Durante la Segunda Mundial se tejieron todo un conjunto de historias, una en particular llama nuestra atención pues concreta lo positivo que pudiera ser el arte del engaño, utilizado en causas justas. Es la historia de la 23 Compañía de Tropas Especiales, creada por el ejército estadounidense para hacerle frente a la poderosa maquinaria de guerra en que se apoyaba Hitler. Ésta, se componía de tres unidades diferentes que integraban parte del engaño: la 603 de Ingeniero de Camuflaje, encargados del engaño visual; la 3132 Compañía de Señales, encargada del engaño sónico, y la Compañía Especial de Señales, encargada de transmitir vía radio, órdenes falsas de movimientos de supuestas tropas. En un desierto de California, se crearon diversas formas para simular vehículos militares, como cubiertas metálicas en forma de tanque que colocarían luego, en vehículos todoterrenos, asimismo se crearon tanques y cañones inflables, fiel reproducción de sus originales. El engaño visual, se acompañó de sonidos que simulaban el movimiento de vehículos de guerra, que eran reproducidos en altavoces montados en camiones. En la realidad, la 23 estaba conformada por tan solo 15 hombres y su prueba en combate, fue ayudar durante un mes al 980 Batallón de Artillería, para que los alemanes distrajeran sus municiones descargándola sobre los muñecos, y no lo hicieran sobre los cañones de la artillería, resultando un éxito su implementación. En la guerra "humanitaria" de invasión contra Libia, las fuerzas imperialistas acuden a un mecanismo de engaño también, pero en sentido negativo, cuando reproducen en Qatar, la plaza Verde, en la que supuestos ciudadanos libios salen a celebrar la victoria de las fuerzas imperialistas, todo transmitido al mundo como el fin de la guerra, y la victoria de occidente contra el mundo islámico. Lo concreto y verdadero, es que pasados ocho años de aquella supuesta victoria "humanitaria", la guerra aún no se acaba en Libia.
"La guerra se basa en el engaño", afirmaba Sun Tzu en su Arte de la Guerra, y recomendaba a sus practicantes: "Sopesa la situación antes de efectuar movimiento alguno. Aquel que domina el artificio de la diversión saldrá victorioso. Así es el arte de maniobrar". Coloca Tzu, el engaño y la distracción, como lo dos elementos claves para obtener la victoria en una guerra. Donald Trump, ha demostrado que domina con creces el arte de distraer para orientar el rumbo que estima darle a sus contiendas políticas. Así, durante la campaña electoral presidencial, el entonces candidato se vio contra las cuerdas tras la salida de un reportaje en el Times, que abordaba el conflicto de intereses que afrontaría de ser electo presidente por sus negocios alrededor del mundo. La reacción de Trump, provendría desde las redes sociales, de las cuales es muy adicto, quien en vez de defenderse de las acusaciones en su contra, estimó que la mejor defensa era el ataque, y reaccionó denunciando un supuesto fraude electoral en su contra que se estaría fraguando, distrayendo la atención totalmente del foco principal en que se le pretendía encapsular: el denunciado conflicto de intereses. "Aquel que domina el artificio de la diversión saldrá victorioso. Así es el arte de maniobrar". Y, efectivamente, Trump salió victorioso y fue electo presidente.
En el caso concreto de la realidad venezolana, es pertinente traer a colación las 10 Estrategias de Manipulación Mediática, de Noam Chomsky, la segunda de ellas, encaja como anillo al dedo para explicar la dinámica actual por la que atraviesa Venezuela, leamos: "Crear problemas y después ofrecer soluciones. Este método también es llamado "problema-reacción-solución". Se crea un problema, una "situación" prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos". La llamada guerra económica, inicialmente camuflada en el artilugio del fracaso del "modelo chavista", funcionó acertadamente en beneficio de los provocadores de las dolencias del pueblo venezolano; al punto, que les dio una victoria electoral parlamentaria en 2015. Una victoria, que despilfarraron en pocos meses, promoviendo el desconocimiento de las demás instituciones democráticas bolivarianas, en específico, al Poder Ejecutivo y luego el Poder Judicial. Hasta que, finalmente, terminan jugándole a la carta de la violencia como alternativa real de cambio de régimen. Fracaso tras fracaso, lleva al propio Trump a tener que intervenir directamente en la confrontación política venezolana, ante la evidente incapacidad de sus agentes políticos en territorio venezolano.
Distracción y engaño, se convierten entonces en las dos armas predilectas de parte del imperialismo para lograr sus objetivos de dominación y sumisión de la nación venezolana. Mientras, que la estrategia de la distracción, se convierte en el arma privilegiada por las fuerzas patrióticas, que la han empleado a satisfacción en función de disipar las fuerzas de sus enemigos. Tal cual, el Padre Libertador Simón Bolívar, en Carabobo. Señala Chomsky: "El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes". […]"Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)". Valga decir, que a medida que el imperialismo emplea técnicas de engaño para atraer hacia sí, el apoyo interno; la distracción, se ha convertido en una herramienta que vienen empleando las fuerzas patrióticas para contrarrestarles. Casi, pudiéramos concluir, que ambos contendientes se retroalimentan mutuamente en el engaño y la distracción. Incluso, peor aún, ambos se complementan mutuamente para lograr apoyos internos.
Ésta última afirmación, la podemos apreciar con mayor claridad en ejemplos concretos. El año 2017, fue anunciado por el gabinete económico y el propio Presidente Constitucional, Hno. Nicolás Maduro, como el año del despegue económico. Muchos anuncios, en ese sentido, se hicieron de parte del Gobierno Bolivariano. Todo parecía que así sería, entonces sobrevino –nuevamente- la violencia terrorista de la oposición imperialista. La excusa perfecta. Fue derrotada la violencia con elecciones, pero la debacle económica continuó y se convirtió en el justificante perfecto para el impulso, y promoción de la migración de venezolanos a los países vecinos y con ello, poder concretar -en hechos concretos- la tesis de la crisis humanitaria. Vino el año 2018, de nuevo se anuncia con bombos y platillos, el renacimiento económico de la República y se lanza un Plan de Recuperación, que es boicoteado por los agentes económicos del imperialismo, en un dos por tres. Culmina ese año, con la misma crisis de la economía previa a agosto 2018. Así, iniciamos 2019, con el descontento creciente de nuestra población por la especulación y guerra de precios, que le imposibilitan al pueblo todo, poder adquirir sus bienes esenciales para sobrevivir. Nuevamente, el Hno. Presidente, Nicolás Maduro, reincide en proclamar este nuevo año como el año de crecimiento económico y prosperidad de nuestro pueblo. El imperialismo, de nuevo ataca y se decide por el intento de golpe de Estado de nuevo tipo, proclamando un dictador que se autojuramenta como tal, en una calle del este caraqueño; quien, de inmediato es reconocido por Tump, sus doce colonias y algunos gobiernos de la dócil Europa, como supuesto presidente interino. ¿Quién fue primero, el huevo o la gallina? Parecieran preguntarse estos dos factores en pugna, que se impiden mutuamente concretar las agendas de prosperidad y desarrollo de sus pueblos. Un juego perverso, en que el gran perdedor, a la larga, será el pueblo venezolano, quien no verá la prosperidad surgir en su economía, si este juego continúa a perpetuidad.
Es importante hacer un llamado a la dirección revolucionaria y patriótica, para que haga todo lo posible e imposible, para salir de este juego perverso, concentrando sus baterías de fuego, en la resolución del principal problema que aqueja al pueblo venezolano: la economía. Ya basta de seguirle la distracción a Trump. Hoy, es amenaza de invasión; mañana, la ayuda humanitaria; pasado mañana, expropiación de CITGO, y así sucesivamente, toda una cadena de políticas distraccionistas que le han permitido al imperialismo, seguir mostrando el trapo rojo de una economía hiperinflacionaria, una de las peores del mundo, y por lo tanto, el mal ejemplo que no deben seguir los países del planeta, tal como lo evidencian las recientes elecciones presidenciales en El Salvador. Es, en la economía, donde la atención presidencial debe concentrarse para hacer salir del foso en que la han llevado el imperialismo de EEUU, sus agentes de Fedecámaras y Lorenzo Mendoza, a la economía venezolana. ¿Qué será complicado el proceso de recuperación? Evidentemente que sí. Las políticas de sanciones, bloqueo financiero y comercial, así lo dictaminan. Pero, si no hay el convencimiento de que solo con políticas y medidas radicales y revolucionarias en lo económico, podremos salir de este atolladero, nada será posible. Como bien, lo decía el Che: "Es imposible hacer el Socialismo con las armas melladas del capitalismo". Por ello, el Comandante Chávez se auto exhortaba a "golpear esta situación y hay que golpearla ya. Para eso tenemos nosotros un mandato del pueblo" (Aló Presidente 366, 31 de octubre 2010). Si no se concientiza, que con este asunto se nos va la Revolución, de poco valdrán distracciones y engaños, tan solo, lo que dura un peo en un chinchorro…
Caracas, 09-02-2019