Llegaron los tiempos cuando deberíamos comenzar a tener que aceptar que los EEUU de América no solo son un imperio sino que se comportan como tal con lo cual, bajo cualquier estudio básico sobre imperios a través de los tiempos históricos, conocemos que cuando está en curso histórico un imperio deja en los tinteros los valores referidos a la ética y la moral para pasar por encima de la natura e imponer sus voluntades de poder real además de tener que ejercerlo para ejecutar sus políticas imperiales sin esos pruritos morales pero sobre las actitudes y comportamientos amorales e inmorales independientemente de los discursos sobre ética y moral que pudieran haber sido expresados, históricamente, por las religiones locales independientemente de los espacios geográficos donde se esté expresando un imperio en el curso que la Historia le tiene signado por esas realidades circundantes cuando esos paradigmas imperiales se irán imponiendo sobre ese imperio en referencia con sus relaciones obligantes sobre sus considerados súbditos en el mejor tenor y expresión de corte medieval.
Pero los EEUU de América no nacieron como un poder imperial de toda lógica histórica pero si con una aspiración de convertirse en un poder imperial como podríamos explicarlo sobre el proceso de su expansión territorial hacia las regiones geográficas occidentales de la, prácticamente, recién fundada nación bajo el título de las "13 Colonias"; expansión territorial en clara actitud terrófoga que los llevaría a engullir tal extensión territorial de México que un poco más y hubieran alcanzado, anticipadamente, los espacios geográficos donde se ubicaría al futuro el Canal de Panamá.
Aquella necesaria llegada del Poder en Washington a las costas del océano Pacífico del ya denominado como América del Norte se iba a sustentar en realidades y referencias del comercio internacional realizadas por los imperios europeos en el marco de y para poder controlar los mercados internacionales de los productos asiáticos producidos, fundamentalmente, en las regiones meridionales y orientales del continente asiático. Aquel escenario comercial se iría a concretar para los intereses de estado del país del norte americano en el Japón de la Restauración Meiji (Tratado de Kanagawa, 1854) y la China del imperio manchú (Tratado de Wangxia, 1844).
Es decir, desde, prácticamente, la segunda mitad del siglo XIX la presencia de los EEUU de América en los espacios oceánicos de las zonas orientales del continente asiático han sido una realidad incontestable, inevitable e imperial de nuevo tenor teórico realizado en diferentes etapas históricas según se fueran desarrollando las decadencias los imperios europeos y Rusia confrontándose con el "naciente imperio japonés".
Desde los tratados arriba referidos, Washington iría, pausadamente, imponiendo su presencia juvenil-imperial sobre sus lógicos competidores imperiales europeos y ruso. Podríamos mencionar su participación en los sucesos que se desarrollaron durante la "Rebelión de los Boxers" con sus consecuencias posteriores como sería la firma impuesta sobre el derrotado imperio manchú por desagravios de guerra con el Boxer Protocol (Xinzhou Treaty), firmado el 7 de septiembre de 1901 en la imperial ciudad de Beijing.
Pero en aquel escenario del desarrollo de un violento sentimiento nacional anti-occidental que se expresaba transversalmente en China en los tiempos previos al levantamiento de los Boxers por las imposiciones contenidas en los "Tratados Desiguales", obligarían al Poder en Washington, en la lógica de su desarrollo imperial, proponerle a los Poderes imperiales establecidos en China, en aquel día caluroso día del 6 de septiembre de 1899, una propuesta expuesta por escrito por intermedio del Secretario de Estado, John Hay, de una nueva por revolucionaria política de relaciones internacionales de corte imperial-imperialista bajo el título de "Open Door Policy" ("Política de Puertas Abiertas") cual, fundamental y básicamente, significaba el disfrute de todos los beneficios económicos alcanzados con Beijing en el marco de los acuerdos bilaterales firmados por cualquiera de los imperios presentes en territorio chino.
Es probable que dicha propuesta, posteriormente, aceptada, se la pudiera considerar y calificar como el primer paso de corte conceptual de lo imperial norteamericano de alto tenor cual, posteriormente, se iría desarrollando "aguas abajo" en los tiempos históricos posteriores hasta las presentes realidades globales y las actualidades concurrentes como, a título de muestra, suponemos, contiene el TTIP y los tratados en curso con la Región de Asia y el Pacífico como los avances en la América actual.
Es de conocimiento público el desarrollo de la presencia estadounidense en las regiones asiáticas durante todo el siglo XX. Podríamos mencionar como referencia en cuanto a accionares bélicos la presencia de tropas durante la 2da. Guerra Mundial en el Pacífico, la "Guerra de Corea", la "Guerra de Vietnam", la importante presencia naval en las Filipinas y Vietnam, Okinawa, relaciones militares con el Gobierno de China en Taiwan, la isla de San Diego, excelentes relaciones con Singapur, Malasia, Tailandia, Australia y Nueva Zelandia además de un racimo de islas en el Pacífico meridional.
Es demostrable que posterior a la "Caída del Muro de Berlín", a la apertura de China a partir de 1979, los cambios producidos con la caída de la URSS en cuanto a los países en el Asia Central, la presencia diplomática en Mongolia y, actualmente, el mejoramiento de las relaciones estadounidenses con la India, Vietnam, Laos y Myanmar resulta evidente que los EEUU de América como imperio ha venido desarrollando en profundidad no solo su presencia sino su consolidación imperial con dicha presencia en la región asiático-pacífica como un todo geográfico. Podríamos calificar esos escenarios como de toda lógica imperial en el marco de las perfectibilidades obligantes del sistema capitalista mundial claro siempre teniendo presente lo conceptual propuesto por Vladimir Ilich Lenin referido al imperialismo.
Pero el sistema capitalista, aparentemente, ha entrado en su propia contradicción con la exposición de la "Crisis de Wall Street" y las crisis que se han venido desarrollando con lo que podríamos titular como la "natural expansión" de China en "su patio natural" como país-potencia junto a la irrupción de la India como país-en-crecimiento-sostenido. La conjunción de esas y otras variables inevitables en el marco del desarrollo del capitalismo como sistema socio-económico están transformando las relaciones internacionales "sin vuelta atrás".
La intelligentsia norteamericana, como siempre, ha venido reflexionando sobre esos escenarios y sus posibles consecuencias produciendo una serie de propuestas que han sido, paulatinamente, incorporadas en los paradigmas, decisiones de política de Estado, de las Secretarias de Estado y Defensa como en el Pentágono con la curiosa incorporación de la Secretaría de Finanzas. Es decir, ante la crisis actual del sistema capitalista tanto en sus concepciones estructurales como en lo referente a los paradigmas ideológicos y jurídicos frente al paulatino fracaso del "Gobierno Global" post-Berlín y la presencia de nuevas formas ideológico-nacionalistas y continentales fundamentalmente en su auto-denominado como "patio trasero", es decir, en el propio continente americano, el Poder norteamericano ha movido sus piezas de ajedrez con tal agresividad que, aparentemente, los escenarios en pleno desarrollo se están comportando en contrario a los objetivos previstos en el marco de la política de "caos y crisis humanitaria".
Lo anterior nos lleva a dos escenarios que nos proponemos desarrollar en perfecta subjetividad, como debe ser. El primero es la necesaria incorporación de países americanos a la tesis del tratado de libre comercio estadounidense para la Región de Asia y el Pacífico. El segundo escenario se refiera a las realidades militar-defensivas y ofensivas que se vienen presentando en dicha región en mención en toda su expresión geográfica.
La pregunta obligada sería: ¿Por qué el traslado de los intereses del imperio estadounidense de la zona Atlántico a la región de Asia-Pacífico? Cabe la inquietud traviesa al preguntarnos: ¿Es el Brexit consecuencia de esa decisión política cuando conocemos los profundos lazos estructurales que unen los intereses de Washington y Londres globalmente?
Es de opinión común que la presencia global de la economía china habría impulsado y, quizás, impuesto sobre el Poder norteamericano la necesidad de tener que realizar una profunda re-ingeniería en lo que podríamos titular como la arquitectura-imperial post-Berlín a favor de aquel escenario cual resultara en la unipolaridad. Pero esas realidades se han visto impactadas por la lenta pero perseverante recuperación de Rusia, las presencias en los factores económicos de la India y Brasil, la irrupción en la escena internacional de Suráfrica como fundamental centro minero internacional pero, fundamentalmente, en nuestra subjetiva opinión, la perentoria y necesariamente histórica presencia en la escena continental americana e, incluso, allende las fronteras históricas de Venezuela, de las políticas que se han venido desarrollando desde el triunfo electoral de Hugo Rafael Chávez Frías en aquel diciembre triunfal y las continuaciones responsables en obligante disciplina y coordinación ideológica de Nicolás Maduro Moros sustentándose esos tiempos históricos y actuales sobre las tesis contenidas en el "ideario bolivariano" y las propuestas y planes desarrollados por Chávez Frías. Es decir, la unipolaridad norteamericana se ha visto en la perentoria necesidad de "sumar y restar", al unísono, en el marco del desarrollo de las políticas de "crisis y caos" con la finalidad del desgaste e imposición de políticas imperiales sobre sus "socios y aliados".
Sí consideramos que la perfecta contradicción dialécticamente hablando de los EEUU de América, en el actual desarrollo del sistema capitalista en su crisis de identidad histórica, es la República Popular de China, es de toda necesidad lógico-histórica que el imperio norteamericano asuma con toda la correspondiente responsabilidad imperial sui generis los obligantes cambios titulados como de re-ingeniería capitalista-imperial-imperialista que nos hemos titulado como la "fase superior del imperialismo" con la finalidad de tratar de alcanzar un control real sobre la economía mundial además de su seguridad y defensa como lo manda la Historia.
Ello ha significado que los intereses financiero-económico-comerciales como de seguridad y defensa del sistema capitalista adscrito a los paradigmas norteamericanos se hayan trasladado del Atlántico hacia el Pacífico sin que ello signifique, objetivamente, un sensible deterioro en el intercambio comercial pre-Asia-Pacífico actual.
Al tiempo, es de necesaria objetividad considerar cuáles son las calidades de las mercaderías que se comercian en el Atlántico con respecto a ese tráfico comercial que se transporta sobre las "aguas turbulentas" del Pacífico buscando, en última instancia, definir, necesariamente, esas diferencias reales y cómo afectan, indiscutiblemente, las relaciones intra-regionales de los EEUU de América con la Comunidad Europea versus los EEUU de América con la Región de Asia-Pacífico pero, fundamentalmente, con la República Popular de China.
En ese mismo orden, en una posible política de "puertas cerradas" norteamericanas con la finalidad de poder realizar la obligante re-ingeniería interna, es decir, la re-ingeniería profunda del "american way of life", sí ello es, actualmente, posible de alcanzar visto la profunda crisis sociológica que atraviesa la geografía norteamericana, el Poder estadounidense tendrá que necesariamente consolidar su "patio trasero" visto las objetivas asimetrías en lo referido a materias primas, medio ambiente y pesca y agricultura entre el continente americano frente a otros continentes exceptuando, obviamente, África; de ahí la necesidad para el Pentágono el controlar tanto la República Cooperativa de Guyana con todas las solidaridades británicas en el marco de la Commonwealth y Surinam.
Ello significa que el Poder estadounidense, necesariamente, tiene que controlar verticalmente toda la realidad-significativa que está presente en el continente americano y es por ello por lo que se ha denominado en la política continental el importante avance de las derechas en todo el continente americano. En este momento del desarrollo de este escrito tenemos la obligación de recordar que estamos escribiendo sobre el "Imperio norteamericano" y no sobre "un imperio norteamericano en decadencia", como tampoco de un país capitalista considerado como de "primer mundo" a pesar de la borbónica península.
Como primera conclusión podríamos suponer que Washington no está jugando al "gato y al ratón"; es decir, viene con todo lo posible que le permita el controlar y consolidar su poder en todo el continente americano y es en ello que observamos como, paulatinamente, viene imponiendo avances de políticas como son las alianzas que se están desarrollando impuestas y obligatorias. Es decir, considerar que el triunfo en el seno de la OEA es para algarabías es un error en el análisis dialéctico de realidades objetivas contra-revolucionarias.
El segundo tema a considerar es el referido a la continua referencia de los escenarios en Afganistán, Iraq, Libia y Siria cuando por acciones militares estadounidenses en función de la política de "crisis y caos" los gobiernos fueron subvertidos con la finalidad de darle término a sus mandatarios sin un efectivo control sobre los desarrollos posteriores cumpliendo así con la teoría del caos. Los escenarios resultantes desde la confrontación bélico-militar obligaron a los sectores sociales que se han opuesto a dicha política norteamericana a actuar en comunión con las realidades circundantes y ello ha llevado a los teóricos de la guerra a la definición de ser una guerra titulada como "Hybrid Warfare" cual podríamos traducirla como una "guerra híbrida". Para su mejor comprensión una de las definiciones que consideramos más descriptiva es:
"…Hybrid Warfare can be described as a plausibly deniable attack by a state using all its tools of national power to achieve a political result, as opposed to conventional warfare in which the state takes military action overtly and directly…" (http://affiliatenetwork.navisioglobal.com/2016/05/beyond-crimea/).
Es decir, el desarrollo de los sucesos que se presentaron en Bengazi, Libia, según la película titulada como "13 horas", demuestran el grave error cometido por los libios frente a realidades tecnológicas norteamericanas como también se puede apreciar lo significativo de la tecnología aplicada a la guerra en la película bajo en título de "Enemigo invisible" y lo expuesto como trabajo sicológico en la película "Criminal", son demostraciones simples de lo referido como "guerra híbrida".
En este orden de ideas, nos proponemos la lectura de algunos interesantes textos.
http://www.iss.europa.eu/uploads/media/Alert_46_Hybrid_Russia.pdf
https://www.pism.pl/files/?id_plik=19320
http://affiliatenetwork.navisioglobal.com/2016/05/beyond-crimea/
http://warontherocks.com/2015/04/the-problem-with-hybrid-warfare/
http://warontherocks.com/2016/03/the-rise-of-the-hybrid-warriors-from-ukraine-to-the-middle-east/
http://warontherocks.com/2016/03/russian-hybrid-warfare-and-other-dark-arts/
http://thediplomat.com/2015/09/hybrid-warfare-with-chinese-characteristics/
Como conclusión de esta primera propuesta en análisis debemos comenzar aceptando realidades geopolíticas en pleno desarrollo que están imponiendo geo-estrategias que son de obligado análisis a gobiernos en contradicción con el imperio norteamericano para sobre una inteligente plataforma pragmática equilibrar las contradicciones que afectan, directamente, realidades social-nacionales.
La segunda parte de la presente reflexión serán referida a las realidades que se despliegan a lo largo de las costas chinas con sus entornos y realidades históricas vis a vis lo correspondiente a su patio trasero independientemente de las contrapropuestas que salen desde Washington.