La historia de los pueblos del mundo tiene intervalos de tiempo, que a veces por muy cortos que ellos sean, permiten exponer ingratas realidades, que cargadas de pueril hipocresía, desnudan los verdaderos propósitos de quienes por siempre han tenido intenciones de dominación. Eso está pasando con Honduras. El moreno presidente gringo censuró aparentemente el golpe de Micheletti y su banda, pero no ha hecho nada por forzar una salida que devuelva a Honduras el fuero constitucional mancillado. Se ve clarito que la fuerza imperial asentada en el pentágono no le permite sino las tímidas declaraciones de un apoyo a la constitución hondureña que no se ha concretado en ninguna acción favorable a ella. En poco más de un mes, la hipocresía imperialista ha quedado expuesta a la luz del mundo democrático… Y diga Ud., la OEA. A pesar de que la mayoría de los países condenaron el golpe y declararon que no se aceptaría otra cosa que no fuera la reposición de Zelaya al poder como presidente legitimo de Honduras, las fuerzas oscurantistas internas de la organización americana conspiran contra la mayoría de los países, manipulan los acuerdos y juegan a tácticas de rezago y diferimiento, para que el tiempo consuma inexorablemente la procura de la justicia a un pueblo que se resiste en la calle expuesto a la bayoneta dictatorial. Las recientes declaraciones del Secretario de la OEA, exhiben una patética duplicidad de comportamiento con atención a los dictados de sus jefes gringos que develan la prerrogativa, basada en que lo mejor es dejar eso así hasta que el fascismo y la oligarquía hondureña lo crea conveniente. La jugarreta dilatoria que se ha trazado el presidente de Costa Rica e Insulsa, hace trípode de deshonra con el imperialismo para favorecer el gobierno de facto impuesto en el país centro americano. En poco más de un mes, también la OEA ha puesto de manifiesto que como siempre, no sirve sino para apuntalar los designios y caprichos imperiales…Y también, mal de su agrado, algunos otros países como Colombia, no es tan sólo que callan para obsequiar las razones a quienes nunca la han tenido. Es que también han tenido la osadía de lanzarle un reto al mundo democrático americano y sobre todo a sus deseos de liberación, poniendo su patio terrenal, donde tantos libertadores lidiaron por la libertad americana, para ofrendarlo como trofeo a la ignominia del poderoso ejército norteamericano. Allí selló Colombia su pacto contra Honduras, que es contra América Latina. Pero un solo viento de vergüenza vuela inmarcesible por estos mundos, y seguro, no le será difícil convertirse en huracán o tempestad para arrasar con la guarida donde maniobran los traidores.
(*) INGENIERO GEÓLOGO
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