La ciudad de las luces se apagó

  • La muerte de un menor tras recibir un disparo de la policía ha desatado una ola de protestas en Francia con más de mil detenidos y cientos de heridos y no es circunstancial, sino, que refleja la intensa represión, que Emmanuel Macrón, su Presidente ha ejercido contra todos los sectores sociales, que exigen mejoras en sus condiciones de vida.

  • La otrora ciudad de las luces, conocida por ser faro de las ideas progresistas y Cuna de los Derechos Humanos, sufre hoy de un intenso apagón y sus autoridades sustituyen la Carta de los Derechos del Hombre y Ciudadano, por un garrote, que esgrimen ferozmente contra su pueblo.

Era una especie de faro para el resto del mundo, un polo de atracción, sus artes, su educación su pensamiento en general era fuente de inspiración, ejemplo para muchos que buscaban nuevos conocimientos, y darle sentido a su vida con la enseñanza de sus fecundos pensadores filosóficos. Así era denominada París, y en general toda Francia, también tecnológicamente había alumbrando en época temprana sus calles.

Pero como dice una conocida canción "Yo tenía una luz que a mí me alumbraba y vino la brisa y zuuuas, y me la apagaba", parece que una brisa, mejor dicho un ventarrón, o una especie de cortocircuito, pasó por esos lares y la denominada Ciudad de la Luz, ha venido languideciendo. Arrastrando como capital, por supuesto a toda Francia, que hoy se ve eclipsada, muy a la cola de otros países europeos y dando vueltas como satélite extraviado, alrededor de los Estados Unidos.

En los años sesenta en Venezuela, y en muchos países de la región, estar en Francia era como ir a la Meca. Artistas. Políticos, docentes, de la intelectualidad en general, ansiaban viajar allá, codearse con algunos de sus pensadores y de paso la guinda: Tomarse una foto en la torre Eiffel, El Arco de Triunfo, o en Los Campos Elíseos, para que no quedará dudas de su estancia. Para algunos no ir a Francia, los hacía sentir como incompletos y si lograban ir, era motivo de orgullo, aunque allá estuvieran en los arrabales de Paris.

Ir a los cafés de Montmatre y Montparnasse, donde a lo mejor de reojo podían ver a Jean Paul Sartre u otro icóno francés. Pasearse por Los campos Elíseos, un "toursito" por sus bulevares repletos de tiendas con marcas de productos de todo el mundo, y comprarse algo, aunque fuera algún suvenir con la imagen de la Torre Eiffel. Hacer un curso allá, aunque fuera de Corte y Costura, eso era lo máximo. Un poeta, se sentiría medio poeta, o miembro de la sociedad de los poetas muertos, si no decía que había estado en París, rodeado de musas inspiradoras.

Aquí había un grupo de intelectuales que se autodenominaron República del Este y si Ud. Se acercaba a su círculo, podía oír, que muchas de sus conversaciones giraban en torno a sus viajes a París, y a sus vivencias en la Ciudad Luz.

Muchos de sus pensadores publicaban libros que aquí eran devorados y cuidado de decir que no los habías leído, porque te decían, entonces tú no estás en nada.

Las obras de Louis Altusser, Henri Lefevre, Roger Garaudy, Mitchel Foucould, Jean Paul Sartre (Digna postura contra el colonialismo francés y frente a la guerra de Argel), Simone de Beauviar, no faltaban en cualquier biblioteca y sus menciones estaban siempre en las conversaciones de los intelectuales de izquierda. Qué decir de la Revolución Francesa, y sus protagonistas, punto de referencia obligatorio de debates sobre constituyentes, Libertad de Expresión, Derechos Humanos. Solidarite, Fraternite y Liberte , fue el estandarte que ellos hicieron suyo y aquí hasta los adecos, la utilizaron a pesar que le tenían miedo y con razón a la Gillotina.

Luego vino el impacto del Mayo Frances, sus estudiantes a la par de los obreros retomaron el impulso de las ideas revolucionarias, proyectándose al mundo como una fuerza transformadora, que incluso hizo temblar al gobierno del General Charles Degulle.

Así fue, en apretada sinopsis, la Ciudad Luz, la Disneylandia de la intelectualidad, de las artes y del pensamiento progresista. Pero poco a poco, pasito a pasito, esa luz se ha venido haciendo con el tiempo más tenue, es como una tempestad cuando nubla los destellos de Un Faro. Quedan si sus bellezas arquitectónicas, sus reliquias culturales muestra de un pasado glorioso, pero políticamente ha dejado de ser referencia para los movimientos que el mundo se esfuerzan por cambiarlo y transformarlo.

Los dos últimos presidentes de Francia, han contribuido en gran medida para bajar el swiche que ha ido difuminando el brillo de la Ciudad de las Luces. Nicolás Sarkozy, empantanado con la corrupción y financiamiento ilegal de sus campañas electorales, al punto que hasta sus abogados fueron también enjuiciados por complicidad. Igualmente, fue acusado de financiamiento ilegal, a su campaña electoral (2007) por Nuamar El Gadafi, con el que apareció estrechándose la manos en varias fotos cuando visitó oficialmente a Libia, después, tal judas, se metió en la cumbancha con Estados Unidos y sus adláteres en una campaña que terminó con la invasión a Libia y la muerte de Gadafi, quizás para curarse en salud y ocultar las pruebas. Posteriormente, apareció también involucrado en financiamiento ilegal por parte de la heredera la marca L´Oréal. Es decir que el tal Nicolás Sarkozy, terminó su gobierno empantanado y como satélite de los Estados Unidos. Al final el ex presidente de Francia fue declarado culpable por los delitos de corrupción y tráfico de influencia, ... ¡Viva La France!

A su sustituto, Emmanuel Macrón, con cara de muñequito de torta, le ha caído una lluvia de críticas, en verdad, es un verdadero palo de agua lo que la ha caído encima. Minado su gobierno por ex colaboradores de Sarkozy, ha recibido un vendaval de críticas por su política económica que ha generado desempleos por montón en Francia.

Al muñequito de torta de Macrón, hay que sumarle además, la feroz represión que ejerce contra sectores empobrecidos de Francia y lo fácilmente identificables "Chalecos Amarillos", a ellos les ha lanzado todo el poder policial, convirtiendo la Carta de los Derechos de Hombre y el Ciudadano, en un vulgar garrote vil, para silenciar a los millones de ciudadanos que en toda Francia piden mejoras por sus condiciones de vida.La estatua del Ángel Dorado en la parte superior del Monumento de la Bastilla, París, Francia, que simboliza a la revolución, muchas veces no se ve, producto de los gases lacrimógenos lanzado por las fuerzas policiales y la quema de cauchos por los sectores que tratan de repelerla, lo que contribuye a ensombrecer la ciudad, que otrora era faro par la humanidad. Hasta la estatua también dorada de Juana de Arco, hay que pulirla de vez en cuando para quitarle el carboncillo que la palidece, por las protestas a sus alrededores. "Y, entonces, abrí la puerta de par en par, y ¿qué es lo que vi? ¡Las tinieblas y nada más!"
EDGAR ALLAN POE



 



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Jesús Sotillo Bolívar

Docente en la UCV

 jesussotillo45@gmail.com

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