Las sirenas de la muerte

Estaba convencido que las sirenas que anunciaban los bombardeos en una ciudad eran cosas del pasado, que solo ocurría en las películas que mostraban los aciagos y tétricos episodios que ocurrieron durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Muchos de estos films eran ficciones de las películas de Hollywood, una manera de mostrarle al público las bondades y la eficacia de las tropas gringas que supuestamente siempre ganan las conflagraciones que ellos mismos incitan. Muchas de esas cintas no son unicamente invenciones, algunas de ellas constituyen verdaderos documentales que muestran las crueldades de la guerra. En estas aparecen registrados miles de habitantes, familias enteras de una población, quienes una vez que escuchan las aterradoras sirenas corrieron hacia los refugios, temerosos de ser masacrados por los misiles, artilugios de la muerte lanzados desde los cazabombarderos que inhumanamente atacan a las poblaciones civiles.

Mientras hacía aquellas cavilaciones reflexionaba sobre el comportamiento de los seres humanos. Me niego a creer que, después de las experiencias vividas durante tantos siglos de guerras de exterminio, los humanos no logren encontrar otra vía que no sea las conflagraciones para solventar las disputas. Debe que ser cuestión de la herencia, la genética nos impulsa hacia la destrucción de nuestros semejantes para apropiarnos de los bienes ajenos. Europa lo vivió desde tiempos remotos. Siempre hubo y hay una excusa para declarar la guerra. En la antigüedad, bien por una cuestión religiosa o bien por un asunto de las nacionalidades, algo que servía para esconder la sed de dinero y las ambiciones de la posesión de tierras por motivos de expansión territorial y por consiguiente, el afán de poder.

La historia nos narra las numerosas guerras propiciadas por diversas tribus antiguas que habitaban en ciertas zonas de la vieja Europa, como por ejemplo los sajones, bávaros, godos, visigodos, ostrogodos, francos, suevos, frisianos, vándalos, alanos, anglos, jutos, lombardos…A lo anterior debo agregar las tribus provenientes de oriente que también hicieron vida en Europa como las tribus persas como los pastunes, baluchis, osetios, kurdos, zazas…Es imposible dejar de lado otros grupos humanos que penetraron Europa en afán de conquista como las tribus turcomanas, los selyúsidas, kayi, hunos…A todo lo anterior me corresponde sumar la invasión de los tártaros nombre que recibían los mongoles provenientes Asia, así mismo, las incursiones de los celtas, moros y romanos. Todo esto nos podría dar una idea de lo que fue Europa durante la antigüedad. Estas conquistas y luchas fraticidas degeneró en el establecimiento de la esclavitud, el racismo, aciagos odios entre etnias, sobre todo, las atroces violaciones en masas acaecidas durante muchos siglos. Así mancillaron, mediante estas infaustas prácticas, la castidad de las jóvenes europeas, dando origen a grupos humanos mestizos, muy lejos de esa sangre pura de las que muchos occidentales pregonan y ostentan.

Pero no solo las luchas se produjeron como consecuencia del afán de la conquistas de territorio para afianzar la hegemonía del poder de una que otra tribu. También las luchas religiosas se hicieron presentes en la vieja Europa con el objetivo de imponer la única fe y el único dios. Es consabido que la religión pagana proveniente de oriente, que no era más que la fe predicada por los griegos, fue asimilada por los romanos. Esta predominó por muchos siglos en la vieja Europa, hasta que emperador romano Constantino I aceptó las prácticas de cristianismo convirtiéndolo en la religión principal de Roma. Finalmente el emperador Teodosio I (siglo IV) lo impuso como culto obligatorio, es decir como religión de Estado, eliminando a sangre y fuego la práctica de la religión pagana, es decir la religión de los helenos.

Sin embargo Teodosio no salvó a Europa de las guerras, a partir de la imposición del cristianismo surgen diferentes sectas fundadas por diversos teólogos o patriarcas quienes tenían sus propios conceptos sobre el mensaje y la naturaleza divina o no de Cristo. Germina así el arrianismo, el nestorianismo, el monofisismo, el niceismo, los coptos…que derivaron con el tiempo a nuevas sectas o herejías como los cátaros, los albigenses, quienes fueron exterminados por la Santa Inquisición. Transcurridos varios siglos afloran en panorama los protestantes (La Reforma) con sus diferentes modalidades, los Testigos de Jehovah, el anabaptismo, los menonitas, el presbiterianismo, la Iglesia Adventista de los Últimos Días, entre las numerosas hermandades cristianas que se declararon guerras fratricidas entre si para controlar el poder y el dinero. Todo esto como consecuencia a la hegemonía que tuvo la iglesia durante la Edad Media y en buena parte, durante La Reforma. Eran luchas que duraban años, décadas completas, hasta una que persistió en torno a los cien años, así se fueron exterminando entre si los europeos.

Pero no bastó la lucha entre los grupos cristianos, en el afán de poder de los papas y de los nobles europeos, era imprescindible llevar la guerra a otros lugares fuera de Europa. Aparecen los cruzados quienes sostenían la espada con un puño terminado en cruz. Era la época de Las Cruzadas, la guerra de exterminio contra los moros, es decir contra los musulmanes, no para rescatar los lugares santos como se vendieron tales combates, sino para que los aristócratas europeos conquistaran otras tierras en su afán de anexar a su señorío nuevos territorios. Y la iglesia, la de llevar el cristianismo a lugares lejanos para obtener ingentes beneficios económicos. Los cruzados no tenían problema del pecado mortal por matar moros, ya antes de partir hacia la guerra recibían la indulgencia del papa para limpiar el alma del pecado mortal. Un perdón prepagado. Era la época del feudalismo, cuando los aristócratas y los sacerdotes eran los dueños de enormes extensiones de terrenos, de hermosos castillos y ostentosas iglesias, teniendo a sus servicios los llamados siervos de la gleba, una especie de pastores y granjeros esclavos.

Estas luchas no pararon. Después que la ONU le robó las tierras de los palestinos para entregársela a los judíos la guerra no se interrumpió. Continuó la beligerancia, entre musulmanes y judíos, no por un problema teológico, sino por un asunto del territorio que les fue confiscado a los hijos de Alá. El extermino del pueblo palestino pareciera no terminar nunca, ante la mirada impasible de la comunidad internacional. Hoy por hoy suena de nuevo la sirena de la muerte, tanto los judíos como los palestinos corren ante la llegada de los misiles que recorren los cielos para acabar con la vida de los inocentes. Un mundo cruel donde los humanos no aprendieron ni aprenden a convivir en paz.

No solo los habitantes de Israel y franja de Gaza sufren las calamidades de una guerra interminable, también los herederos de la cultura rusa de Kiev, Dombás y Donetsk están pendiente de los sonidos de la sirenas que anuncian el inicio de los bombardeos para acudir a refugiarse en un sitio seguro, al igual que ocurrió en las poblaciones europeas durante la Primera y Segunda Guerra Mundial. Esta guerra sin sentido entre los herederos de una misma cultura tomó un cariz religioso, dado que los nuevos fascistas, los feligreses de la Iglesia Ortodoxa ucraniana, tal como en los viejos tiempos, agreden a los practicantes de la fe y a las instalaciones de la iglesia ortodoxa rusa.

Las grandes corporaciones energéticas y los líderes occidentales no aceptan que el unilateralismo llegó a su consumación, que a la hegemonía del dólar le tocó el fin de sus tiempos, al igual como ocurrió con la lira esterlina inglesa en siglo XX. La UE y EEUU mantiene una constante agresión contra los pueblos del mundo aplicando sanciones económicas sobre otras naciones, además, están utilizando la rusofobia como una táctica de exterminio, tal como lo hicieron los nazis contra los judíos. Los viejos imperios europeos y EEUU no acaban de asimilar el desarrollo de modernos países que basan su economía en la producción y el trabajo, no solo en el mantenimiento de una maquinaria de guerra y la explotación de documentos financieros sin ningún tipo de respaldo. Hoy por hoy, en el mundo de la economía se habla de China, Rusia, India, de Brasil, Suráfrica, de los BRICS, entre las naciones que ocupan los nuevos escenarios de la economía mundial y conciben la relación entre los países de ganar y ganar y no como los vínculos comerciales del viejo capitalismo de explotados y explotadores.

La guerra llegó al cansancio de los tiempos, está probado y requeteprobado que las conflagraciones no resuelven nada, peor aún, agravan las relaciones entre los pueblos que son los únicos perdedores. En la guerra de la OTAN, EEUU, la UE contra Rusa solo saldrán ganadores las grandes fábricas de armas, las avaras corporaciones energéticas, los altos dirigentes militares y lo políticos. Los tontos, manipulados bajo el antiguo criterio del nacionalismo y de la religión, seguirán haciendo el papel de tontos, unos fallecidos, otros mutilados y miles de inocentes que vagarán por las calles de las antiguas metrópolis buscando un bocado de comida y un refugio donde dormir ya que sus casas fueron derribadas durante los bombardeos. Es la crueldad de la guerra y la insensatez de los líderes quienes no aceptan que hay que darle de baja la estupidez para que la paz y la inteligencia priven en las relaciones internacionales. Es indispensable apagar de una vez las sirenas que anuncian la muerte de los pueblos. Tomo para mi una reflexión del pensador francés Montesquieu quien afirmó: "En el derecho público, el acto de justicia más severo es la guerra, porque puede tener por efecto la destrucción de la sociedad". Lee que algo queda.



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Enoc Sánchez


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