Los ultra cuerpos

El argumento de una película de Donald Sutherland, La invasión de los ultra cuerpos, 1978, trataba de unas vainas que se extendían rápidamente, entrando en el cuerpo de toda la población. El protagonista parece que va a ser el último que quede a salvo. Pero en la última escena, algo o alguien dice la palabra con la que se comunicaban todos los invadidos por los ultra cuerpos. Él le responde… pues también él ha sucumbido. La especie humana había pasado a una mutación en toda regla…

Creo que en estos tiempos, esas u otras vainas están entrando en los cuerpos de las poblaciones de todo el mundo, aunque no sé qué pasa en la población oriental y en la musulmana. Desde luego en España y parte de Europa, la sensación que tenemos mi esposa, de 80 años, y yo, de 85, es que somos de los pocos juiciosos que quedan. No vemos que la gente razone de un modo normal. Empezando por la mayoría de los políticos, que parecen ajenos a lo que se nos viene encima en el planeta Tierra. Todo nos suena extravagancias o a disparate. No conocemos ni tratamos a nadie en su sano juicio. Ya sabemos que un cretino o un loco también suelen verlo así. Pero, aparte el dicho popular "el niño y el loco son los únicos que dicen las verdades", también sabemos que hay algún notable pensador de la historia que dice que el ser humano se engaña a sí mismo y se deja engañar constantemente, para no ver la vida tan descarnada... Y que hay mucho de esto en esta fenomenología psicológica sociológica que detectamos… En todo caso, dejamos el paso a los demás; que sigan creyéndose los más listos y juiciosos de la sociedad. Nosotros nos retiramos a nuestros cuarteles de invierno.

Ni siquiera estamos seguros de que estén cuerdos al completo nuestras hijas, nuestros nietos y nietas, nuestra biznieta de 9 años (aunque de momento parece la más juiciosa); ni nuestros vecinos, nuestros médicos y médicas, los comerciales de todas partes, las cajeras de los supermercados, etc, que aunque sea eventualmente, hemos de tratar. Los únicos que parecen estar en sus cabales, al menos durante el tiempo que desempeñan su trabajo, son las conductoras y conductores de autobuses, pues todavía no nos han estrellado en el recorrido que hacemos con frecuencia con la tarjeta de bono transporte gratuita, injustamente, si pensamos que es un privilegio que no tienen pero debieran ser de los jóvenes…



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Jaime Richart

Antropólogo y jurista.

 richart.jaime@gmail.com      @jjaimerichart

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