No hay nada más horroroso
que la ignorancia activa
Goethe
- El racismo estadounidense es harto conocido para nosotros en esta región del continente americano. Ahora resurge en España el fascismo más recalcitrantemente franquista en la persona de Joseph Borrell, el flamante ministro de Relaciones Exteriores de la Unión Europea. Borrell emite unos conceptos al nivel del supremacismo blanco de Trump. En una conferencia, Borrell acaba de decir que Estados Unidos tiene muy poca historia detrás. "Que nacieron a la independencia sin historia, que lo único que habían hecho era MATAR A CUATRO INDIOS, pero aparte de eso... fue muy fácil». Un ministro de la Unión Europea que dice esto de la manera más fresca y en momentos en que una criminal como Jeanine Áñez y Luis Camacho mantienen una atroz dictadura en Bolivia, habiendo ya asesinado a centenares de indígenas, y por supuesto, apoyada por EE UU.
- El escritor Fernando Maura, ha replicado a Borrell citando un reportaje publicado el 2 de marzo de 2018 por la revista «Nature» en el que se recoge que EEUU autorizó unas 1.500 guerras o ataques contra los indios y que a finales del siglo XIX solo quedaban 238.000 aborígenes en su territorio frente a los 5-15 millones que se estima que lo poblaban en 1492. Maura también quiere saber a través de estas preguntas si Borrell tiene pensado pedir disculpas por sus palabras y también le gustaría conocer qué opina de ellas el Ejecutivo y si cree que el modelo de integración racial de EE.UU. «es un caso de éxito». Hoy se sabe perfectamente que durante tres siglos el régimen de la mita impuesto en Potosí (Bolivia) por los conquistadores españoles mató a 8 millones de indios.
- Si usted se considera revolucionario o de izquierda, y no ha estudiado con sumo cuidado la obra "HISTORIA DE LA NACION LATINOAMERICANA" de Jorge Abelardo Ramos, usted padece de una grave deficiencia intelectual. Deficiencia que le afectará extraordinariamente en su conocimiento de la historia de la Patria Grande, y de la concepción bolivariana de la lucha y de la revolución de independencia en América Latina. Este libro me abrió los ojos sobre el destino de nuestro continente, y no he dejado de pensar en él en estos días, a raíz del monstruoso crimen que ha cometido Estados Unidos y la Unión Europea contra Bolivia, imponiendo la dictadura que hoy preside esa bazofia llamada Jeanine Áñez.
- Empecemos por el Departamento de Santa Cruz: A decir de Sucre, el general mestizo Santa Cruz (hijo de un español y una india) era un inepto y un cobarde, y además un horrible racista al estilo de los monstruos de Jeanine Áñez y Luis Camacho. De modo que el Departamento de Santa Cruz (Bolivia) está maldito, históricamente. El general Santa Cruz fue Presidente de Bolivia y de la Confederación Peruano- Boliviana, y fue quien anuló todas las disposiciones legales impuestas por Bolívar en el Alto Perú sobre liberación de los indios y haciendo volver el régimen jurídico que legalizaba la mita, y el "pongo". El general Santa Cruz devolvió a las clases terratenientes y mineras del Alto Perú el poder que a éstos le había quitado el Libertador Simón Bolívar, regresando así a la secular explotación a las mayorías bolivianas.
- Es increíble, pero Bolivia parió a uno de los mayores canallas racista que conozca la tierra, a Alcides Arguedas, un cholo (lo digo sin sentido peyorativo) en toda la extensión de su faz y de su sangre. Decía Arguedas, que la sangre india en Bolivia llevó al país al atraso moral y político, y la juzgaba responsable de la degradación nacional. Este ser profundamente acomplejado abrigaba la esperanza, sin embargo, que de la mezcla con otras razas humanas "superiores" la liquidacion del criollo autóctono, vendría a "ese suelo estéril en que, a no dudarlo, concluirá pronto su raza". Arguedas que se pasaba la vida en Cuilly, cerca de Paris; cortaba rosas de Francia por la mañana y redactaba dicterios contra los indios de su país por la tarde. Nos refiere Jorge Abelardo Ramos Arguedas era "el feliz propietario de dos buenas hectáreas laborables a 40 kilómetros de Paris. Servil con los poderosos de Europa, renegado de su raza, degollador de árboles centenarios, Arguedas se hacía servir en Cuilly por un indio del Altiplano, al que castigaba con látigo a la menor falta.
- Bolívar provocó en Bolivia toda una revolución jurídica, aboliendo los tributos indígenas: declaró extinguida la mita, la encomienda, el yanaconazgo y el servicio personal de los indios "baxo todo respecto, y sin eseptuar aun el que prestan a las Iglesias". Pero, lamentablemente a los encomenderos españoles, sucedieron los hacendados criollos. En un principio Bolívar creyó extinguida en Bolivia la autoridad de los caciques indígenas y declaró a todos los indios, ciudadanos. Pero aquel país estaba plagado de traidores, principalmente por el ya mencionado general Santa Cruz. No pudo vivir Bolívar lo suficiente para destruir de raíz la propiedad latifundista o la superestructura jurídica.
- Aquella pérfida aristocracia boliviana, que como dice Ramos, absorbía la sangre indígena desde hacia generaciones, no estaba dispuesta a tolerar los cambios propugnados por Bolívar. El maestro Simón Rodríguez les escribió desde esa Bolivia aterida de muerte: "Solo usted sabe, porque lo ve como yo, que para hacer repúblicas es menester gente nueva; y que de la que se llama decente, lo que más se puede conseguir es el que no ofenda". Con esos antecedentes de un hombre tan acomplejado pro Alcides Arguedas, los residuos de su barbaridad todavía se sienten, y ahí están sus consecuencias. Dice J. A. Ramos que el darwinismo social hizo furor y aun domina el pensamiento inconfeso de las "elites" criollas. Que el programa de Jorge Luis Borges lo resumio en dos epigramas: "America Latina no existe"; y la segunda: "Somos europeos en el destierro".
- Pero hoy vemos por otro lado que Europa, eternamente racista y criminal, tomó posesión de América Latina a partir de la ruina del Imperio español. Luego apareció el imperio norteamericano el cual se apoderó de las minas, las bananas, el café, el cacao, el petróleo o las carnes. Pero como nos dice Ramos consumo una hazaña mucho más peligrosa: influyo sobre gran parte de la intelligentsia latinoamericana y tendió un velo sutil entre la trágica realidad de su propio país y sus admirados modelos externos. Por eso hoy la Unión Europea ama con locura a ese monstruo llamado Jeanine Áñez. Asi –recalca-, hasta los rebeldes de aldea, y hasta las doctrinas de "liberación", llevaban la marca del amo al cuello. "Con el sello de Occidente, eran como cartas de navegación erróneas, preparadas para extraviar a los viajeros. Todo lo latinoamericano o criollo fue despreciado o detestado. Desde la Ilustración o aun antes, no faltaban antecedentes para ello. Desde Buffon o el Abate de Paw, hasta el más lozano egresado de alguna Facultad de Sociología o Historia en la última parroquia, desdeñaban la inmensa tierra bárbara. Los europeos en tiempos de la Conquista, la Ilustración luego, no podían siquiera imaginar que otros mundos no recorriesen, ni en su fauna, flora o historia, diferentes caminos que los que había conocido el continente-modelo. Aplicaban al Nuevo Mundo su propia clasificatoria: así, para Buffon o Voltaire, en América Nueva pululaban leones calvos y tigres minúsculos. Por el contrario, los reptiles y alimañas eran de tamaño gigante. Indios asexuados e insectos enormes, la Terra Nova, era para algunos, demasiado joven; para otros, demasiado vieja. A Hegel se le antojaba que aquí no había historia, sino pura naturaleza, que como se sabe, aborrece al Logos.
- Por otra parte, el escritor Pio Baroja juzgaba al americano del Sur como "un mono que imita" y a América Latina como un "continente estúpido". Nos refiere Ramos que la denigración europea se fundaba en la necesidad de ignorar y desacreditar aquello que esquilmaba. Pero además aquí para sentirse civilizado todo se importaba. "Todo se acarreaba de afuera, pero todo era pacotilla, pues nada se adaptaba a la realidad latinoamericana, como aquellos gruesos abrigos de piel que usaba el patriciado de Rio de Janeiro en el siglo XIX, sudando a chorros en el trópico y harto satisfecho de que también se usaran en Londres, de donde se importaban. "… junto a los ferrocarriles o usinas, los grandes imperios introdujeron en estas sociedades indescifrables un estilo de pensamiento que modeló la historia, las ideas políticas, la sociología, el proceso cultural, las artes y las costumbres. No pocas particularidades de América Latina encontraron obstáculos para desenvolverse por un camino propio bajo la insinuante y deslumbrante presión occidental".
- Cuando vemos a los monstruos de Jeanine Áñez y Luis Camacho blandiendo una Biblia para derrocar un gobierno legítimo tenemos que recordar que en nuestra América el clericalismo, fue siempre esclavista y latifundista. Ahí están esos códigos que aún nos oprimen, como el escudo brasileño que lleva aun la divisa de Augusto Comte: "Ordem e Progreso". En la avanzada Argentina del siglo XX, "matar de un balazo a un indio "colla", peón en una finca del Norte Argentino, carecía –nos dice Ramos- de consecuencias penales para el asesino, dueño de la finca, y eso pasa hoy en Bolivia y eso hace feliz a los gobiernos de Estados Unidos y de la Unión Europea.