La indignación y Cataluña

La indignación es un sentimiento estético y moral. Si hay una razón para que nos indignemos, es la de que no podemos evitar hacerlo; las justificaciones vendrán después. Y ésta es la verdadera razón por la que somos pacifistas. Por lo tanto, somos pacifistas si todavía conseguimos indignarnos ante la guerra y ante la injusticia. Pues si nos indignamos es porque hemos evolucionado y debemos rebelarnos -este es un imperativo moral y político- frente a la amenaza de la guerra y la injusticia porque simplemente no las soportamos. La esperanza es que la indignación de unos pocos funcione con efecto "bola de nieve" que al bajar de las cimas aumente progresivamente su volumen y se vuelva "masa".

Por otra parte, el prepotente necesita siempre a "su" oprimido, y el indignado no pierde de vista nunca al prepotente... Por eso en un periodo de la historia del presente español en que aletea la máxima inestabilidad social y desde ella conatos de una nueva guerra civil, quienes nos indignamos, nunca traspasamos la contención.

Los catalanes lo saben, y los independentistas catalanes, sabiéndolo, no caen en los excesos por principio cultural y político. Así, quienes en Cataluña se extralimitan y actúan con violencia, o son infiltrados de los prepotentes que buscan provocar situaciones violentas para que sean reprimidas primero policíacamente y luego normativamente, o son falsos catalanes que todavía no se han civilizado suficientemente porque no han sido integrados en la cultura y pacifismo catalanes, o son de las dos clases al mismo tiempo.

He aquí el nudo gordiano del problema político catalán. Un escenario atravesado por el salvajismo que no pueden evitar los gobernantes del territorio, y una falta de voluntad absoluta por parte del Estado español para zanjar el asunto con un referéndum que todo lo explicaría y atenuaría la convulsión reinante. Un enfrentamiento que por ahora sólo un taumaturgo podría resolver... Y no parece que ninguno de los posibles presidentes del Estado español que salga después del día 10 de Noviembre pueda ser ese milagrero. Al contrario, todo parece indicar que va a ser un daimon encargado de agravar mucho más las consecuencias de la aberración cometida por sus cómplices alojados en la justicia española....



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Jaime Richart

Antropólogo y jurista.

 richart.jaime@gmail.com      @jjaimerichart

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