Infiero que Uribe es un organismo sin corazón y, eso no me permite dejar de sacudir mi cabeza, negativamente.
El Presidente Álvaro Uribe es producto fiel de esa “Fábrica de obedientes” que el imperialismo norteamericano ha fomentado de manera solapada, durante largos años, en América Latina: La escuela actual; que debe ser derogada y sustituida por otra verdaderamente humana.
Yo, “burro” ignorante, osé describir esa nueva escuela en “Carta para Gabriela”-que está en la red, en la sección ENcontrARTE de aporrea-por lo que pueden mirarla fácilmente.
Uribe-consecuencialmente-no es devoto de la paz de Colombia, él sólo es un “muñequito con hilos” que la industria militar gringa instaló ahí para, a futuro, intentar dar zarpazos al petróleo de Venezuela, al agua de la Amazonía y a toda la riqueza de los países del Sur.
Uribe no está dispuesto a ahorrar sangre sino a ahorrar dinero fresco. Tanto es así que, sabiendo del niño mártir, Uribe no dijo ni pío al respecto y prefirió-infiero-usarlo como señuelo para cazar a la guerrilla de la Farc-Ep, y tal vez, hasta para matar a la madre del niño Enmanuel por ella haber tendido un lazo de amor con el “enemigo”. Es por lo que tal vez el Presidente Uribe utilizó tan macabra estrategia hasta el último segundo, y abortar un indicio de apertura hacia la paz de Colombia, que es nuestra propia paz y de toda la región de América Latina y del Caribe.
Yo imagino el drama que gravita en la tiernísima mente de ese niño mártir colombiano, y de todos nosotros. Él, sufre una ruptura violenta de la comunicación, tanto con su padre como con su madre y pienso que esa situación lo empuja hacia una errónea interpretación de la realidad, en consecuencia, no sería de extrañar que en su cabecita aflore una crisis profunda que le deje traumas irreversibles, lo que a Uribe, parece importarle un carajo.
A mi modo de ver, restituir la dignidad de ese muchachito pasa porque Uribe destrabe inmediatamente los esfuerzos de la Senadora Piedad Córdova y del Presidente Chávez, conjuntamente con Marulanda, para liberar a todos los rehenes de la guerra, me refiero a los rehenes de la guerrilla tanto como a los rehenes que tiene Uribe en la cárcel colombiana, y dar un chance a la paz.
Marulanda tiene algo que- a mi modo de ver- podría hacer. Si Marulanda liberase de compromiso al guerrillero padre de ese niño, para que se reincorpore a la vida civil y vaya a atender a su hijo, bien sea en Colombia o en otro país que acceda a asilarlo, eso sería muy bueno.
El poder de la unión de sus padres puede curar a ese muchachito, de los traumas del sufrimiento y así recuperar su dignidad lesionada, que pueda vivir con su dignidad si no intacta, al menos restaurada.
Con tal gesto, Marulanda propinaría una patada en la cara de Uribe, al mismo tiempo estaría, dando pasos de entendimiento hacia una paz sustentable y que la inmensa mayoría de los venezolanos queremos.
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