El huevo y las Farc

La especie humana tiene una característica que quizá sea única entre todos los animales, es su capacidad de enloquecer, de suicidarse. La historia de la especie nos habla de periodos de franca locura: las guerras mundiales, los genocidios, el odio étnico, la destrucción de su propio hábitat, la extinción de especies, la contaminación de mares, la desertificación… todo eso y más sólo puede ser obra de una especie que padece una fuerte patología mental. No obstante, la especie humana es también la única capaz de construir las condiciones de existencia que determinen una conciencia sana. Dicho de otra forma, la condición humana, su conciencia depende de la existencia que el humano construye.

La peste mental comienza, quizás, con la separación de las palabras de su significado, el mal parece residir en el abuso de la imaginación, o mejor, en confundir lo imaginado con lo real, la fantasía con la realidad. Parece que la especie es víctima de su pensamiento, de haberse apartado de su naturaleza y emprendido un viaje hermoso, solitario pero muy peligroso, el navegar con el libre albedrío, ser capitán de su voluntad.

Hace años un gran hombre nos dijo que Revolución (que no es otra cosa que recuperar la cordura) era no mentir jamás. La definición pasó desapercibida. Con el tiempo hemos comprendido que allí, en aquella frase, reside la salvación de la humanidad. Es así, si los gobernantes no dejan de mentir la humanidad perece. La historia está llena de mentiras, aquí entre nosotros tenemos un ejemplo muy claro, las mentiras nos llevan a la locura colectiva, los más sanos huyen del país, presienten el derrumbe, los gobernantes siguen mintiendo.

Son suficientes dos ejemplos, dos síntomas, para entender la enfermedad mental que padecemos. Veamos.

El precio del huevo, señal del derrumbe de la economía. El salario mínimo diario no alcanza para comprar un huevo, una gallina que pone un huevo diario gana más que un obrero. Sin embargo, el gobierno sigue gobernando como si nada sucediera, inaugura planes que no llevan a ninguna parte, habla de periodo escolar maravilloso como nunca en la historia cuando la deserción escolar es terrible, habla de internet veloz, de petro robusto, todo delirio. No se percata del desastre puertas afueras de Miraflores. Perdió noción de la realidad, cree sus desvaríos, están locos. La oposición, por su parte, es igual de perturbada: salió a buscar la cordura junto a los gringos al reino de la demencia, dice que maduro apoya a las FARC, como si este gobierno estuviera en condiciones, supiera, apoyar a alguien, a algo, le crean así la imagen de terrorista, facilitan el ataque.

Las mentiras permean a la sociedad toda, la esquizofrenia es general; los más sanos, por instinto, huyen a otros países, buscan bienestar material, pero sobre todo coherencia mental, restablecer la conexión entre las palabras y su significado, por allá no encuentran sosiego. En una sociedad así, padeciendo un ataque agudo de enajenación, necesariamente la peste se expresará en el gobierno que cada día se inclina más al fascismo. Es así, son tiempos propicios para el fascismo, ya se ven algunos síntomas, la desvalorización de la vida es uno, ahora los asesinados por los cuerpos represivos no conmueven, pasan como si se informara de los resultados de un juego de beisbol, el cinismo es general, mientras la masa se deprime, se desespera…

Es necesario, urgente, restaurar la relación de la palabra con la vida, rescatar el valor de la palabra empeñada, devolverle el valor, rescatar las condiciones propicias para una conciencia sana, y eso solo se logra derrotando al capitalismo y construyendo el socialismo.

"Revolución es no mentir jamás"

 



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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