Indiferente ante el llamado a cese del fuego hecho por el Consejo de Seguridad, el ejército sionista continúa masacrando al sufrido pueblo palestino. La arrogante negativa del gobierno sionista, es sintomática de quien preasume que jamás podrá ser objeto de sanciones, por contar con el apoyo incondicional de USA y con su capacidad de veto en el CS. Se siente inexpugnable, por ser punta de lanza en la región del poderoso aparato militar estadounidense. Su enorme poder se sustenta en la presencia activa sionista en los tentáculos del gran capital transnacional, con influencia decisiva en la élite imperial de Washington.
Más allá del análisis geopolítico de los conflictos que históricamente han rodeado la “implantación” imperialista, en territorios de Palestina, del estado sionista de Israel y de sus secuelas para la paz mundial, en Gaza se está perpetrando un vil genocidio contra un pueblo acorralado e indefenso que hay que parar. Se trata de un crimen de lesa humanidad que requiere la instalación inmediata de un tribunal especial, similar al de Nuremberg, para juzgar a los responsables de este terrorismo de estado, que para vergüenza del pueblo judío, ejercen como victimarios quienes ayer fueron sus víctimas. Esta transmutación les traerá un alto costo político interno y externo a la secta sionista.
Hay un agotamiento del modelo dictatorial de la ONU emergido de la 2ª guerra mundial, el cual permite que desde el CS, las 5 potencias “triunfadoras” de entonces, con su veto discrecional, manejen el orden político global, aún cuando actualmente es USA quién, para validar sus zarpazos imperiales, ejerce ese “derecho”. Últimamente negoció su abstención a cambio de una tímida resolución, con nulos efectos prácticos, manteniendo el mango del sartén en sus manos.
La decisión del gobierno bolivariano de expulsar al embajador de Israel y simultáneamente, motorizar la convocatoria a una Asamblea Extraordinaria de la ONU para debatir el tema del genocidio de Gaza, reafirman su acertada política de defensa del derecho internacional y del multilateralismo y, su rechazo a cualquier forma de terrorismo, incluyendo el terrorismo de estado.
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