolana hacia su gobierno, "el inepto y déspota gobierno de Nicolás Maduro" que los oprime y obliga a emigrar hacia Ecuador en fusca de fama y fortuna que en Venezuela no encuentran. Eso sí, hay que cumplir los planes y exigencias del gobierno de Rafael Correa. Todos apresuran la marcha, el tiempo de jubilación es apurado antes que se acabe la oferta de Correa. ¡Nadie quiere irse sin su pensión de jubilado en Venezuela!
Sin embargo, al dorado exilio parce haber llegado la invisible mano imperial y hoy, a esta hora, esos planes se ven desvanecerse cuando la oposición interna con apoyo de la derecha internacional y especialmente las fuerzas políticas opositoras venezolanas, Primero Justicia, Copei, AD… la MUD, se lanzan en feroz y mortífero ataque contra Rafael Correa, el desarrollo y la institucionalidad democrática del Ecuador.
Los opositores de allá apoyados los de Venezuela, como aquí, están llevando el caos, la destrucción y la muerte al Ecuador, ¡están tumbando a Rafael Correa! y la comunidad académica y científica venezolana enmudece.
Tristemente ahora, cuando ve sublimarse sus sueños dorados, al igual que en Venezuela, no es capaz de señalar, criticar y sancionar la participación de la oposición política venezolana en el derrocamiento de Rafael Correa.