Fue una reciente mañana en Radio Caracol, uno de los medios de la oligarquía colombiana de miserables posturas anti venezolanas. El presentador del programa estaba felicísimo porque ese día daría un tubazo telefónico antichavista de boca de Marisabel Rodríguez, ex esposa del presidente Chávez.
El malintencionado locutor la anunció desde sus estudios con halagos y sobre acogimientos, preparando el escenario psicológico para que Marisabel echara mil pestes sobre la personalidad de su ex esposo, el camarada presidente. Eso lo daba por seguro el insidioso gacetillero colombiano. A trastienda del estudio parecía dar ordenes Uribe queriéndole echar la última vainita al presidente venezolano, antes de partir al reposo de los espantados. La idea era testificar falsamente sobre la supuesta doble personalidad de Chávez. Ya eso se había intentado hacer por parte de oposición venezolana a través de todos los medios posibles de la oligarquía criolla. Y esta era una excelente oportunidad para reafirmarlo, dirían los ensambladores de la patraña caracolera. Pero Marisabel, poniendo en alto la dignidad de la mujer venezolana, les fue siquitrillando uno a uno los argumentos ignominiosos del presentador.
Por mas que el cipayo uribista estimulaba malévolamente a la ex esposa presidencial para que atacara al presidente, Marisabel revolcaba cada torpe argumentación con la verdad que brotaba como látigo incandescente desde sus labios. Ya cuando no pudo soportar la andanada de Marisabel, el bellaco puso a una dama que le acompañaba, al auricular en línea. Fue peor. Erika, que así se llama la moderadora reemplazante insistió en la búsqueda, aunque sea, de algunas frasecitas que mal pusieran la conducta de Chávez. Casi rogaba la periodista para que eso se diera. Pero, el acabose. Marisabel declaró que quien tenia doble personalidad, al juzgar por los hechos era Uribe porque de Chávez ella lo que sabia era que fue un excelente papá y es un buen presidente.
El desánimo de los locutores colombianos se notó hasta en el modo de cerrar la entrevista con palabras entrecortadas, casi silentes producto de su mala intención frustrada, esta vez por una dama venezolana que dio una lección al mundo para que se entienda que la verdad siempre se impone, aunque sea tarde, pero cuanto mas tarde, mas contundente.
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