Dedicado a Baltasar Ojeda Negretti, “Elías”
El matutino colombiano editado en Caracas publicó una entrevista a la dama Marta Lucía Ramírez, una exquisita bogotana, ex-Ministra de la Defensa, senadora y uribista, madre del proyecto en acción denominado como la Política de Seguridad Democrática; es decir, ella es la “dama de Hierro” de Colombia. Que dicho órgano de prensa se preocupe mas por las noticias guerrerista de la derecha colombiana que por las realidades de las consecuencias del “crack del capitalismo neo-liberal” norteamericana a consecuencia del factor humano de la especulación (¡¡greedy!!) (¡¡¡la conciencia, estúpido!!!) y sus reales efectos en la economía colombiana en el corto plazo junto a los efectos consecuentes en la población norteamericana de presionar a sus representantes para que se opongan a cualquier iniciativa de Bush para aprobar el Tratado de Libre Comercio a ¿favor? de Colombia (si es que Bush ahora se preocupa por Colombia). Claro! Ahora comprendemos el interés de don Álvaro Uribe Vélez de solicitarle a Hugo Rafael una “conversadita”. Por supuesto que consideramos que una reunión oficial entre ambos líderes suramericanos es conveniente, necesaria, oportuna y obligante, particularmente, para el líder colombiano que, en su pragmatismo y sus realidades frente a las ambiciones de Santos, lo conminan a aceptar las realidades que se vienen desarrollando en Suramérica y la organización connatural de la UNASUR. Es tal las diferencias reales entre Bush y Chávez que hasta el propio Presidente de Costa Rica afirmó que la ayuda venezolana hacia la Región (incluida Centroamérica y El Caribe) es superior a la otorgada por el Gobierno de los Estados Unidos de América. Lo que no menciona el Presidente costarricense son las profundas diferencias en las condiciones, comparándolas, de la ayuda de la Revolución Bolivariana y las condiciones que imponen las “políticas neoliberales” norteamericanas hacia la Región.
Pero al regreso a la entrevista, nos “tropezamos” con la primera pregunta de la periodista Gloria M. Batidas referida al cuestionamiento de la dama Marta Lucía sobre la decisión soberana del Gobierno Revolucionario Bolivariano de realizar “ejercicios militares” con flota rusa. Responde la exquisita dama: “…no nos parece conveniente que la zona andina termine convirtiéndose en un teatro de operaciones para una nueva versión de la Guerra Fría…” Hasta donde conocemos, las Fuerzas Armadas colombianas se la pasan haciendo ejercicios militares con los ejércitos norteamericanos y la Región Andina ¡sí! se ha visto afectada por tales acciones guerreristas. Continua la “dama de Hierro” proponiendo que a causa de las diferencias entre Rusia y EEUU de América, producto de políticas norteamericanas en Europa Oriental, “…mantengan su tensión militar fuera de esta zona porque…va a crear una gran tensión entre nosotros…” (sic) Marta Lucía tiene razón, si hay manifiesta una “muy fuerte tensión” en la “zona” producto de su hija predilecta, la “Política de Seguridad Democrática”, con graves consecuencias globales que ha traspasado fronteras con acciones militares conjuntas colombo-norteaméricas que mantienen alterada no solo la paz en las sociedades civiles en los vecinos de Colombia sino el trasvase de las acciones de los “paracos” y los “narcos” en nuestras sociedades ocasionando a lo interno de nuestras sociedades: “inseguridad”; “asesinatos permanentes”; “tráfico y droga-adición”, “lavado de dinero”.
La periodista continua preguntando si al ser Colombia el mayor aliado de los EEUU de América porque Venezuela no puede tener alianzas con Rusia. Marta Lucia, con lógica formal, responde que “…son situaciones diferentes…Estados Unidos [de América] está en este hemisferio…no es una potencia ajena. Es parte nuestra porque lo ha sido siempre…” ¡Vergaciòn! En dos palabras la “dama de Hierro” está de acuerdo y en perfecta sintonía con las tradicionales políticas de “patio trasero” y el “big stick”. Nos permitimos recordarle a la hermosa Marta Lucia que Simón Bolívar nació en Venezuela; que salió hacia esa Región que ella denomina como Andina y, tras largos esfuerzos, contribuyó (por decirlo “suave”) con la libertad de los países andinos además de que “avisó” sobre las políticas expansivas del “buen vecino” que tanto adora la bogotana. Pero nuestra “querida” va mas allá (o quizás nos considera unos pedestres ignorantes incultos): “…el hecho de que haya una cooperación militar [con los EEUU de América] no quiere decir que estemos haciendo maniobras militares con EEUU…” ¿nos podría explicar Marta Lucia cuales son las diferencias entre “cooperación” y “maniobras conjuntas”? ¿Son maniobras conjuntas las acciones militares efectuadas desde Colombia en el suelo patrio ecuatoriano o se las podría calificar como “cooperación” entre ambos ejércitos, colombiano y norteamericano, con consecuencias de seres humanos muertos, objetivas y tangiblemente demostrables y tratadas por la Organización de Estados Americanos? ¿Las maniobras conjuntas venezolanas-rusas tienen como objetivo la “invasión y violación” de la soberanía territorial de alguno de los países de El Caribe o son los normales ejercicios militares de cooperación de países que proponen y propagan la paz defendiendo sus derechos históricos?
Por último a la pregunta a la opinión de Marta Lucia sobre la plaza en honor a Marulanda, reacciona, con lógica guerrerista, que “…es un afrenta al pueblo colombiano (¿como el hambre?)…estoy segura de que un monumento como ese no puede realmente representar la dignidad del pueblo venezolano, ni representa lo que es el civismo del pueblo venezolano, no creo que ese sea el sentir del pueblo venezolano…” El pueblo venezolano le recuerda a Marta Lucia que quien cometió acciones contra los Derechos Humanos en Venezuela con consecuencias muy graves tanto en lo referente a vidas humanas como económicas, está de “cuerpo entero” viviendo y siendo protegido por el Gobierno colombiano y que el Soberano Senado de la República de Colombia no se ha pronunciado al respecto. Pero continua la senadora Marta Lucia Ramírez cuasi-aseverando que “…quien sabe si algún día vemos que a ese monumento le ruede la cabeza igual como cayó el monumento de Hussein: una escena que todos vimos…” ¿Qué quiere decir la senadora Ramírez con estas insinuaciones? Es insólito que la Comisión correspondiente de la Asamblea Nacional no haya solicitado, formalmente, una explicación a su contraparte colombiana. Señores ¡la pelea, es peleando!
Nos hemos permitido dedicar este análisis a “Elías” porque vivió como pensó en la ilegalidad como en las legalidades burguesas.
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