Afganistán: Crónica de una derrota anunciada

Comienzo diciendo que siendo representante de la juventud venezolana ante la Federación Mundial de la Juventud y los Estudiantes (FMJD), tuve el privilegio, por allá por el año 1984, en plena ocupación soviética, de estar presente en una conferencia internacional en Kabul, capital de Afganistán, y percibir in situ las grandes montañas que bordean esa ciudad y las dificultades que significaba para fuerzas interventoras lograr ocupar un territorio ante un enemigo diestro, siniestro y conocedor de su "espacio vital".

Lo que está ocurriendo hoy en día estaba escrito. Nada nuevo bajo el sol. Así como en la Biblia se habla del destino del ser humano, lo ocurrido en Afganistán era "crónica de una derrota anunciada" para Estados Unidos, que se retira con el "rabo entre las piernas" y no podía ser de otra manera. En este siglo XXI vive de derrota tras derrota.

Los talibanes siempre han operado con un lema: "ustedes tienen los relojes, nosotros el tiempo", lo cual ha sido puesto en práctica por ellos y con lo cual han logrado derrotar a distintos invasores. Primero, los ingleses, luego los soviéticos y ahora a la OTAN con Estados Unidos a la cabeza.

El escritor e historiador escocés, William Dalrymple, en su libro: El retorno del rey. La aventura británica en Afganistán 1839-1842, cuenta la historia de la primera guerra anglo-afgana y sostiene que es probablemente la mayor humillación sufrida por Occidente en Asia. Esa guerra de 1839-1842, librada de acuerdo a una "Fake news", que afirmaba que un representante ruso había sido enviado a Kabul para crear el pánico sobre una supuesta invasión rusa, ante lo cual el embajador británico en Teherán, John MacNeill, rusófobo declarado, diría: "Deberíamos proclamar que quien no esté con nosotros está contra nosotros. Debemos apoderarnos de Afganistán".

Es así que tiene lugar una guerra nada afortunada para los británicos. El ejército de la potencia militar de entonces fue derrotado por unos guerrilleros mal equipados, pertenecientes a diversas tribus.

Luego, entre 1979 y 1989, el ejército soviético interviene en ese país apoyando a las fuerzas armadas de lo que en ese entonces se llamaba la República Democrática de Afganistán (RDA) que tuvieron que enfrentar a grupos de guerrilleros afganos islámicos (insurgentes muyahidines), respaldados por países occidentales, entre ellos Estados Unidos, quienes les proporcionaron ingentes cantidades de armas y dinero. El resultado se conoce. El ejército soviético fue derrotado y la URSS terminaría, además, disolviéndose.

Con los acontecimientos del 11/S/2001, Estados Unidos pondrá en marcha la política de la seguritización que postula que el enemigo no es un enemigo real con quien es factible negociar luego de haberlo debilitado, sino que es un enemigo absoluto, al que es necesario eliminar y es así que un mes después, el 7 de octubre de 2001, invaden Afganistán, con la operación "Justicia Infinita" y "Libertad Duradera" de George W. Bush buscando extirpar al "cabecilla del terrorismo" Osaba Bin Laden, fundador y máximo líder de Al Qaeda, quien supuestamente se aposentaba en ese país.

De esa invasión han transcurrido dos décadas, Osaba Bin Laden fue asesinado el 2 de mayo de 2011, los talibanes, que fueron expulsados del gobierno por sus vínculos con Al Qaeda, sin embargo, hoy le anuncian al mundo que han tomado el palacio de gobierno en Kabul ante lo cual el mundo se muestra expectante, surgen las preocupaciones por doquier y las posverdades y sobre todo las Fake news están en pleno desarrollo y haciendo su trabajo de confusión.

El pueblo de Estados Unidos se encuentra en "shock" y sus líderes se acusan mutuamente de la responsabilidad de la derrota. No es para menos. Irse de Afganistán sin haber triunfado, con unas imágenes que circulan por las redes sociales de la huida del personal de la embajada gringa de esa nación, hacen que los fantasmas de Vietnam reaparezcan y golpean fuertemente el orgullo colectivo de la nación considerada la más poderosa del mundo.

El excepcionalismo, herido en su fuero interno, reacciona de inmediato. El expresidente Donald Trump, muy activo últimamente, que viene hablando de que le cometieron fraude en las elecciones donde fue electo Joe Biden, que ha afirmado que "estamos en el comienzo de un sistema comunista en Estados Unidos." ahora solicita la renuncia del presidente de ese país. Diría un grafiti. "fin de mundo".

Pero lo cierto de todo es que como en Vietnam, Estados Unidos se va de Afganistán con el "rabo entre las piernas", porque se retira sin ningún aire de triunfo y con la evidencia de que es altamente vulnerable ante las guerras de guerrillas o la lucha contra el terrorismo. Por supuesto, no sin antes dejar sus huellas imperiales y sus secuelas malditas para los pueblos. En el caso de Afganistán, el país más pobre y analfabeto de Asia, uno de los países más corruptos del mundo, con las peores infraestructuras médicas y educativas, con un nivel de vida de las más bajas que se conoce y con la lamentable notica que una guerra civil está en ciernes.

Pero la derrota es cierta y palpable, no sólo de Estados Unidos, sino de la OTAN completa, así que el principio de los talibanes de hacer uso del tiempo más que del reloj ha sido un arma que han utilizado para no sucumbir ante tres imperios.

 



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Franklin González

Doctor en Ciencias Sociales, UCV. Sociólogo, Profesor Titular, Ex Director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV. Profesor de Postgrado en la UCV, la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela y en el Instituto de Altos Estudios ?Pedro Gual? del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores. Fue embajador en Polonia, Uruguay y Grecia.

 framongonzalez@gmail.com

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