El presidente
de EEUU, Barack Obama, ha propuesto una tasa especial del 0,15% sobre
los pasivos no asegurados de las instituciones financieras que cuenten
con activos superiores a los 50.000 millones de dólares. Actualmente,
sólo poco más de 50 firmas rebasan esa cantidad. Aunque las principales
firmas favorecidas por los 700.000 millones de dólares de la ley de
rescate bancario (TARP por sus siglas en inglés) aprobada por el Congreso
en 2008 ya han devuelto parte del dinero recibido, se calcula que quedan
unos 117.000 millones de dólares (170.000 millones de euros) por recuperar.
Este impuesto
entrará en vigor el 30 de junio de este año y pretende recaudar
a lo largo de una década unos 90.000 millones de dólares. La tasa
afectará tanto a los bancos que aún no han devuelto su parte del TARP
como a los que sí lo han hecho e incluso a los que nunca pidieron ayuda
al Estado.
Sin embargo,
las grandes corporaciones de otros sectores, como las del automóvil,
en manos de los grandes bancos y que se mantienen en pie gracias a la
intervención del gobierno estadounidense, no se verán afectadas.
Según Obama,
su compromiso es “recuperar hasta el último centavo que se les debe
a los ciudadanos”. Se espera que la nueva tasa al sector financiero
permita recaudar 90.000 millones de dólares (130.500 millones de euros)
en los próximos diez años, y completar los 117.000 millones de dólares
en doce años.
Por su parte,
el presidente del gobierno metropolitano español, José Luis Rodríguez
Zapatero, se ha apuntado al carro declarando que la Unión Europea debe
hacer su propia reflexión sobre la introducción de alguna “medida
similar”, ya que supone “un avance importante para el sistema financiero
y para que funcione de manera más justa y mejor”. Eso sí, nada de
concretar.
Por el contrario,
el Estado español ha puesto a disposición de sus bancos más de 350.000
millones de euros pero, a diferencia de otros países, lo ha hecho con
total opacidad, de forma que no se conoce cuánto de esos ingentes recursos
públicos han utilizado las corporaciones bancarias españolas, ni cuales
de ellas. Por mucha cháchara de Zapatero pretendiendo imitar a Obama,
la oligarquía financiera española es intocable.
Lo cierto es
que gran parte del dinero público puesto al servicio de las grandes
corporaciones bancarias capitalistas tiene difícil retorno, tanto en
EEUU como en los demás países capitalistas. Desde los céntimos
hasta los cientos de miles de millones de dólares han sido usados para
dar liquidez a los bancos y a las grandes multinacionales y, lo que
es peor, para que aumentaran sus beneficios y el reparto de dividendos.
En ningún caso han servido para que los bancos abrieran la mano para
dar crédito ni a las pequeñas y medianas empresas ni a los particulares.
De esta forma,
el consumo ha seguido cayendo, agravando la recesión imperialista.
Salvo el minoritario consumo de lujo y suntuario de los grandes accionistas,
que han vuelto al gasto de carísimos coches, yates, joyas, obras de
arte, etc., en aumento en los últimos meses.
Mientras tanto,
el paro sigue creciendo aceleradamente en EEUU. A pesar de que allí
sólo contabilizan las peticiones de subsidio de desempleo (y una vez
agotadas, ya no se contabilizan como parados a los trabajadores sin
empleo), estas peticiones aumentaron en 444.000 la semana pasada, por
encima de las 433.000 de la semana previa, según el propio Departamento
de Trabajo estadounidense. La tasa promedio de las últimas cuatro semanas
también subió con respecto al mes precedente.
Otro dato significativo
es el de las ventas minoristas en EEUU, que cayeron un 0,3% en la temporada
navideña, a pesar de las optimistas previsiones en sentido contrario,
lo que viene a demostrar que lo de la ” reactivación del consumo”
norteamericano ha sido pura propaganda. Durante todo el año 2009, las
ventas descendieron un 6,2% en el país.
En el Estado
español los datos no son mejores. 2009 finalizó con casi 4 millones
de parados oficiales (a pesar del descarado maquillaje de las cifras),
800.000 más en un solo año. Además, la contratación indefinida a
tiempo completo que se ha desplomado en un 36%, y solo el 7% de los
contratos son indefinidos. En 2009 la Seguridad Social registró un
millón menos de afiliados en el Régimen General y 150.000 en el Régimen
de Autónomos. Y eso que Zapatero asegura que pronto empezará la recuperación,
“si no ha empezado ya”.
Los dirigentes
capitalistas y sus economistas de mesa camilla hablan de “recuperación
sin empleo”, lo que dicho en román paladino quiere decir,
ni más ni menos, que recuperación sin recuperación. Al menos, no
para la inmensa mayoría, las trabajadoras y trabajadores, que seguiremos
pagando con nuestro trabajo, con nuestro sacrificio y con nuestro sufrimiento
“hasta el último céntimo” de los fabulosos beneficios de una minoría.
(*) Teodoro Santana es miembro del Comité Central del Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias (PRCC)