Seis dìas después de haber comenzado este rico e intenso debate, tomo la palabra...
Debo comenzar diciendo que de los artículos que se han escrito sobre La Hojilla y su estilo, son los de Néstor Francia, uno de los que más me han gustado por su mesura, por la calidad del texto, por la transparencia y sobre todo, por aceptar la crítica sin responder con ofensas y vilipendios. Por escribir con argumentos, con ideas.
Leía La Hojilla en Aporrea y me gustaba lo mordaz, lo acucioso, lo ácido y sobre todo la paciencia para calarse a cada uno de esos entrevistadores y entrevistados que poblaban nuestras mañanas, destilando odio y prepotencia hasta más no poder. Me parecía una buena idea, que necesitaba de mucho apoyo e investigación para que fuera de largo aliento, para que trascendiera de lo meramente anecdótico y pasara a lo formativo y lo pedagógico.
Pero en la TV, la historia fue otra: lo mordaz se transformó en insulto pleno, la acuciosidad fue sustituida por el lugar común y el maniqueísmo y sobre todo por lo panfletario, la paciencia por impaciencia y la actitud pedante y déspota con mucha gente. La investigación nunca fue ni es rigurosa, las herremientas para ello-obviamente- eran desdeñadas y es la minucia y la anécdota lo que prevalece en el programa, banalizando muchos de los temas que allì se abordan.
Entonces comencé a ver como lo que era “buena para la pava, no era bueno para el pavo”. Por ejemplo, si nos horrorizamos porque en Globovisión se burlaban y discriminaban a Mugabe, el presidente africano, pues en La Hojilla se burlaban de la periodista Argelia Ríos, no sabemos si por fea o por opositoras, pero en todo caso la idea era la burla.
Si durante años y en especial en los últimos, criticábamos los liderazgos mediáticos, pues en La Hojilla, Mario Silva decidía que iba a ser candidato a diputado por el estado Aragua, luego cambiaría por precandidato y hoy en día no sé por donde anda la iniciativa. Siempre me pregunté y cuál era el respaldo? Supongo que la pantalla de VTV.
Si durante años luchamos por una información medianamente equilibrada, pues en el programa solo salía una parte de la historia y si alguien pedía derecho a replica, no siempre le era concedida, por ejemplo, cuando derribaron la estatua de Colón y en el programa no se les permitió hablar a los integrantes del movimiento 13 de abril, además de cuasi ridiculizarlos, sobre todo a Roberto López en su condición de historiador, en su condición de intelectual y paremos de contar, porque la lista sería interminable.
Cuando comenzaron las criticas que originaron este debate, por supuesto la respuesta de Mario Silva no se hizo esperar, quien junto a otros articulistas argumentan que: primero todo es producto de la cochina envidia, en especial de los periodistas por su éxito, dos, no le perdonaban su posición ante el derrumbamiento de la estatua de Colón (como si hubiese sido el único, allí está Hernández Montoya que estuvo en contra y nadie lo está atacando) hecho que apenas hoy- desgraciadamente- lo recuerda la gente, salvo los que estuvieron presos y sus amigos; tres, los intelectuales y clase media no entienden ni mucho menos a este proceso y cuatro que quienes los atacan son de la CIA o por lo menos de la contrarrevolución, porque aquí los único que pueden criticar son los de La Hojilla. Qué tal? En definitiva, nada de autocrítica, ni de reflexión, ni nada. Maniqueísmo puro.
En respuesta a eso y en el mismo dial, yo podría decir que me resulta sospechoso tanto rechazo a los profesionales, que tal vez, quién sabe, no será porque Mario no lo es… Pero, no lo voy a decir, sería una tontería de mi parte. En cuanto a lo de la CIA, ni siquiera lo considero.
De manera que con este historial, comencé a sentir rechazó por el programa al poco tiempo de su salida al aire y todos me decían que “ les diera tiempo, que entendiera el momento político y otras cosas de esa” Algunas las digería, pero cuando pasó el 15 de agosto y luego el 31 de Octubre y no habían modificaciones, sino que, todo lo contrario el estilo se “profundizaba” , supe que no iban a pasar nada, porque el estilo es el hombre y en ese programa, el estilo que domina es el de Mario Silva, sino recordemos las miles de veces que Eileen se quejaba porque no la dejaban hablar y hasta hubo que regalarle una campana para que la escucharan y nunca olvidaré una tarde, cuando un tanto molesta, ella le rispotó que él era un atorrante y paremos de contar…
Este rechazo supe que era compartido, porque siempre que planteaba (y planteo) el tema, en cuanto espacio podía, público o privado, la mayoría, si acaso no todos, compartían la molestia y esto era tan frecuente que alguna vez nos dijimos y quién ve entonces a La Hojilla? pues la vemos muchos, pero eso no significa que nos guste. Paradójico verdad? Pues si, la vemos esperando que alguna vez rectifiquen y saben porqué? Porque es un programa de nuestro canal, de VTV, porque los espacios públicos modelan a las audiencia y alguna vez dije que mientras el Presidente hablaba de reconciliación y búsqueda de espacios comunes, este programa hacía lo contrario, porque seguía montado en el esquema de abril de 2002 (como mucho de los espacios comunicacionales del gobierno) como si el tiempo no hubiera pasado, como si no se hubiese dado algunos procesos de avance, como si Chávez no hubiese hablado con Cisneros y ahora con Uribe, como si muchas cosas no hubiesen ocurrido…
Por eso celebro con vehemencia este debate, porque lo teníamos en la punta de la lengua muchos de los que vemos ese programa que, efectivamente, tiene un alto rating, pero Sábado Sensacional también lo tuvo o lo tiene y eso no es suficiente.
Considero que con ese estilo en ese programa se transmiten antivalores; como la burla, la ofensa, la promoción de lo vulgar como sinónimo de lo popular, la banalización de la noticia, el abuso de poder, cuando se parte de una pantalla y solo de eso, para buscar promocionar una candidatura que no tiene asidero en la vida real, en fin, son tantas cosas…
Espero que haya rectificación, pero tengo mis dudas razonables por las respuestas de Silva y Padrón, por eso me gusta tanto la de Néstor Francia, a quién he leído varios de sus libros y me gusta como escribe. Pero no es su estilo el que se impone en el programa, tal vez porque es intelectual, profesional y eso para el creador de la idea, al parecer no es bien visto, según lo que escribe.
Las afirmaciones sobre Genatios es apenas una gota que derramó el vaso, entre otras cosas, porque al parecer el exministro tenía más amigos de los que se imaginó, porque más allá de que haya sido acertada o desacertada su denuncia, está el hecho de que en La Hojilla enseguida, al más puro estilo de los medios comerciales que tanto critican, lo sentenciaron en el tribunal de la opinión pública venezolana: él es un “Miquelenista”, ergo un traidor, eso es lo que subyace en el subtexto.
Este caso es uno más de los tanto que diariamente allí ocurren, como cuando Silva nombra a Didalco Bolívar y pone expresiones y gestos que más que dejar mal parado al gobernado de Aragua, lo dejan a él, porque un comunicador serio y profesional no abusa de la pantalla para expresar su odios y molestias.
Soy periodista egresada LUZ y como Néstor, muy feliz de haber salido de allì y hoy en día convivir con la academia, más allá de los defectos, pero de igual manera, admiro a los autodidactas.
En cuanto al periodismo, a raíz de la explosión de los medios alternativos, en especial del trabajo de Aporrea y otras páginas, tanto en Venezuela como en el exterior, deseché cualquier resabio de colegiación que quedara en mi, pero viendo a Silva casi me arrepiento, porque de haber ido a la Universidad por lo menos habría aprendido la diferencia entre lo público y lo privado, la importancia de usar bien el lenguaje y la sintaxis, lo horrible que es el abuso de las muletillas, y el desagradable gesto de mascar chicle frente a la pantalla, además del compromiso ético de ser veraz e informado a la hora de hablar frente a un micrófono, ahh.. y que no se dice hubieron, sino hubo.
Yo no tengo nada personal contra Mario Silva, mi rechazo es a su manera de abordar lo mediático, lo público, obviando y desdeñando todo lo que de modelístico ello implica, sobre todo en los niños, niñas y adolescentes y que tanto está buscando mejorar la ley Resorte.
Debo terminar, ojalá las recomendaciones dadas por algunos de los que han opinado en este debate sean escuchadas por el equipo de La Hojilla, en especial las de su compañero Néstor Francia, pero creo que estamos frente a un hecho cumplido e irreversible, porque insisto, el estilo es el hombre.
* Periodista, profesora universitaria
mgonzalo@cantv.net