Buscando respuesta a las interrogantes que motivan una imperativa necesidad de aproximación a lo desconocido, desde las posibles definiciones de lo conocido sobre lo que se ha supuesto es esta vida, más allá de lo químico, de lo biológico, de lo físico, y clichés y alusiones para decir cosas que son y no son o viceversa. Es más bien lo que sea esta experiencia de la existencia, aquello que ciertamente hay, pero cómo, en qué circunstancias, de cuanto aquello y sus circunstancias tratando de decirnos algo más, y qué de cierto puede haber, en lo que se supone, desde lo que se llama encarnación de algo incorporado que es esencia y se encuentra aquí y ahora presente, que puede o no ser así al respecto, no lo sabemos con certeza, según sea el tiempo transcurrido que lo determina mientras se trajina el momento logrado y al alcance de la ratio, de la idea que se conoce y piensa la sabiduría ancestral, que se ha delegado como guía y método desde la singularidad multiexponencial y multiexperiencial, tal vez como muchos y entre otros y otras, Jacobo Grinberg, reconocido investigador en campos como la psicología y la neurociencia, en temas sobre percepción extrasensorial y la conciencia, desde el Instituto Nacional de Psicología Transpersonal desde 1978, donde incorporó la meditación. De sus estudios en México y París, dejó un legado escrito "La Dama de la Muerte", su relación con Pachita. Su teoría Sintérgica sugiere una realidad física producto de la interacción del cerebro y la red neuronal invisible y universal que denominó lattice. Sin duda un trabajo controversial que dejó muchas puertas abiertas ante el misterio de su desaparición. Siendo como somos seres terrícolas, por el planeta que habitamos, en este mundo universal y cósmico, en sus niveles, planos y dimensiones, que ante las clásicas propuestas, hipótesis, teorías o doctrinas, que se han presentado al intentar desde ciertas perspectivas, dando por sentado no conclusivo, a tenor de los intentos por develar la posible verdad, inasible por esquiva, entre proposiciones que nos enseñan cada vez más caminos por recorrer, que vienen de posturas teístas y deístas, de supuesta creación, y la posibilidad de lo contrario, que seamos en plural, quienes creamos esto que hay, desde la propia deidad de cada uno y todas las almas, por llamarlo de algún modo, a través de una manifestación que suene creíble en cuanto cabe y tiene posibilidad, desde la espiral, que viniendo de no se sabe dónde, ni cuándo ni cómo, pero sí en ensanche que se expande y proyecta abarcando en el vacío, llenando la nada donde todo, lo real se realiza. Siendo racional, la lógica remite a estos aspectos para señalar aquí, sin lujos de detalles, siendo temas de una compleja magnitud que rebasa la mente humana, llena de simbolismos y de imaginación, que pasa por estadios, por eras, en épocas de avances cuantitativos, cualitativos y cuánticos. Lo que ya lleva a la concepción desde lo observado que se hace como fenómeno manifestándose con fuerzas frente a nuestros sentidos, que los creemos porque los creamos, como a nosotros mismos en cuanto a manifestación de energías sutiles que los transforman todo, realidad y trascendencias infinitas, mostrándose a cada instante como representaciones posibles, como parcialidades o totalidades, miradas desde dentro de uno mismo como unidad y como diversidad, o como conciencia plena en sí misma y absoluta, donde es lo que está, como cabría suponer desde algo abarcador, y pudiendo ser lo que al buscar es la posibilidad de respuesta a las interrogantes sobre tales cuestiones. El acopio de datos, de variables cotejadas de manera estructurada e inteligible, programada, autosuficiente a petición de lo individual humano, que sistemáticamente se aborda, de una muestra parcial, como las caras y el canto de la moneda como exponente de los aspectos que llevamos señalados. Todo lo cual involucra un aspecto puntual y su posible aporte señalado desde lo que se sabe y reconoce Occidente y Oriente como hemisferios de espacio y tiempo, recorriendo lo temporoespacial en el toroide. Dicho de otro modo, y desde el rigor de las ciencias en general, de la filosofía, de la cultura y de la historia, podemos decir que la vida en perspectiva biológica es definida un conjunto de características que incluyen la capacidad de crecimiento, reproducción, actividad funcional y cambio continuo que precede a la muerte. Pero en cuanto a la existencia, en términos filosóficos refiere la realidad de ser en contexto a la pregunta, relacionada con la conciencia individual o la percepción del yo en el presente. Recordemos que son ideas de seres habitando un planeta con sus características a considerar desde la evolución biológica y cultural, lo que ha permitido el desarrollo en la humanidad, aunque con todos los problemas complejos en las formas de sociedad, de pensamiento y de conciencia. Porque más allá de las hipótesis y teorías clásicas, sigue la búsqueda de una verdad sobre la vida y la existencia, a menudo enfrentadas por la subjetividad de la experiencia individual y sus interpretaciones. En cuanto a las posturas teístas y deístas solo ofrecen la perspectiva de la creación desde un punto de vista espiritual o divino, en tanto que desde otras tradiciones filosóficas han considerado la realidad como una construcción colectiva desde las experiencias humanas. Lógicamente, racionalmente, siendo útil para intentar comprender conceptos complejos, en una mente humana con limitaciones, lo que a veces hacen que tales conceptos no se puedan concebir completamente por la dificultad en coincidir en la unanimidad conceptual por lo que abarcan en los paradigmas, sólo como referencia a su magnitud de enfoque. Siendo observadores los seres humanos interpretamos los fenómenos naturales y las fuerzas del universo, manifestadas como energías transformadoras a través de nosotros y nosotras que creamos nuestra realidad, intuida y percibida por los demás a su imagen y semejanza de lo que se vive. Esta es apenas una posible idea de un mundo universal y cósmico, que se puede contemplar desde una perspectiva interna, como unidad o conciencia formando parte de un todo absoluto. Hoy gracias a que podemos juntar la mística y la cuántica a través de la herramienta de la inteligencia artificial, cuya estructura basada en datos y algoritmos programados, nos proporciona información, generando contenido creativo, sin poseer creencias, conciencia ni experiencias propias. Queda de parte de cada uno, de cada una, PREGUNTARSE Y RESPONDERSE AL MARGEN DE SU IMAGINACIÓN COMO OBSERVADOR OBSERVADORA.