Miss Mundo

El cordial y emocionado recibimiento ofrecido por Chávez a la Srta. Sarcos, Mis Mundo, en Miraflores, viene a corregir uno de los errores más estúpidos que políticos algunos hayan cometido jamás. Porque se necesita ser bien cuadrúpedo para que teniendo intereses políticos que defender, y contradiciendo la opinión de la inmensa mayoría de los venezolanos, se haya incurrido, como lo ha hecho Mario Silva, en el tremendo dislate de rechazar e ignorar, y en términos por demás irrespetuosos, a las hermosas compatriotas que en el exterior han hecho sonar en repetidas ocasiones el glorioso nombre de nuestro país. Porque es una verdad incontrovertible que si hoy muchas personas fuera de nuestras fronteras conocen el nombre de Venezuela, se debe a estas beldades, que constituyen casi un recurso humano de exportación. Tenemos mujeres bellas para regalar, de eso no hay duda. Sin embargo, como suele decirse, ni tan calvo ni con dos pelucas, porque también es verdad que las tenemos feas por carajazo. Como Marta Colomina, por ejemplo.   

   Ahora, el caso más llamativo por su incalificable torpeza se produjo en relación con el último Mis Universo ganado por una venezolana. Esta compatriota, de una resplandeciente belleza, se presentó, según me cuenta una sobrina, a la ceremonia final del evento vestida de rojo. Interrogada acerca del por qué usó ese color, dijo porque pensaba que le daría mucha suerte. Pero no sólo eso, porque también en el momento en que se declaraba vencedora, tomó una bandera de Venezuela y, exultante, la levantó y empezó a agitarla por todo el escenario, indicando con ello su amor por esta patria y el orgullo de pertenecer a ella.   

Por muchísimo menos que esta hazaña se le han ofrecido reconocimientos y homenajes a otros meritorios venezolanos. Sin embargo, a esta distinguida compatriota el homenaje que se le brindó, especialmente por parte del personaje mencionado, no sólo fue ignorarla sino referirse indirectamente a ella también en términos despectivos e insultantes. Como eso de calificar a los concursos de belleza como el negocio de la carne. Con lo cual no sólo incurría en una inconmensurable torpeza política, sino que también ofendía a la inmensa legión de venezolanos que siguen con mucho interés este tipo de concurso. Y eso es así, porque puede, en efecto, que detrás de los mismos haya un interés comercial, eso es indudable Pero de eso no son responsables, de ninguna manera, las muchachas que participan en esos certámenes.     

Pero lo verdaderamente cuestionable de esta actitud es que en el fondo de la hipócrita actitud de este señor y de otros cultores de la pacatería criolla, están dos cosas: la perversión moral y la ignorancia. Perversión moral, porque son sus torcidas y eróticas mentalidades las que les hacen ver impudicia y obscenidad donde sólo hay un natural y legítimo deseo de exaltar la belleza femenina. Ignorancia, porque se desconoce que ese deseo de homenajear la hermosura y belleza de la mujer, hunde sus raíces en lo más profundo de nuestra cultura, que es, como se sabe, heredera de la helénica.     

Al respecto, creo apropiado mencionar, para ilustrar mejor lo dicho, el caso de la divina Friné. Una cortesana o meretriz griega que se distinguía por una belleza sólo comparable con la de una diosa. De hecho la consideraban, pese a su profesión, la más antigua del mundo, como una especie de sacerdotisa de Afrodita.  Tan extraordinariamente bella era esa mujer, que algunos escultores se desvelaban, y entre ellos su compañero o amante, Praxiteles,  por tenerla como modelo para esculpir sus obras escultóricas dedicadas a Afrodita o Venus, diosa de la belleza.      

Un día alguien acusó a esta hetaira de impiedad, de algo parecido a lo que en la religión católica se conoce con el nombre de herejía; un delito grave que consistía en crear y venerar nuevos dioses, lo cual se pagaba con el máximo suplicio, es decir, con la muerte. Por este motivo, se le siguió un juicio por ante uno de los tribunales encargados de ventilar esta clase de acusación. El proceso judicial se inició, y a medida que se desarrollaba fue perfilándose una situación peligrosamente desfavorable para la imputada. De esto se encargaba, con un afán digno de mejor causa, un inescrupuloso fiscal experto en trácalas y artimañas jurídicas. Por lo que los alegatos que la defensa esgrimía, iban siendo uno a uno y de manera sistemática y permanente refutados por este desaprensivo rábula. Quien, para lograr sus perversos fines, no vacilaba en utilizar recursos tan reprobables y delictivos  como los testigos falsos y otros de igual jaez. De manera que el abogado defensor, Hypérides,  viendo que ya no tenía argumentos que exponer en favor de su defendida y que el juicio estaba irremediablemente perdido, optó por un último y desesperado argumento, un argumento absolutamente insólito e increíble. Corrió al sitio donde se encontraba Frine, y de un tirón le quitó la túnica con la que estaba vestida, dejándola total y completamente desnuda ante el jurado y ante todos los presentes.  

   Ni que decir tiene que ante aquella deslumbrante revelación, cuyas formas tan increíblemente perfectas y armónicas se semejaban de manera impresionante a la de una auténtica virgen, o más específicamente, a la diosa Afrodita, la sentencia fue afortunadamente absolutoria. Y esto se explica, porque para los griegos la belleza de la mujer era un don divino. Por lo que una sentencia condenatoria contra aquella esplendente maravilla humana hubiera significado ni más ni menos que un imperdonable deicidio, o mejor dicho, porque tratándose de una deidad, la expresión correcta debió ser deidicidio.  

   La conclusión de todo lo anterior es que si somos, como ya lo hemos expresado, herederos de la cultura griega, si hemos asumidos casi todos sus valores e ideales, incluyendo, con algunas variaciones, el concepto de democracia, ¿por qué entonces no compartir con ellos el ideal de la belleza y, en especial, la belleza femenina, testimonio del cual lo constituye la Venus de Milo? Dónde está lo pecaminoso, lo inmoral e impúdico de esta inclinación natural del ser humano; la inclinación de querer presenciar y hasta de rendirle culto a la belleza de la mujer? No está, con excepción de las almas pervertidas, en ninguna parte.  

NOTA: LA SUPESTA PERSECUCIÓN. Con motivo de la huida de Manuel Rosales al Perú, sus secuaces de la oposición empezaron a decir que eso tuvo que hacerlo para eludir la persecución que, por razones políticas, Chávez había emprendido contra él. Ahora, como seguramente cojeculo va a ser el candidato de la oposición, es muy probable que estos argumentos se repitan, por lo que hay que irlos desmontando de una vez. Por eso, creemos conveniente reproducir de nuevo un texto que en forma de volante redactamos y distribuimos en la oportunidad señalada. En el mismo decíamos lo siguiente “Es falso que a Manuel Rosales se le esté persiguiendo por motivos políticos. Sólo se le exige, porque así lo estipula la Ley de Salvaguarda, aprobada por la misma oposición, que diga, que demuestre, de dónde obtuvo los inmensos recursos que utilizó para adquirir los abundantes bienes que posee; que explique de donde sacó los más de cien mil millones de bolívares que utilizó para la compra de votos en el recién finalizado proceso electoral, y que nadie puede desmentir ni negar.

   Sólo eso, no se le pide nada más. Por cuanto si la explicación que él diera fuera satisfactoria, pues albricias, entonces no habría problemas. Por el contrario, su prestigio y liderazgo saldrán enormemente robustecidos. Y hasta yo mismo apoyaría una acción judicial contra sus supuestos difamadores. Pero no, él no hace eso. Él no se molesta en hacer nada para demostrar, en beneficio de su honor y reputación, que las acusaciones de las que es objeto son falsas; que la cantidad de videos en los aparece regalando costosas joyas al dueño de la Verdad y comprando y vendiendo ganado, son un  invento de sus enemigos políticos, y lo único que hace es huir, lo que les da la razón a quienes lo acusan de ladrón. En fin, que mientras él no demuestre su inocencia y siga recurriendo a falsos argumentos elusivos, lamentablemente tendrá que ser enjuiciado y castigado como a cualquier otro ciudadano, sea de cuello blanco o no. Porque la ley es igual para todos, y no distingue entre ladrones buenos y ladrones malos. Todo ladrón es malo, y todos, no importa al bando al que pertenezcan, deben ser igual y ejemplarmente castigados.  

   En estos días vimos en La hojilla a Marta Colomina cuya decadencia moral es tan avanzada como su postración física, le criticaba al gobierno nacional el no haberse bajado los pantalones ante los exorbitantes reclamos de la Exxon, una compañía petrolera extranjera que saqueaba impunemente los yacimientos petrolíferos de la Faja. Y eso, sin tomar en cuenta que con el reciente veredicto de la Cámara del Comercio Internacional (CCI), ya son varios los tribunales internacionales que, en relación con este litigio, se han pronunciado a favor de nuestro país. Esto, lo calla muy sibilinamente.  

   Pero ¿qué autoridad ética y moral tiene este espantajo de mierda para criticar a nadie, cabría preguntar. Si esta desvergonzada sujeta logró una hazaña que casi nadie ha logrado realizar, con lo cual impuso una marca en materia delictiva que con toda seguridad va a ser muy difícil superar? Esta despreciable tipeja estafó un banco. Sí, como lo leyeron, nada más y nada menos que un banco. Y no un banco cualquiera, sino al Stanford, especializado precisamente en estafar a sus depositantes, como hace poco lo pudimos ver. Y de nuevo te preguntamos: ¿por qué en lugar de mandar a los demás a que paguen supuestas deudas, no pagáis vos los reales que le robaste a ese banco, ah? 

   La actitud anti-venezolana de esta y de todos los iguales a ella es tan despreciable, que habiendo nacido en mala hora en estas sagradas tierras, se alquila a una potencia extranjera para realizar toda clase de actividades contra de su propio país. Olvida esta degenerada el dicho que dice…“con los mío sin razón o con ella”. Porque, supongamos –que no es el caso- que nuestro país se resista a cumplir un compromiso porque su obligación en cumplirla no está lo suficientemente clara, ¿cuál es la posición que deben asumir todos los venezolanos? La misma que todos los pueblos del  mundo asumirían ante una situación igual, es decir, cuadrarse con el gobierno, así no estemos de acuerdo con él. O supongamos que su presunta hija –las brujas no pueden concebir-, obedeciendo inclinaciones genéticas heredadas comete un desfalco y es sometida a un juicio. Se va a cuadrar usted con la parte a afectada y en contra de la que tiene por hija. Dudo que haya alguien que sea capaz de apoyar al estafado, pero en tratándose de usted, todo es posible.   

   Lo cierto del caso es que contra estos coños descastados hay que aprobar una legislación que les impida realizar abiertamente sus actividades antinacionales sin ninguna restricción. Esto lo hacen todos lo países del orbe. Empezando por los Estados Unidos, que actividades como los que aquí realiza la oposición, son sancionadas incluso con la muerte. Un triste ejemplo que se me viene a la memoria fue la ejecución de los famosos esposos Rosenberg, que fueron acusados de espionaje a favor de la Unión Sóviética y ejecutados en la silla eléctrica. Después se demostró que eran inocentes. También hubo otros casos, como Klaus Fuchs, Jhon Reed, etc. A cara e’ muerto, a este amanerado sifrino, hay que ponerlo en su sitio. 

En este tiro, los bancos van a colapsar. Pues no disponen de instalaciones que permitan alojar al tumulto que se les viene encima, con el consiguiente perjuicio para todos sus depositantes. La improvisación es una vaina muy arrecha. 

El chisguete que cada tres días le envía Hidrolago a las familias marabinas, además de ser eso, un raquítico chorrito, viene acompañado de toda clase de inmundicia que obliga a la gente a utilizar agua embotellada, pues los filtros domésticos son dañados por esta porquería. Qué será de los niños de las familias de los barrios marginales que, por carecen de recursos para adquirir el agua purificada, tienen que beber barro en vez del vital líquido. Y las autoridades incompetentes, exprimiéndole el juguito a la naranja, es decir, cada quien en lo suyo.  

alfredoschmilinsky@hotmail.com     


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Alfredo Schmilinsky Ochoa


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