Honduras: Un terreno minado y desconocido

La pregunta que motivó un golpe de estado en Honduras: “¿Está usted de acuerdo que en las elecciones generales de noviembre del 2009 se instale una Cuarta Urna en la cual el pueblo decida la convocatoria a una Asamblea Constituyente?

Ningún país es igual a otro [1]. Países vecinos como Trinidad & Tobago y Guyana tienen una diversidad cultural, lingüística, étnica, religiosa, política y social, que poco tienen que ver con Venezuela. A pesar de las afinidades que nos unen a Colombia y Ecuador, que son las mismas que nos diferencian de nuestros otros colindantes, a ellas habría que agregar nuestra común herencia histórica, nunca me atrevería a juzgar la situación de estos países a partir de los hechos que ocurren en nuestro territorio.

Por eso me resulta tan conmovedor que la mayoría de los analistas de la situación hondureña (aquí y en el exterior), sean tan osados e irresponsables al emitir opiniones y proponer soluciones sobre lo que acontece en ese hermano país, sin tener conciencia de la idiosincrasia, la realidad “real” del país. Creo que una de las personas más informadas y mejor dotadas para emitir opiniones sobre la realidad latinoamericana es Fidel Castro, sin embargo creo que donde pudiera fallar nuestro comandante es sobre Honduras, por razones que después explicaré.

La población de Honduras es de aproximadamente 7,8 millones de habitantes, y está entre las que registra el mayor crecimiento en Latinoamérica, según el Instituto Nacional de Estadísticas de Honduras (INE), cuyas cifras son las que citaré . Tiene una densidad: de 70 hab/km2, más del doble que la de Venezuela. El 40% de la población está concentrada entre Tegucigalpa y San Pedro Sula. Honduras y Guatemala son los países más extensos de Centroamérica con 112.090 km2 y 108.890 km2., respectivamente, pero con la diferencia de que la densidad poblacional de este último es mucho mayor: (120 hab/km2).

El Salvador, a quien Gabriela Mistral calificó cariñosamente como el “Pulgarcito de América”, tiene una superficie de apenas 21.040 km2, es inferior a la del estado Falcón (24.800 Km.) y superior a la del estado Lara (19.800 Km.), pero libró en su pequeño territorio una heroica y desigual guerra contra la potencia imperial y sus lacayos criollos. Su territorio es tan escaso que el “canciller” de los gorilas hondureños hizo un chiste, muy propio de ellos, diciendo que El Salvador era tan chiquito que si se pateaba una pelota en un partido de fútbol, se corría el riesgo de que cayera en uno de sus países vecinos. En el territorio salvadoreño está congregada una población casi igual a la de Honduras.

Panamá, Nicaragua y Costa Rica, tienen densidades poblacionales de 37, 40 y 75 hab/km2., respectivamente, pero realidades muy diferentes. Durante años las oligarquías costarricenses (ticos) han alimentado un desprecio hacia los nicaragüenses (nicas), y Panamá ha llegado a ser considerado “no centroamericana”, historia que arranca desde su pertenencia ala Gran Colombia. La bandera de Honduras tiene 5 estrellas, excluyéndose a Panamá. Entre los “nicas” vecinos de los hondureños, llamados “catrachos” [2] siempre han mantenido una buena vecindad desde los tiempos de Francisco Morazán reforzada por la ayuda que recibieron a mediados del siglo XIX, cuando Nicaragua fue invadida por yanquis que querían imponer el sistema esclavista del sur de los Estados Unidos, con la pretensión de ser anexada a la “Unión”. En esta guerra centroamericana se destacó el general hondureño Florencio Xatruch, cuyos soldados eran denominados “catrachos”. En su tumba de Managua se lee esta inscripción: “Nicaragua al hondureño de origen y nicaragüense por adopción, General don Florencio Xatruch, testimonio de admiración y gratitud por los servicios prestados a la Patria”.

Honduras es un país muy especial: En los últimos sesenta años no ha tenido insurgencias guerrilleras, “…su clase social desciende de los primeros españoles que poblaron el corazón de la antigua civilización maya. Como en todos los demás territorios conquistados con sus caballos y espadas de acero, tomaron posesión de la tierra. Las familias se trasmitieron las propiedades a lo largo de siglos.” [3] Es la patria de Francisco Morazán, héroe centroamericano tan desconocido que hasta el propio Fidel se alegró, cuando confesó que “…Zelaya prometió enviarme libros que ilustran la historia de este singular héroe centroamericano”. [4]

Fidel Castro se permitió dirigir una guerra convencional a miles de kilómetros de Cuba, en Angola, que hizo posible la liberación de ese país, de Namibia, y abrió el camino al fin del “apartheid” en Sudáfrica, gesta que culminó con la gran batalla de Cuito Cuanavale [5]. A pesar de toda la experiencia acumulada y la sabiduría demostrada en la conducción de su pueblo, con toda la humildad del mundo confiesa en la misma reflexión: “Le pregunté por la extensión de Honduras. "Alrededor de 112 mil kilómetros cuadrados" respondió. Cuba posee casi exactamente igual, comenté.” [6]

Por eso, tenemos que tener mucho cuidado al opinar y proponer. Debemos tener en cuenta que Honduras junto a Haití y Nicaragua se cuenta entre los países más pobres de América, sin embargo no se caracteriza por ser un país de emigrantes. Si bien en los EEUU se encuentra cerca de un millón de hondureños, es una cifra que no se puede comparar con las de El Salvador, que ha aventado de su Patria a más de 1/3 de su población hasta los EEUU., más de 3 millones de personas o con Ecuador que exhibe números similares. A principios del siglo XX a Honduras llegaron importantes contingentes de árabes, judíos y chinos, pero el grueso de la inmigración lo componen refugiados de las guerras de El Salvador, Guatemala y Nicaragua, de allí el particular encono del gorilaje hondureño hacia los “nicas”, a quienes han perseguido con saña. En muchas ocasiones los EEUU han utilizado su territorio para propiciar guerras contra El Salvador, Nicaragua y Guatemala. No hay que olvidar que la invasión de Cuba en 1962, fue organizada y partió de Honduras. No obstante, desde el fin de los conflictos en los países vecinos, Honduras ha mostrado su carácter emigrante, y en la actualidad tiene un saldo migratorio de -2%. Las remesas son una de las principales formas de entrada de divisas en el país. También existe un proceso de emigración interna, desde el campo a la ciudad, que afecta cada día a un porcentaje mayor de la población.

Honduras es un país de jóvenes. Cerca del 44% de la población tiene menos de 14 años, el 54% tiene entre 15 y 64 años y sólo un 3% tiene más de 65 años. Su tasa de crecimiento vegetativo es muy alta, casi un 3% anual y una fecundidad de más de 4 hijos por mujer, y esto a pesar de tener tasa de mortalidad infantil muy alta, en trono al 32‰ [7], aunque la mortalidad ordinaria es de aproximadamente el 5‰. La esperanza de vida al nacimiento está en torno 70 años. Estas cifras demuestran que en Honduras se vive un proceso que llaman de “transición demográfica”, y según parece, así seguirá por algún tiempo.

Uno de los problemas más graves del país es la tasa de analfabetismo, que se sitúa sobre el 28% de la población. Con el método “Yo sí puedo”, se pretende acabar definitivamente con este problema, como ya ha sucedido con Cuba, Venezuela y Bolivia y muy pronto con Nicaragua. Del resultado de esta aventura golpista dependerá el éxito, también, de este propósito del gobierno del presidente Zelaya.

La población hondureña está muy mal repartida. La gran mayoría se concentra en la mitad oeste, dejando la parte oriental muy despoblada, precisamente la que hace frontera con Nicaragua. La población hondureña es ligeramente mayoritaria en el área rural, más de un 51%, mientras que el 49% restante vive en ciudades no muy grandes, incluyendo la capital, Tegucigalpa (765.675 h.), San Pedro Sula (437.798 h.), Choloma (105.899 h), Puerto Cortés (43.845 h) y La Lima (41.490 h.) todas en el departamento de Cortés; La Ceiba (114.277 h.), departamento de Atlántida; El Progreso (90.475 h.), departamento de Yoro; Choluteca (70.968 h.), departamento de Choluteca; Comayagua (853.367 h.), departamento de Comayagua y Danli (40.915 h.), departamento de El Paraíso. El presidente Zelaya procede del departamento de Olancho, poco poblado, fronterizo con Nicaragua y muy propicio para la agricultura y la ganadería, actividades a las que se dedicaba

Honduras tiene una constitución “dictada” en 1982 y nunca aprobada mediante referéndum por el pueblo, como lo fue en Venezuela, Bolivia y Ecuador. Fue promulgada bajo la dictadura de Policarpo Paz García y en ella los 8 primeros artículos son declarados “pétreos”, eso quiere decir que no se pueden modificar “en el jamás de los jamases”. La razón: estas “piedras” son los que permiten mantener la dominación de los pocos, y los intereses de los eternos sectores que no están dispuestos a perder el poder. El que intente cambiar la constitución es considerado “traidor a la patria”, y la sola mención de ello es un “delito”. Entre las justificaciones esgrimidas para poner estas “piedras” fue que con ellas se “evitarían” los golpes de estado, como los que se habían producido en 1956, 1963, 1972 y 1978, pero omiten decir que esas “piedras” hicieron posible que el del 28 de junio pasado se produjera un nuevo asalto al poder, mediante el cual se secuestró y expulsó del país al presidente constitucional de ese país, que había propuesto la celebración de una consulta, precisamente ese mismo día, y sin carácter vinculante. Su objetivo sólo era el de conocer la opinión del pueblo acerca de la instalación de una cuarta urna en las elecciones de noviembre próximo para eventualmente proponer la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente para pudiera reformar la Constitución, que evidentemente se haría en un período presidencial que no sería el de Zelaya. Como puede colegirse, nunca estuvo en juego la propuesta de una reelección del presidente Zelaya.

El gorilaje que se ha apoderado de Honduras explica que el presidente Zelaya, al convocar esta mera consulta, habría violado los artículos 5, 239 y 374 de la Constitución hondureña que proclaman que el gobierno debe sustentarse en el principio de la democracia participativa, que el ciudadano que haya desempeñado la titularidad del Poder Ejecutivo no podrá ser Presidente o Vicepresidente de la República y que no podrán reformarse artículos constitucionales que se refieren a la forma de gobierno, al período presidencial, a la reelección, etc.

Las preguntas que surgen son variadas: Si la propuesta del presidente Zelaya fue calificada como una violación a la Constitución, entonces ¿por qué no le abrieron un juicio?, ¿por qué no propusieron una moción de censura en el parlamento?, ¿por qué no le atribuyeron culpa de la que nunca se hablaba y de la que ahora es víctima?, ¿por qué no se ciñeron a la Constitución que tanto defienden?; ¿por qué expatriaron a un ciudadano hondureño, si ello es anticonstitucional?; ¿por qué irrespetaron el ejercicio del presidente Zelaya como Jefe de las Fuerzas Armadas en su carácter de Comandante General?.

Patricia Rodas, ministra de Relaciones Exteriores de Honduras, también fue secuestrada, golpeada y expulsada del país por los militares golpistas en presencia de los embajadores de Cuba (Juan Carlos Hernández), Venezuela (Armando Laguna) y Nicaragua (Mario Duarte) el mismo día que se produjo el golpe militar. Los embajadores también fueron maltratados pese a que gozaban de inmunidad diplomática y que estaban amparados por la Convención de Viena. Evidentemente, el gorilaje hondureño violentó en la forma más descarada la Constitución, y acusan con cinismo al presidente Zelaya de lo contrario.

La derecha hondureña cree que tiene todo a su favor, pero se equivoca. Centroamérica depende estratégicamente de la Carretera Panamericana, para su supervivencia económica y a la resistencia hondureña o el gobierno de Nicaragua sólo les bastaría con bloquear esta vía por el sur para que nada entre o salga desde esa dirección. Honduras no tiene una infraestructura naviera que permita la alternativa marítima. Un boicot económico y comercial de los países vecinos llevaría a la quiebra a Honduras. Las organizaciones políticas, los sindicatos de obreros y campesinos, constituyen una importante reserva en caso de un conflicto mayor. Honduras no cuenta con el reconocimiento de ninguna organización internacional: Naciones Unidas, OEA, países del Caribe (CARICOM), del Sistema de Integración Centroamericano (Sica); y demás organizaciones regionales e internacionales. Eventualmente los organismos financieros suspenderían transacciones y congelarían cuentas. Sólo que…

Sólo que tienen, entre otros al IRI (www.iri.org), que como lo dice Eva Golinger [8]: “… originariamente su trabajo estaba en América Latina, durante el periodo en el que la administración de Reagan estaba bajo presión del Congreso estadounidense por financiar a los grupos paramilitares y a los escuadrones de muerte en Centro y Suramérica, para instalar regímenes subordinados a los intereses estadounidenses y neutralizar a los movimientos izquierdistas. “El Congreso respondió al llamado del presidente Reagan en 1983 cuando creó la National Endowment for Democracy (NED) para apoyar a los demócratas emergentes en el mundo. Se crearon cuatro institutos sin ánimo de lucro para llevar a cabo este trabajo: IRI, Instituto Demócrata Nacional para Asuntos Internacionales (NDI), Centro para la Empresa Privada Internacional (CIPE) y Centro Americano para la Solidaridad Laboral (ACILS).”


Mas adelante, la misma Eva Golinger destaca [9]: “Pero una evidencia más contundente que vincula al IRI con el golpe en Honduras, es un video clip disponible en la Web del instituto, en http://www.iri.org/multimedia.asp. El clip o “podcast”, incluye una presentación de diapositivas de Susan Zelaya-Fenner, asistente del programa del IRI, el 20 de marzo de 2009, explicando los programas de “buena gobernabilidad” en Honduras. Curiosamente, al principio de la presentación, Zelaya-Fenner explica lo que ella considera “un par de hechos interesantes sobre Honduras”. Estos “hechos” incluyen, según ella, que “Honduras es un país muy olvidado en una región muy pequeña. Honduras ha tenido más golpes militares que años de independencia, se ha dicho. Sin embargo, paradójicamente, en tiempos recientes se ha considerado al país un “pilar de estabilidad” en la región, hasta llamarlo el “U.S.S. Honduras”, porque ha logrado evitar todas la crisis que sufrieron sus vecinos durante las guerras civiles en los años ochenta.”.

Evidentemente los enemigos de Honduras saben más sobre este país que sus amigos. Tienen todo el financiamiento del mundo para estudiar todo lo que haya que estudiar. Nosotros, en cambio, de ello estoy seguro, no disponemos ni siquiera de un estudio confiable sobre los asuntos de Honduras. Ni uno solo. El enemigo dispone de todas las facilidades, tienen hasta una base enclavada en el propio corazón del país y sus Fuerzas Armadas, han sido entrenadas, equipadas e ideologizadas por los EEUU, y dependen estratégicamente desde hace años del Comando Sur, con sede en Florida. En la entrevista sostenida entre Fidel Castro y Zelaya, el primero relata [10]: “De repente recuerda con orgullo la cultura del pueblo maya. Me cuenta que los años de aquella cultura eran más exactos que los años del cristianismo occidental. "El mundo actual utiliza el sistema decimal, los mayas poseían un sistema veintesimal, dos veces más exacto". Realmente, por primera vez en la vida había escuchado ese detalle, la ventaja de utilizar dos más cero en vez de uno más cero. Me prometí a mí mismo informarme un poco más sobre el tema.”

En el incipiente y tímido proceso político que se abre en Honduras, poco tenemos que aportar, salvo meritorias excepciones, como las de Frida Modak [11], quien expresa: “… en lo que respecta a América Central, que Estados Unidos siempre ha considerado como si fuera de su propiedad, resulta que hasta el golpe en Honduras el imperio tenía perdido el control de esa región. Si esta es la manera de recuperarlo, toda América Latina tiene que ponerse en guardia. El cambio que se está dando en la región intenta abrir cauces a la participación popular como elemento fundamental de un sistema democrático y las reformas constitucionales son el instrumento que le abre paso.”

Como tantos sabemos tan poco de tanto, dejemos que sean los hondureños y el presidente Zelaya quienes señalen el camino. Posiblemente se equivocarán, podrían perder el rumbo, pero como conocen el camino, más temprano que tarde... ¡lo encontrarán!

Notas

[1] Evidentemente se trata de una perogrullada, o sea que es una verdad tan obvia, tan evidente, que resulta necio repetirla; pero, como dicen en México: Ni modo. Hay ejemplos notables de perogrulladas: “Cuando lloro me brotan las lágrimas”, “llovió y la tierra se mojó”, “después de la tempestad, viene la calma”. Al parecer esta palabra se deriva de un personaje del imaginario popular español de nombre Pedro Grullo, de la que resulta su contracción, que posiblemente vivió entre los años 1400 y 1500, y se hizo famoso por decir verdades de ese tipo. Si bien Perogrullo puede resultar de una creación folklórica, siempre se han presentado ocasiones en que son inevitables estas perogrulladas, sobretodo en ciertos políticos, de cualquier extracción, que tratan de impresionar al auditorio con este tipo de expresiones.

[2] Catracho es sinónimo de hondureño.

[3] Fidel Castro: “Reflexiones”, de su entrevista con Manuel Zelaya:

http://www.radiorebelde.cu/noticias/nacionales/reflexiones/nacionales1-060309.html

[4] Ibíd.

[5] Véase mi artículo publicado en Aporrea: Cuito Cuanavale: una de las batallas olvidadas

[6] La superficie de Cuba es de 110.922 km2. y una población de cerca 12 millones de habitantes. Los estados Zulia, Falcón y Lara en su conjunto tienen una superficie de 107.700 km2., pero su población es sólo de 5,7 millones de habitantes, aproximadamente.

[7]Cuba tiene una tasa de mortalidad infantil de sólo el 5,6 por mil nacimientos y Estados Unidos: 6,3 muertes/1.000 nacimientos. Basados en el Informe Estadístico sobre la Salud en el Mundo, presentado en Ginebra, Suiza, indican que Latinoamérica tiene una proporción de 19 muertes de niños menores de cinco años por cada mil nacidos vivos, lo cual es un progreso notable que sugiere avances conjuntos de la región. El mejor indicador lo muestra Cuba, con una relación de seis fallecimientos por cada mil nacidos, seguido de Chile, con 9 y Costa Rica, con 11. Elías Eljuri, el presidente del Instituto Nacional de Estadística de Venezuela (INE), dio a conocer recientemente que la tasa de mortalidad infantil en el país ha descendido de 21 a 13,7 por mil, según lo reporta el diario El Nacional.

En Venezuela disminuyó en alrededor de 14 puntos porcentuales con respecto a cifras del año anterior, mientras se registró también una declinación de las muertes maternas. La mortalidad infantil ha disminuido en el país cerca 20% a lo largo de los últimos 3 mil días, es decir, en los últimos 8 años.

[8] Artículo publicado en Aporrea: “El Papel del Instituto Republicano (IRI) en el Golpe en Honduras. El IRI habló del golpe de Honduras meses antes”

[9] Ibíd.

[10] Ibíd. [3].

[11] Frida Modak, periodista, otrora Secretaria de Prensa del presidente Salvador Allende. Su artículo “Advertencia y amenaza para América Latina” fue publicado en “La Polilla Cubana”

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Omar Montilla


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