Los grandes poderes económicos le están muy agradecidos a Andrés Manuel López Obrador porque les resulta muy bondadoso y la estrategia política para ser presidente de México le funcionó. ¿Y saben por qué es bondadoso y saben por qué bueno de corazón? Porque no sacará a la luz las corruptelas, el tráfico de influencias de todos los que se están viendo afectados por esta decisión.
Durante más de cinco horas, senadores de la coalición Juntos Haremos Historia defendieron la cancelación de la obra del aeropuerto, como el primer paso de un cambio de régimen en el que el gobierno no estará al servicio de los empresarios, los mercados internacionales, los poderes fácticos y la oligarquía, porque ningún interés económico estaría por encima de la voluntad popular.
La senadora del PES, Eunice Romo Molina fue más allá: "El triunfo de Santa Lucía significa el triunfo de la vida sobre el capitalismo y el neoliberalismo". Es en atención a estos pronunciamientos que hablamos de una potencial venezolanización mexicana.
Nos referimos al ejercicio del poder gubernamental sustentado en la polarización entre un ente llamado pueblo y los poderes económicos.
Víctor Castro Cosío, exalcalde de La Paz y futuro representante del gobierno en Baja California Sur como coordinador estatal, se lanzó contra priistas y panistas:
"¡Fueron derrotados históricamente y su régimen no va a volver porque vamos a imponer un régimen de bienestar, de justicia, no de grupos inmorales que han hecho del gobierno negocio y modo de vida!".
Un segundo ingrediente de la venezolanización radica en el culto al gobernante que al mismo tiempo es líder de un movimiento popular, con "los de abajo".
El tercer elemento del modelo chavista es la descalificación de los mecanismos de la economía global, organismos empresariales, intelectuales y medios de comunicación donde se expresan los críticos al gobierno.
Pero en política, y más cuando se trata del gobierno, lo que cuentan son los hechos.
Y si bien, en el plano retórico se asoman las coordenadas del modelo que hace 19 años inauguró el comandante Hugo Chávez, en la práctica, el futuro gobierno toma distancia de la venezolanización en puntos cruciales como llevar la fiesta en paz con Estados Unidos y su presidente Donald Trump.
A diferencia de lo que sucede con Nicolás Maduro en Venezuela, el presidente electo ha prometido reconciliación nacional, que nunca recurrirá al uso de la cárcel para sus adversarios políticos ni a la represión.
Además, López Obrador ganó con 30 millones de votos porque logró aglutinar a su alrededor a las clases medias, a empresarios y a políticos del PRD, PRI y PAN.
La asimilación que el futuro gobierno hace de la clase gobernante se ilustra con la aterciopelada transición y el acuerdo comercial alcanzado con Estados Unidos y Canadá y la versión de que uno de sus artífices, Ildefonso Guajardo, priista y actual secretario de Economía, podría incorporarse a la Cuarta Transformación como funcionario o candidato de Morena a la gubernatura de Nuevo León.
De manera que con los portadores de la retórica venezolanizada coexisten representantes del statu quo que esperan el cumplimiento de otras promesas del presidente electo, incluidas las de reasignar contratos a los inversionistas en Texcoco.
Ese ofrecimiento desató una pregunta entre los futuros senadores de oposición: ¿Por qué se le califica de obra corrupta y no se castiga a sus corruptos?
La respuesta a ese cuestionamiento será clave para determinar la profundidad del prometido cambio de régimen. O si, una vez más, asistimos al gatopardismo.
Por lo pronto, están ahí los amagos de una retórica parlamentaria venezolanizada. ¿Es un espantapájaros o es la pieza de negociación de la futura gobernabilidad mexicana?
Algo parecido, con lo de Julio Borges y Henry Ramos Allup, pero, todavía no se ha logrado entender, donde hubo el encontronazo y el rompimiento del pacto-
Nuestro país aspira a consolidarse como un Estado democrático de derecho, sin embargo, la corrupción escandalosa e insultante hace sus estragos erosionando la credibilidad de las instituciones públicas; situación que se agrava o funciona como vasos comunicantes ante la ineficacia absurda de las instituciones.
El teórico social que ha hecho grandes contribuciones a la democracia y los derechos humanos, David Beetham, nos indica que la legitimidad es el grado de apoyo de los ciudadanos al funcionamiento y ejercicio del poder político.
Es obvio que el gobierno federal carece de ese apoyo para actuar conforme ordena la ley, pues se encuentra vacilante y sorprendido por la caravana de miles de migrantes que ingresaron en forma ilegal a nuestro territorio nacional, a pesar de cualquier consideración que tengamos sobre el derecho de todo ser humano a migrar.
Cualquiera de los habitantes de la Ciudad de México que no pague el parquímetro recibe y padece en forma inmediata la colocación de un candado inmovilizador de su vehículo. Quien excede los límites de velocidad recibe la sanción rápida a través de las fotos multas, con igual rapidez se sanciona a quien circule sin haber verificado su vehículo, aun cuando sólo se haya pasado un día, o el servidor público que presente en forma extemporánea por un día la declaración patrimonial o fiscal es sancionado inmediatamente. Y los ejemplos de la actuación sancionadora diligente pueden llenar las páginas de los periódicos. Sin que ello implique que, en el fondo, se resuelvan los verdaderos problemas que aqueja a la sociedad en general.
Pero, en el caso de la caravana de los migrantes, violaron la ley al ingresar sin documentación migratoria alguna, incluso en forma violenta, agrediendo a la Policía Federal y a agentes migratorios mexicanos; a pesar de ello, bajo el argumento de cuidar la imagen y no caer en provocaciones, se ha omitido cumplir y hacer cumplir la ley.
Coincido en que los seres humanos tienen el derecho a migrar y ser tratados con dignidad, y por eso mismo el país de los cuates se ha pronunciado por una reforma migratoria ante el vecino país del norte, además de que se trate con dignidad a los compatriotas que ingresan al territorio norteamericano para buscar mejores oportunidades de vida, ofreciendo su mano de obra. No obstante, ello, parto de un respeto a la soberanía del país vecino respecto de su autodeterminación y, no podemos exigirles ni demandarles que violen la ley recibiendo una caravana de connacionales que ingresen en forma tumultuaria, agresiva y sin orden a su país.
AMLO, se encuentra en una verdadera encrucijada.
En nuestro caso, es evidente que las autoridades mexicanas están reafirmando su incapacidad para hacer frente a este fenómeno social utilizando adecuadamente los canales diplomáticos desde el momento en que, incluso, comenzaba a gestarse o llevar a cabo un diálogo eficaz, a pesar de que ya habían ingresado en forma violenta e ilegal a nuestro territorio nacional.
Lamentablemente, las imágenes que eran previsibles y son previsibles seguirán exhibiéndose en los próximos días, sobreexponiendo mediáticamente niñas, mujeres, personas de la tercera edad o personas en situación de vulnerabilidad física, continuarán evidenciando la ineficacia del gobierno para distinguir a los migrantes que efectivamente requieren refugio, en términos de la legislación mexicana que cuenta con los mejores estándares internacionales en esta materia. Así como de quienes únicamente quieren utilizar a al país como paso a territorio del vecino país del norte. Se trata de situaciones diferentes que requieren, por lo mismo, un tratamiento diferente, que incluso el gobierno pudo haberse preparado para ofrecer ese trato diferenciado y evidenciar posibles intereses secundarios de este movimiento social.
De manera tal, que López Obrador se encuentra en una encrucijada del camino entre empresarios, candidatos de la derecha, el pueblo popular y los migrantes.
Pero no sólo el gobierno federal ha sido lento e ineficaz en su actuación, sino incluso la mayoría en el Congreso de la Unión, en donde ha habido voces de la ahora mayoría denunciado una actuación servil del gobierno a los intereses del Presidente de Estados Unidos. A pesar de que esas voces provienen del partido que, teniendo el número suficiente de legisladores, podría inmediatamente reformar la ley, si en verdad quieren brindarle un respaldo legal a la caravana de migrantes.
Al parecer se le ha olvidado a ese partido que ya dejaron o deberían dejar de ser la oposición que sólo realiza discursos de campaña y asumir en verdad el gobierno de un país que, por la población y PIB (PPA) está colocado en el 11º lugar del mundo; por superficie, en el 13º, y misma posición de los que más comercia en el mundo y, precisamente, con el vecino país del norte.