Despierta latinoamérica

Todos los países Sur Americanos estaban claros en que el Gobierno Argentino en los años 80 era una dictadura, pero por primera vez después de la posición diplomática de apoyo a Venezuela por parte de Argentina, con la doctrina Drago, en oposición al bloqueo por las potencias Europeas de 1902, todos los países de nuestra América (con las excepciones de Chile en ese momento en álgida disputa fronteriza con Argentina, y Colombia cuyos gobiernos desde Santander nunca han dejado de ser rastra cueros tanto de los gringos como de Inglaterra), hicieron frente común con la Argentina en los años 80 durante la guerra de las Malvinas, tanto en claro posicionamiento diplomático a favor de Argentina, como con el suministro de material bélico (creo Venezuela les envió algunos misiles Exocet y repuestos aeronáuticos).

Lo antedicho tiene en política internacional el nombre de "Políticas de Estado" término que rebasa la confrontación ideológica para entrar en la de la defensa de la integridad, o conveniencias vitales propias de cada Nación, o Región, en nuestro caso.

Tal fue el impacto para la época de la posición de los E.E.U.U., al cuadrarse con Gran Bretaña, que el TIAR (tratado militar de Rio 1947 USA- LATINOAMERICA), quedo totalmente deslegitimizado, abriendo la puerta a los países de este lado del Continente Americano para que en forma progresiva comenzaran en primer lugar a abrir las relaciones diplomáticas con Cuba, y algunos años después cuando las circunstancias y el liderazgo de Chávez lo hizo posible, el rechazo del ALCA. Es decir el comienzo de resquebrajamiento del respeto al Imperio. Lo cual coloquialmente podríamos expresar como "lo que es igual no es trampa".

Todo lo anterior viene al caso dado la prepotencia de Trump con respecto a Méjico, y su política ultranacionalista en general, tiende a llevar a U.S.A., a un aislacionismo de pretendida autosuficiencia, lo cual no dudo le pueda funcionar en lo interno, dado su gran adelanto agro industrial y científico tecnológico, con un mercado interno también lo suficientemente grande.

Lo anterior abre la puerta a los Estados Unidos, o mejor dicho a sus grandes Corporaciones, a dos caminos no totalmente divergentes: 1) Conformarse con una economía cautiva y centrarse en el logro de pleno empleo con obras infraestructurales y estructurales pagadas por el Estado (Nación), con las ganancias para las grandes Corporaciones de los contratos con el Estado que de ellas se deriven. Es decir una versión contemporánea del New Deal aplicado por F.D. Roosevelt a mediados de los años treinta.

2) Lo anterior no dejaría de ser un escollo con respecto a la colocación de sus productos en el mercado exterior, dado que sus precios dejarían de ser competitivos con los de otras potencias económicas con China en primer lugar. Camino este último que conlleva el peligro de una guerra nuclear. La lucha por los mercados condujo a Alemania a propiciar dos guerras mundiales. La última con un costo de sesenta millones en vidas humanas, además de pérdidas materiales inmensurables.

Ambos caminos a su vez a largo plazo en el caso (1) y a corto plazo en el caso (2), creo pueden desembocar en una confrontación bélica por el dominio de los Mercados a nivel mundial. F.D. Roosevelt tuvo la habilidad, ante una población estadounidense mayoritariamente opuesta a entrar en la Segunda Guerra Mundial, de presionar con medidas económicas al Japón para incitarlo a un ataque a los E.E.U.U., logrando sí una excusa para entrar en dicha contienda, de la cual emergieron los Estados Unidos como dueños del mundo.

Todo lo antes escrito viene al caso dada la oportunidad que se le presenta a Latinoamérica y el Caribe para el desarrollo de su propia tecnología, en el caso como se vislumbra de que los Estados Unidos cierren las puertas a sus socios minoritarios de este lado del mundo, y estoy hablando del pacto del Pacifico en primer lugar, y lo que a continuación vendría a posteriori, que directamente como país nos atañe. Es decir, la sustitución de nuestra exportación petrolera por la producción de petróleo de esquisto y apertura de nuevos oleoductos entre ellos el de Alaska. Las manifestaciones gubernamentales entorno a que eso no sería relevante para nuestra economía, no son sino patadas de ahogado, y verdaderas habladeras de "bolserías".

El tabú de las diferencias ideológicas que los Chinos han obviado en su comercio exterior, el cual pragmáticamente desarrollan utilizando la política de no inmiscuirse en los asuntos internos de los países con los cuales hacen negocio, debe ser un ejemplo a seguir ante una oportunidad que se nos presenta a la parte sur del Continente Americano (del Rio Bravo hasta la Patagonia), para el desarrollo conjunto de nuestro potencial científico técnico, con asociaciones estratégicas para la producción tanto Industrial como Agraria. En el caso de Venezuela en particular, el desarrollo de múltiples empresas petroquímicas en primer lugar.

No es una exageración decir que en un término aproximado de veinte años, habrá una sustitución masiva del petróleo como combustible, lo que no significa el que otros derivados no puedan ser extraídos del mismo.

Brasil y Argentina tienen por ejemplo, el potencial para la producción de todo tipo de motores, vehículos, y embarcaciones. Porque no negociar con ellos en el plano estrictamente comercial. Habría que darle autoridad jurídica a la UNASUR para que sea el ente con plenos poderes, que puediese supervisar, y emitir sentencia en referencia a las diferencias e incumplimientos que puedan surgir en los tratados económicos entre las Naciones del Sur del Continente.

Insisto en que si no aprovechamos este momento crucial, seguiremos hundidos en el atraso productivo que nos caracteriza, y por ende en la profundización de la situación de pobreza que estamos padeciendo. ¿Entenderá este gobierno "cacha e palo" y la "chimbisima" oposición que tenemos, esta oportunidad que al País se le presenta?



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Arnaldo Cogorno


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