La muerte del Guerrillero Heroico en Bolivia

Los últimos días del Che Guevara

Llegó el mes de septiembre de aquel año de 1967, el cerco de las tropas bolivianas se cerraba en torno del Che y de sus hombres. El gobierno del presidente Barrientos, por intermedio del vocero militar Ovando anunció que habían capturado 19 pasaportes, que usaron los guerrilleros extranjeros para entrar al país.

Barrientos y Ovando pusieron a precio la cabeza del revolucionario argentino-cubano, ofrecían 5.000 dólares. La opinión pública consideraba falsas las noticias de la presencia del Che Guevara en Bolivia, a pesar de que el canciller boliviano exhibió pruebas y fotos sobre la presencia del Guerrillero Heroico en esa nación.

El Vicepresidente de la República, Luis Adolfo Siles Salinas, anunció que los instructores yanquis habían terminado el curso de entrenamiento del Regimiento Ranger de contra insurgencia. El Comandante del regimiento, que era el Coronel José Gallardo, anunció que los militares norteamericanos eran los artífices de la nueva personalidad de los soldados bolivianos.

El jefe de los militares, Mayor Ralph Shelton, junto a 15 expertos en la lucha antiguerrillera, fueron los encargados de adiestrar a los bolivianos y ese jefe se mostró muy satisfecho con los resultados obtenidos.

Expresó: "Estoy muy orgulloso de ustedes. Ahora están listos para combatir".

Los cuerpos de Inteligencia bolivianos asesorados y apoyados por la CIA lograron detener a algunos miembros de la red de apoyo del movimiento insurgente, pero la mayoría paso a la clandestinidad, formándose redes de apoyo cercanas a las zonas guerrilleras.

Ya el 31 de agosto en las riberas del Río Grande los soldados de los regimientos Brown y Manchego tendieron una emboscada a un grupo guerrillero matándolos a todos, nueve de los diez combatientes, incluyendo a Tania Burke.

El ataque duró 20 minutos y la guerrillera fue una de las primeras en caer, salvándose José Carrillo alias Paco, quien logro huir, pero que luego fue capturado.

Para el 24 de septiembre Ovando declara que la captura de Ramón; alias del Che; es inminente, cosa que pocos le creyeron. Dos días después son dados de baja tres hombres importantes del grupo de insurgentes, como lo fueron Roberto Coco Peredo, Manuel Osorio Hernandez alias Miguel y Mario Gutiérrez alias Julio, en la Quebrada del Batán, cerca de La Higuera.

Coco era hermano de Inti otro destacado combatiente boliviano. Los tres revolucionarios cayeron en una emboscada y el Che que no era un hombre que le gustaba elogiar a sus combatientes dijo:

"Nuestras bajas han sido muy grandes esta vez; la pérdida más sensible es la de Coco, pero Miguel y Julio eran magníficos luchadores y el valor humano de los tres es imponderable".

Entre los días del 27 al 1 de octubre los guerrilleros permanecieron escondidos, pero enviando exploradores para poder evadir el cerco. No contaban con provisiones, tres cuartas partes de una lata de sardinas y una cantimplora de agua para todo el día.

Un grupo de soldados el 30 de septiembre casi se topan con los guerrilleros, pero estos se mantienen inmóviles, pudiendo notar lo bien equipados que se encuentra la tropa.

El Guerrillero Heroico se encontraba aquejado por un fuerte ataque de asma, él se sabía cercado, pero su moral era alta y no contemplaba rendirse.

Según escribió Ernesto Guevara en su Diario que el ejército hablaba de 250 hombres en Serrano para impedir el paso de los cercados, se desplazarían hacia el área de los ríos Acero y Oro.

Ovando consideraba que a la guerrilla había que combatirla desde la periferia y a distancia, sin combates frontales. Tenía como meta acabar con el movimiento guerrillero, para que las diferentes fracciones del Movimiento Nacional Revolucionario se unieran a él para terminar con Barrientos, tomando el control del país.

Por otro lado opinaba que si se acababa la guerrilla terminaría la ayuda que estaban dando los Estados Unidos

Para el día 8 de octubre a las 8 de la mañana un boliviano de nombre Víctor se acercó al puesto militar de La Higuera y señaló que hombres armados se movían cercano a su rancho.

Una mujer que paseaba una chiva; que la anuncia el Che en su diario; diviso el campamento guerrillero y le comentó al campesino y este presto acudió a informar al ejército y como buen "judas" recibió en dinero su recompensa por la información.

Cuenta Inti Peredo en su libro "Mi Campaña con el Che" que esa mañana hacía mucho frío, se movían lentamente la columna guerrillera debido a que el Moro se encontraba enfermo y casi no podía caminar.

Se detienen a tomar agua y son vistos por un espía de nombre Pedro Peña, el "sapo" se dirige a La Higuera, buscando al jefe de una sección de la compañía A del ejército de nombre Subteniente Carlos Pérez Panoso y le da la información de la presencia guerrillera.

Este oficial se comunica con los jefes militares de la zona, que contaban con dos compañías de Ranger con 145 hombres, cada una y un escuadrón con 37, que habían sido entrenados por los Boinas verdes yanquis.

Con dos compañías más, estas tropas se dirigen hacía la Quebrada de el Yuro, mientras tanto los guerrilleros buscaban una cresta para dirigirse al río San Lorenzo, la claridad del día hacía que tuvieran que extremar el avance, ya que el terreno estaba casi semi pelado, con arbustos muy bajos, que les hacía imposible ocultarse.

El Che envía tres parejas de exploradores, que al regresar informan que los soldados les están cerrando el paso, al retirarse para otra quebrada y hacer un reconocimiento se dan cuenta que como terminaba en farallones, no tenían salida.

Al no poder volver atrás el Che les ordena que se oculten en un pequeño cañón y organiza las posiciones.

El revolucionario analiza que si los atacan entre las diez de la mañana y la una de la tarde era mortal ya que no podían resistir tanto tiempo, pero si los atacan entre la una y las tres podían neutralizar el ataque, pero si era el ataque después de esa hora, tendrían más posibilidades ya que la noche caería pronto y podrían escapar aliados con la oscuridad.

Establece la defensa con cuatro combatientes en la retaguardia, colocó a un guerrillero en la entrada, luego a dos más en el flanco izquierdo para garantizar la entrada y posiblemente la retirada.

Otro de los guerrilleros lo colocó en el flanco derecho como observador y él, con otro de los insurgentes se situaron en el extremo superior de la quebrada.

Las instrucciones del Comandante Guerrillero fueron muy claras: si el ejército trataba de entrar en la quebrada se retirarían por el flanco izquierdo, si atacaban por el flanco derecho se retirarían quebrada abajo.

El terreno de la Quebrada del Yuro tenía unos 500 metros de largo, por unos 60 de ancho, y de 2 a 3 metros en la zona por donde pasa el arroyo.

A las 13 y 30 comenzó la batalla, el Che había enviado a dos combatientes de nombres el Ñato y Aniceto a remplazar a Pombo y Urbano, al cruzar un claro el fuego enemigo mata a Aniceto.

El ejercito dominaba una parte del lecho de la quebrada y las posiciones de los guerrilleros quedan aisladas entre ellas, pero el fuego graneado de los insurgentes detiene el avance de las tropas.

El Che y sus hombres no podían huir durante el día, el capitán del ejercito Gary Prado se comunica a Vallegrande y pide el envió de helicópteros, aviones y más tropas.

Envían aviones con napalm, pero la cercanía entre las tropas y la guerrilla hace que sea imposible el uso de estas bombas y tienen que retirarse.

El combate sigue por dos horas, Ñato da una señal que los demás combatientes les hace pensar que el Che ya ha salido del cerco, Pombo trata de salir pero una lluvia de balas disparan contra él, Urbano aprovecha para salir a pesar de que le tiraron hasta una granada.

El Che intenta dividir el grupo en dos partes, mientras él queda con un grupo tratando de detener al ejército, para que los enfermos pudiesen salir antes que el cerco se cerrase, después pensaría abrir el cerco a tiros.

Chocan con una posición que tienen emplazamiento de ametralladoras, tres combatientes hacen resistencia y el Che con otro guerrillero suben a la loma por donde tenían que retirarse.

Son localizados por unos soldados que trataban de instalar un mortero y chocan con las fuerzas del argentino. Él es herido en una pierna, su carabina es inutilizada por un tiro y su pistola se encuentra sin municiones.

Los combatientes Paco, Antonio y Arturo oponen resistencia y son muertos por una granada.

Cuando los soldados ven que uno de los guerrilleros tienen destrozada su arma y les ofrece resistencia con un puñal se le acercan y uno de los soldados de nombre Bernardino Huanca; suboficial; le golpea el pecho con la culata de su fusil.

Cuando lo apunta para dispararle Willi Cuba le grita: "¡Este carajo es el Comandante Guevara!".

El suboficial duda que sea el que mientan y se comunica con el oficial Gary Prado quien envía un mensaje donde anuncia:

"Prado desde La Higuera. Caída de Ramón confirmada espero órdenes qué debe hacerse. Esta herido".

Los soldados sacan los cadáveres de dos guerrilleros Antonio y Arturo, llevan a Pacho muy mal herido y el Che trata de prestarle ayuda médica pero no lo permiten.

A las 17:30 horas las tropas se retiran llevándose al Che y a Willy Cuba amarrados, al llegar al caserío se encuentran con el Comandante del batallón de Ranger, Miguel Ayoroa, y el Comandante del Regimiento de Ingenieros de Vallegrande que había llegado en helicópteros.

Este ultimo profiere insultos contra el revolucionario argentino y le despoja de su reloj. El Che es llevado a la miserable escuela de La Higuera y lo dejan en un aula, junto a los cadáveres de Arturo y Antonio y en otra aula a Willy junto al herido Pacho que esta muy grave.

Selich y Prado se acercan a la escuela para interrogar a alias Ramón para obtener información y datos precisos,pero lo que encuentran es silencio por parte del prisionero.

Selich lo insulta nuevamente y le hala la barba arrancando parte de ella y el insurgente aunque tenía las manos atadas golpeó al torturador, el esbirro se abalanzó otra vez y las manos del prisionero son atadas atrás de su espalda.

Las pertenencias de los guerrilleros son distribuidas entre los oficiales según su jerarquía: 4 relojes Rolex, 1 pistola alemana calibre 45, 1 daga Solinger, 1 pipa, 1 altímetro, además del dinero quitado a los insurgentes.

Después de las diez de la noche llega un telegrama que dice:

"Mantengan vivo a Fernando hasta mi llegada mañana a primera hora en helicóptero. Coronel Zenteno Anaya".

Pero la idea de asesinar al Che estaba tomada desde los Estados Unidos, la CIA, el Pentágono, el Departamento de Estado ya tenían tomada la decisión.

A media noche un grupo de militares borrachos, entre ellos Mario Teran y Bernardino Huanca, amenazaban con asesinar al Comandante Guerrillero.

Ernesto Guevara estuvo toda la noche encerrado en el aula de la escuela y a las diez de la mañana el agente de la CIA Félix Ramos recibió en mensaje cifrado que debían asesinar al Che.

Este se acerca en compañía de Sélich y el asesino de la CIA zarandea al Che por los hombros tratando de interrogarlo, cuanta sería la furia del esbirro que se cae, se levanta y sale del aula insultando y amenazando.

Zenteno Anaya le dice a Ramos que ejecutara personalmente la orden, pero este con la colaboración de Sélich busca unos soldados para que cumplan las ordenes recibidas desde Washington.

Aceptan Mario Teran Carlos Pérez, Bernardino Huanca.

El asesino Teran narraría que cuando entró al aula ayudo a levantarse al Che, recordemos que estaba herido en la pierna, él sabía que iba a morir y se encontraba sereno.

El Guerrillero Heroico lo miraba fijamente y esto hizo que el enemigo le temblaban las manos y a pesar que lo apuntaba no podía disparar. Esto fue dicho por el asesino, que años después sería operado por Misión Milagro para recuperarle la vista.

"Dispara, cojudo, dispara." Teran no pudo disparar y tuvo que tomar más licor. Los otros esbirros Pérez y Huanca disparan contra dos guerrilleros prisioneros.

A Teran le ordenan que cumpla la orden y este cierra los ojos y dispara sobre el Revolucionario, también dispara el asesino de la CIA, habían pasado unos diez minutos aproximadamente de la una de la tarde el día 9 de octubre de 1967.

Sus asesinos tenían la intención de no disparar sobre el pecho ni la cabeza para aparentar que el Che había muerto en combate.

A las cuatro de la tarde partió el helicóptero que transportaba al cadáver del guerrillero a Vallegrande y de esta forma concluye la vida de este gran hombre que dio su vida por los oprimidos del mundo, que su ejemplo de entrega brillara en la historia de nuestra América.



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José Rosario Araujo


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