“Que el fraude electoral jamás se olvide”
Conforme a lo trazado en la estrategia, se cumplen las etapas de la lucha en defensa del patrimonio nacional en materia de petróleo. Este pasado domingo se concluyó con el proceso de la consulta pública, mediante el cual más de dos y medio millones de mexicanos se manifestaron en rechazo a las iniciativas de reforma de PEMEX presentada por el gobierno espurio y, en por añadidura y en lo conducente, a la formulada por el PRI de Beltrones. El comité ciudadano que elaboró la propuesta alternativa por encargo del Gobierno Legítimo y del FAP hizo su entrega formal y ya los senadores del FAP la presentaron para su inclusión en las discusiones de las comisiones senatoriales correspondientes. Todo está listo para que el próximo domingo, en todas las plazas centrales de las capitales de los estados y en la Plaza de la República del Distrito Federal, se realicen las asambleas informativas del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, con lo que se mostrará que la determinación popular es llegar hasta las últimas consecuencias para evitar la entrega de los recursos naturales a la explotación por particulares y para asegurar un operación energética congruente con los intereses de la Nación. El caldero está, pues, en su punto.
Vale la pena detenerse a comentar respecto de la propuesta alternativa que se entregó al Senado. En lo sustantivo, el conjunto de modificaciones legales que se proponen (para el caso y por mandato popular, se exigen) cierra cualquier resquicio por el que pudiera pretenderse una privatización en toda la cadena que constituye la industria petrolera; otorga a PEMEX las condiciones de autonomía presupuestaria requeridas para su cabal desenvolvimiento, sin caer en la trampa de la autonomía de gestión sino plenamente controlada por el estado; prioriza la función detonadora del desarrollo industrial endógeno otorgando preferencia a la ingeniería y a la provisión de insumos, equipos y servicios de origen nacional; establece disposiciones legales para asegurar el fortalecimiento del Instituto Mexicano del Petróleo y de todos los organismos con capacidad de desarrollo científico y tecnológico nacionales, evitando la perniciosa costumbre que privilegió al extranjero; modifica la legislación relativa a los derechos sobre la renta y los ingresos petroleros, en términos de darle mayor transparencia y para permitir a la paraestatal disponer de recursos de inversión para hacer frente a las necesidades de su desarrollo y mantenimiento, incluidas las refinerías, los ductos y las petroquímicas; ofrece los elementos legales necesarios para combatir la corrupción y para asegurar una correcta rendición de cuentas; aporta al diseño operativo del Consejo de Administración para agilizar la toma de decisiones y profesionalizarlas. En resumen, la iniciativa genera un verdadero fortalecimiento de la capacidad del estado para conducir con eficacia y eficiencia el aprovechamiento del recurso natural petrolero y ofrece la garantía de la seguridad energética del país.
Hay sólo un punto en que la propuesta alternativa me parece incorrecta. Me refiero al tratamiento de la participación de los trabajadores petroleros en el Consejo de Administración. En la actualidad los trabajadores participan en el órgano de dirección con cinco representantes del Sindicato de Trabajadores Petroleros, cosa que las propuestas de Calderón y de Beltrones dejan sin cambio. La propuesta alternativa reduce a dos el número de representantes y lo somete a elección libre y secreta por la totalidad de los trabajadores, sin intervención de la directiva sindical. Voy a argumentar:
1.- Lázaro Cárdenas merece toda la gratitud del pueblo de México por la gesta de la expropiación petrolera, pero esta no hubiera sido posible sin la intervención de los trabajadores, primero por su toma de conciencia y la movilización de su fuerza (ni remotamente comparable con los actuales sindicatos) que determinó las huelgas por cuyas exigencias se dio el laudo de la Suprema Corte, el que condenó a las petroleras transnacionales a cumplir las condiciones reclamadas por los trabajadores, lo que constituyó el argumento básico para la expropiación; segundo, por la entrega y la capacidad de los petroleros mexicanos para mantener la industria en operación, aún con el boicot decretado por las empresas y los gobiernos de sus respectivos países, en oposición a la medida reivindicatoria. En México, junto a los monumentos con la estatua de Lázaro Cárdenas, debiéramos tener monumentos al petrolero desconocido. Esto generó un derecho histórico insoslayable, menos aún para una propuesta formulada desde posiciones de izquierda.
2.- El hecho incuestionable de que el Sindicato Petrolero ha devenido en un organismo contrario a los intereses de los verdaderos trabajadores y de la Nación, por causa de la corrupción de su dirigencia, no justifica que se atente contra la vigencia del sistema sindical. Si la representación ante el consejo se elige por fuera del órgano sindical, se atenta contra su integridad. Es como si para curar un mal se receten medicamentos que lo curen, pero que también maten al paciente. La solución, por el contrario, es proveer a la movilización de los trabajadores de base al efecto de que depuren su dirigencia y puedan ejercer un sindicalismo honesto. Me queda claro que una de las facetas de la corrupción de la actual dirigencia sindical es la que le facilita al régimen del fraude electoral su intento privatizador. El fortalecimiento del sindicato y su depuración serán siempre un baluarte en la defensa del patrimonio nacional.
Dicho lo anterior, vámonos con todo en la defensa del petróleo. Nos vemos el domingo en la plaza.
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