El Comité de Derechos Humanos de la ONU califica de "arbitraria" la sentencia que en 2012 expulsó de la carrera judicial al magistrado que había destapado el caso Gürtel, Pero el tribunal no se siente concernido por el dictamen del comité de Naciones Unidas, que exige a España eliminar los antecedentes penales de Garzón y "proporcionarle una compensación adecuada por el daño sufrido". El Supremo solo considera vinculantes las resoluciones del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, pese a que el Pacto de Derechos Civiles y Políticos de Naciones Unidas, ratificado por España ya en 1977, es el que regula la existencia del Comité de Derechos Humanos, su composición y sus funciones. Y el artículo 10.2 de la Constitución española dispone que las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades reconocidas se interpretarán "de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por España". Por lo que es vinculante. De la misma manera que pese a no decirse en ningún sitio que el Código Penal es vinculante, lo es. La propia Constitución española establece la obligatoriedad de interpretar las normas sobre derechos fundamentales con arreglo a "los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por España".
El TS y el TC desde el principio fueron sospechosos, para mí y para millones que nada pudimos hacer para evitarlo, de ser el santuario donde estaba depositada la quintaesencia del franquismo. Las condenas y el trato penitenciario dado a los encarcelados del PP, absolutamente benévolos en proporción a lo que entiende el ciudadano común que es la responsabilidad penal de quienes desde ese partido han contribuido durante cuarenta años al vaciado de las arcas públicas españolas, han sido la muestra de encontrarnos, de estar España, frente a coartadas técnicas calculadas ab initio para encubrir el talante de los magistrados de ambos altos tribunales. El TS y el TC, a lo largo de las cuatro décadas que vivimos bajo la lona de un espantajo democrático, en cuantos procesos de envergadura y con consecuencias sociales, políticas y territoriales graves o gravísimas han tenido que pronunciarse, han ido evidenciando que son dos nidos irreductibles de franquismo redomado. Si el Tribunal de Derechos Humanos, o éste Comité de la ONU tuviesen la competencia e instrumentos (policía) de que dispone el TS, lo mismo que la Sala II juzgó y encarceló prevaricando a los políticos del Govern Catalàn ellos hubieran enviado, sin prevaricar, a sus policías a detener, juzgar y encarcelar a los miembros de ambos tribunales españoles en distintas ocasiones en que ha condenado a España por transgresiones parecidas a ésta. Noticias que guardó registradas pero que los medios han metido enseguida en el cajón del olvido. Tanto es así que, pese a que la Constitución fue redactada astutamente para dar entrada automática a la monarquía, y la interpretación de la territorialidad de ambos tribunales sigue uncida a la idea de “unidad” del dictador, debiendo por eso ser modificada de arriba abajo y mejor abrogada, aun considerándola válida y básica los miembros de ambos tribunales siguen favoreciendo la transgresión del texto con interpretaciones arbitrarias de sus normas y de otras normas jurídicas. Como ahora vuelve a probarlo esta respuesta chulesca al Comité de Derechos Humanos de la ONU en la que se muestra su desapego y desafección al orden internacional establecido en materia de derechos humanos. Una actitud que conecta, naturalmente, con los discursos generales del PP y del otro partido radical franquista de cuyo nombre prefiero olvidarme. Lo que a su vez explica el por qué las sucesivas legislaturas durante los años de esta semi farsa democrática, ambos partidos han recurrido todos los asuntos políticos de importancia ante los dos tribunales, según el caso, y estos les han dado siempre en todo o en parte la razón. Lo que hace operativo ese refrán castellano “dos que se acuestan en el mismo colchón acaban siendo de la misma condición”, es decir, los dos tribunales, el PP y el radical franquista comparten pensamiento y actitudes similares...
28 Agosto 2021
Esta nota ha sido leída aproximadamente 1167 veces.