Igual sucede con la bolsa de Wall Street. ¡Qué vaina con el símil!-
Subir y/o bajar es un movimiento vertical pero, en esencia, no es lo mismo aunque se diga igual.
Subir y bajar es normal pero, bajar y no subir es otra cuestión. Se desplomaron los mercados financieros chupasangres de Wall Street y sacudieron las bolsas de todo el mundo capitalista y de las economías satélites. Por fortuna, el Comandante Chávez ha venido desatando nudos que nos aprisionaban al botalón del gringo.
No obstante, las bolsas siempre se recuperan a expensas de los bolsas que están en la parte inferior del escalón social, económico y financiero del sistema capitalista, donde, como hormigas, los obreros trabajamos para que los de arriba se den la gran vidorra.
Es que en el capitalismo criminal, salvaje e inhumano el que trabaja vive mal y el que no trabaja vive bien. Y, cuando el trabajador ya no puede más y el cuerpo le pide un descanso, el capitalista lo despide como a un trasto inútil.
Los agentes de la bolsa de Wall Street son una oligarquía financiera que arremete contra el trabajador y contra la Naturaleza, a favor de los mercados especulativos. La concepción que del trabajo tiene esa oligarquía de especuladores no debe ser asumida por los pueblos socialistas porque el libre mercado no es devoto de la paz; antes por lo contrario, su objetivo es la guerra.
Esa gente siempre tratará de recuperarse a expensas del petróleo y de la paz de nuestros pueblos. En el caso específico de Venezuela ellos insistirán en tumbar a Chávez para inmediatamente esguañingarnos, seguirían saboteando nuestra economía, acapararían toda la comida y otros rubros.
Por añadidura, ellos van a seguir propalando la errónea acepción de lo que es el verdadero trabajo, a la vez que estigmatizan nuestros esfuerzos en ese sentido, mediante la propaganda manipulada en forma de un paquete ideológico perverso facturado en Wall Street y divulgado a través de Globovisión, El Nazional, El Universal y demás sucursales y afines, para jodernos.
Los trabajadores dignos y, particularmente los obreros, consideramos que el trabajo es un factor esencial de la producción y debemos aprovechar la ocasión, la coyuntura de la caída de las bolsas, para debatir y comparar -junto al pueblo- las características de los dos grandes sistemas económicos y políticos en pugna: capitalismo y socialismo.
Los especuladores de Wall Street no son sino zánganos dentro de sus colmenas, que ven el trabajo como una pena; a diferencia de nosotros que vemos el trabajo creador, como un gran privilegio. Para nosotros, trabajar esforzadamente es un gran privilegio, a diferencia de esos sinvergüenzas que son adictos a la flojera.
Tanto han tratado de deformar nuestro pensamiento que inclusive la expresión “pasar trabajo” se ha vendido como sinónimo de desgracia, cuando debiese ser sinónimo de esfuerzos, de construcción de un país, de creatividad y de dignificación.
La energía y la inteligencia de los trabajadores es lo que impulsa la producción. La cultura del trabajo, dentro del socialismo, genera muchos elementos que coadyuvan el desarrollo de toda la sociedad, sin exclusiones y sin penurias, de tal manera que: Trabajo, Unidad y Conciencia, debe ser la respuesta de los trabajadores venezolanos a la crisis mundial de los mercados neoliberales y chupasangres.
Sabemos que quienes han vivido en el mundo de las fantasías que propala la oligarquía pitiyanqui a través de sus medios de difusión de embustes, no pueden adaptarse a la realidad tan fácilmente porque tienen metido en la cabeza un disco rayado, son marionetas que viven como en un orgasmo irreal que debe ser interrumpido, debemos hacer esfuerzos por incorporarlos a la realidad, los motivos son fuerzas que generan acciones y todo motivo patriótico es válido.
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