Desde el 18 del presente mes, es decir desde la semana próximo pasada,
tengo atragantados los petits-fours y canapés que me tomo con el té
podrido, el que aprendieron a negociar los imperialistas británicos,
exactamente a las cinco de la tarde, tal y como me enseñaron en
Cambridge. Lo único que me enseñaron... El verdadero té, el original,
se toma verde desde mucho antes de que Confucio empezara sus viaje de
mil leguas con el primer paso.
Me pregunto desde entonces cómo se dirá en el idioma de Shakespeare, y en el argot del cricket, "se le cayó un flaicito", o el más apesadumbrado "se le fue el rolling entre las piernas".
Porque gente torpe hay como frijol, pero generalmente comete sus
torpezas mientras los otros -los que pueden y deben salirle al paso-
están hablando por el celular, o saludando de besitos a los conocidos
(¡épale Vladimir!!). O están los consecuentemente torpes, que ya
después de la torpeza número 15, pueden llegar a tres mil sin que nadie
les diga nada. ¡El tonto de la familia! Pero, ser profesional y dejar
caer un flaicito, o que se te vaya un rolling entre la piernas con el
stadium lleno y con transmisión en vivo por señal abierta, señal
cerrada, señal alternativa y cable, es "como que mucho" (¡así dicen en
Valera!).
Yo aprendí a no prenderle velas a ningún santo hace ya
mucho tiempo. Lo hice en alguna época, es verdad. La gruta de la Virgen
del Carmen en la carretera vieja Petare-Guarenas me vio hacerlo. No nos
falló. Siempre era emocionante ver al esplendoroso Cabo Codera desde la
entrada de Sotillo. Y San Judas Tadeo, en el Corazón de Jesús (Av.
FFAA) también tuvo sus cuatros cirios encendidos haciéndole guardia.
Decían que era más efectivo que el Dr. Lares Campos en asuntos de
operación de amígdalas.
Siento especial aprecio por los análisis
políticos -siempre desde la perspectiva marxista- que hace Allan Woods.
Sus análisis han sido una referencia importante desde que sé de su
existencia. Y por eso se me fue el canapé por el camino viejo, cuando
estaba leyendo su "El 18 Brumario de Mahmoud Ahmadineyad" (http://www.aporrea.org/tiburon/a80302.html).
Todavía me pregunto cómo hizo para que se le fuese ese rolling entre
las piernas, y si podré preguntarle eso en un idioma que él entienda;
porque no es castellano, es el regional "caribe beisbolero".
La regla de oro es tan sencilla: Pregúntale al Departamento de Estado con quien está y a quién le da apoyo financiero y logístico.
¡Dialéctico!!!, que algo queda...
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