Impacto del COVID-19: hacia la apertura de un nuevo paradigma

El virus invisible ante los ojos del humano, que surgió en Wuhan en diciembre de 2019, se convirtió rápidamente en pandemia en febrero de 2020 por el desconocimiento de la misma, por la forma tan rápida de su propagación y por la ignorancia del ser humano en acatar las normas sanitarias de manera expedita y oportuna, especialmente por los líderes del mundo que no le dieron la importancia respectiva por cuidar sus intereses económicos antes que a sus ciudadanos. Gracias a la globalización, la relación entre las personas y su entorno se ha transformado, no existen fronteras —solo para presidentes como Trump que se empeña en hacer muros para quienes buscan "el sueño americano"—, las murallas destruidas como el Muro de Berlín dieron paso para impulsar este fenómeno. Sin embargo, en este mundo globalizado cualquier pequeña variación que ocurra, como un virus, en cualquier lugar del globo puede crear la hecatombe total, en un tiempo impredecible, en todo el planeta. En este sentido, cualquier orate que maneje y tenga el poder económico en su afán de proteger sus intereses, termina promoviendo guerras, destruir el planeta, crear armas biológicas, acelera más el proceso de la humanidad toda. El creador de esta arma biológica (COVID-19), nunca imaginó que su efecto sobrepasaría las fronteras de las naciones, efectivamente su resultado globalizador trascendió murallas de incertidumbre para tocar los mercados de valores, del petróleo, de las economías del mundo, cierre de edificios públicos, de empresas, más del 60% del comercio global paralizado, interrupción de la capacidad de producir riqueza, hasta la inamovilidad de los ciudadanos. El crecimiento económico se reducirá peor que la crisis financiera generada también por el capitalismo en el año 2008. Los dueños del mundo están preocupados por la paralización de sus grandes empresas, por otra debacle económica porque no estaban preparados, pues subestimaron el virus. El mes de marzo de 2020 será recordado como el "mes negro" para la economía global; pero también nos dejará varias lecciones y desafíos como seres humanos, ya que la pandemia nos conducirá como un motor a reorientar esta profunda crisis; cambiar todos los aspectos políticos, sociales, económicos, culturales, ambientales y la más importante, como un fenómeno novedoso que tendremos como desafío producto de estos impactos, prepararnos para "la muerte de un sistema perverso por la apertura de un nuevo paradigma más humanista"; es decir, el renacimiento de un nuevo Ser Humano comprometido sencillamente con y por el HUMANO.

SI este planeta sigue sometido a este sistema salvaje capitalista será difícil pensar en un modelo más humano para quienes el mercantilismo, la importancia del capital es superior y el control del planeta su objetivo, la crisis se agudizará más, los impactos postpandemia serán más espinosos de llevar que las mismas normas sanitarias que tuvimos que acatar. El FMI ya ha dado sus primeras alarmas, desconociendo hasta cuándo será esta caída global. Goldman Sachs, estima que la contracción del PIB norteamericano este 2020 será de -24% (superior a la crisis financiera de 2008); El Instituto Internacional de Finanzas cree que la caída de Europa será de 18%, para China de 19% (primer trimestre), con vísperas a recuperarse en el II trimestre y un cierre de crecimiento de 3,5%. El escenario para América Latina y el África no luce nada agradable, solo basta deducir si los grandes países europeos y los EE.UU. se vinieron a la bancarrota con una pandemia como la existente ¿qué quedará para los países pobres? En peor situación se encuentran los países bloqueados, como Venezuela, Cuba, Nicaragua, Irán y Siria. Hay que destacar que estos países abordaron a tiempo la pandemia, gracias a ello no hay mayor número de infectados y de decesos como otros países que presumían de una robusta salud pública. No existe mano invisible que regule los mercados globales para autorregularse, tampoco los salvavidas que asuman tales riesgos. A Trump lo volvió loco "la gripecita", ahora intenta salvar su imperio. El Estado de Bienestar es mucho más débil; el sueño americano y europeo dejó de ser el espejo o el marketing con el que atrajeron a muchos a merced del consumismo, para mostrarse que están tan o peor que los países que consideran su patio trasero o que pueden dictarle normas. Cuba no será un paraíso para muchos que descalifican su sistema, pero nadie puede negar que hoy día se sitúa en el centro geopolítico mundial en materia de salud, la cual la posiciona como el más altruista del mundo. En el caso de Venezuela, si las sanciones y bloqueos prevalecen será imposible que el país tenga crecimiento económico. En un escenario favorable, pudiera el país recuperarse a mediano plazo, porque su dinámica dependerá también del escenario económico mundial. En el peor de los casos, si las medidas vergonzosas e inhumanas del imperio continúan, sumado a los efectos postpandemia, el gobierno venezolano tendrá que buscar ayuda inmediata con los países aliados. Se debe considerar y apostar por la propuesta de la economista Pascualina Curcio: reposicionar la moneda nacional, o respaldar el bolívar con nuestra principal reserva el oro, opción ésta que debe ir acompañada por otras más efectivas en materia cambiaria y monetaria.

El Corona virus dejará más empobrecidos que muertos. Algunos analistas le llaman la Pandemia de la Desigualdad, ya que nace un nuevo desorden económico mundial, por ende más desequilibrio, la lucha de clase no cesará y la supervivencia del más apto se impondrá más. Aunque el humano, bajo éste sistema neoliberal, siempre ha vivido en la barbarie, solo que la pandemia les quitó la careta a sus gobernantes. Pero, la pandemia viene ser el resultado del desastre económico e inhumano a la que nos sometió el lado oscuro (la matriz), no es la causa de lo que vivimos. Esta crisis nos regresa a otro impacto sin precedentes, será la repercusión más trascendental: la etapa de la barbarie o la era al desarrollo de una nueva civilización más humana. Tenemos un desafío como humanos para salir airoso de esta crisis: por un lado como pueblo o colectivo, como sociedad, asumir el control del Estado (como Poder Popular) para incidir en la inclusión social como poder constituyente para gozar del mayor bienestar social posible, en todos los órdenes, especialmente en los servicios básicos de salud. Los privilegios a algunos "líderes del proceso" deben acabarse; en esta etapa las condiciones deben ser iguales tanto para el líder de una calle como para un alcalde. Por otro lado, el reto a nivel individual, como Ser Humano, es lograr ser la mejor versión de Ser uno mismo, haciendo comunión con lo más elevado que hay en cada uno de nosotros. Debemos parar y cambiar los viejos modelos retrógrados que nos esclavizan que amarran nuestra mente; colocando por encima los esquemas del consumismo y del individualismo por la urgente transformación de la vida, donde se promueva la solidaridad, la responsabilidad individual con consciencia colectiva. El universo nos está dejando una lección y es reencontrarnos, dejar atrás lo viejo para ir hacia cambios más trascendentales, hacia la apertura de un nuevo nivel inevitable para la humanidad; sin olvidar que estamos en deuda con el planeta, con la naturaleza, con la vida, pues no somos los únicos seres en este plano. Esta guerra no solo es bacteriológica, es del humano contra el humano. Por ello es preciso reencontrarnos y solo desde el Amor es posible. Este momento es HOY, el por ahora es HOY, el mañana es HOY.



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Esmeralda García Ramírez

Licenciada en Administración Articulista

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