Europa, debe cambiar con el ascenso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos de Norteamérica. Nadie niega el proceso político estadounidense y el juego de su democracia, pero, las aventuras imperialistas inquietan y la ex secretaria de Estado, Hillary Clinton se le dificultó lograr la mayor realización de su vida. Europa la envolvió y Francia la hizo fracasar en una inacaba utopía genial.
Parece que los líderes políticos andan en un mundo extraviado y la libertad de los pueblos, ya no se logra con guerras y escándalos públicos, sino con el tino de una buena ideología y, un pragmatismo providencial cargado de providencias y aciertos cibernéticos.
La dictadura y el caudillismo se agotó y el único socialismo triunfal es el nicaragüense, después de Cuba. Sandino luchó contra los yanquis y, su trabajo, cumplió una larga jornada con Daniel Ortega al mando y la ayuda desinteresada de Ernesto Cardenal. Es un socialismo de militancia y capacidad de luchar con todo adversario.
Trump, piensa saltar a América, pero, primero viene la vieja Alemania como Francia. Es el cumplimiento de sus sueños, ya el tiempo de magnate pasó, ahora, viene la teoría productiva, el gran motor crecimiento para cualquier entidad que dice ser Imperio. E planeta, es una gran geografía y se debe cultivar para producir la tierra y Suramérica es tierra cultivable como de progreso. Para lograr llegar a las masas latinas, piensa enfrentar el tema comunicativo y que los venezolanos sepamos que el campo agrícola es prioritario junto a la industria mecanizada.
Europa, con la muerte de Muhammad Gaddafi, tuvo que tomar distancia, donde su simbolismo reza una autoridad para la paz. Pero, la guerra absurda por controlar el petróleo, ha llenado el mundo de mucha frialdad.
Ya, los modelos teóricos, poco funcionan y, el hombre aporta desde que la lengua griega se transformó en religión y filosofía para fusionarse con el campo cibernético, como cuántico.
La espiritualidad europea, se acercó al Vaticano. Es momento para la oración y el manejo de las computadoras, nos encontramos, en pleno mundo globalizado. Lo que habló Platón, como decisión personal, es una bienaventuranza porque las argumentaciones, constituye un camino para conquistar América. El cristianismo es una homogeneidad política de reflexología, para, hacernos creer de la dignidad de la revolución de los pobres, cuando nos regimos todavía en una lucha de clases y, esto, lo entiende muy bien, Donald Trump.
El lenguaje militar se encuentra cuestionado. El hombre revolucionario prefiere, estar en la subcultura. La ciencia, busca captar los contenidos culturales del pueblo para el avance tecnológico y los líderes tardaron mucho en ideologizar a las comunidades, lo que aprovecho el magnate Donald Trump en aplicar sistemas universales en el campo industrial, como civil, ya es el presidente de un país que desea ver el futuro en la cibernética, y futurología. Existe un pensamiento, es la vasta analogía cósmica y sus efectos en los mundos geográficos vírgenes, tengamos cuidado, no solamente debemos saber diseñar lo teórico en su nivel exacto, para lograr experiencia laboral.
Es el tiempo de iluminar el campo de la creatividad, en Latinoamérica, nada es deliberado. Con toda frialdad nos tratan en Europa, desde los tiempos primitivos, los imperios quieren nuestro Dorado, el cual se encuentra injertado al Amazonas.
Es el verdadero tiempo de la globalización económica. En un planeta que es totalmente motivo por sus riquezas y, cuyo desarrollo se encontrará bajo el signo de un hombre, no un imperio, Hilary, siempre quiso representarlo, pero fracasó, Libia siempre será el signo de lo que no debe hacerse, todos dependemos de un comerció, de un sistema productivo, es una economía en escala, pero, los inmigrantes es la gran pregunta. Todo se reduce allí, porque cualquier Estado, ya no puede mantenerlos, tienen un costo altísimo en la escala de apreciaciones administrativas.
Pero, todos miran a China. La máquina de liberalización de los mercados y de marcaje económico mundial. Ya están con nosotros y son muy competitivos, pero, tienen que producir en Estados Unidos, dentro de sus fronteras. Es el nuevo mundo global y financiero, es la concertación de los mercados bajo ciertos parámetros.
De allí, tendremos un resultado, el hombre estará automatizado con una sola tendencia, la ciencia ficción. Es la modernidad, nos encontramos frente al cambio brusco de las circunstancias.
Ante la carencia de líderes, hemos creado, ciudadanos aislados que se unen a través de un imaginario colectivo que son las redes sociales, cuyo papel de influencia es guiado por los medios de comunicación, donde lo macro y masivo se encuentran presentes para reflejarnos en un mundo netamente económico, es la historia, confiemos en ella y compartamos esta euforia que, ya es compartida en bares y estadios, Estados Unidos retoma un nuevo canal político, lleno de una suma de emociones y fuentes de ingresos.