El próximo 30 de junio en las instalaciones del Parque del Este en Caracas será el lanzamiento oficial del Circuito Libre, una telaraña de 24 radioemisoras comerciales de gran cobertura y excelente señal con presencia en toda Venezuela. Esta, aunque parezca, no es cualquier noticia, la misma tiene la importancia histórica y trascendental de ser la primera empresa comunicacional venezolana dirigida y administrada por sus propios periodistas. Un hecho inédito que no tiene parangón en América latina, ni en otro lugar del planeta.
El Circuito Libre es una brillante idea que una noche cualquiera escapó utópica y titilante de las cabezas de varios periodistas que decidieron hace tres años concretar la experiencia en 24 proyectos que pronto fueron entregados a la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) con el propósito de solicitar concesiones para igual número de emisoras que funcionarían en varias ciudades del país.
Por supuesto que no fue fácil que en un contexto comunicacional tan enrarecido por el tema político se pudiera aprobar, como finalmente se hizo, un proyecto en el que participan profesionales con posiciones ideológicas diferentes y encontradas, pero que por suerte coinciden en la necesidad de ejercer un periodismo responsable, transparente y democrático de un alto contenido ético y humano.
En las 24 emisoras que conforman el Circuito Libre trabajarán más de 200 periodistas que por primera vez disfrutarán la libertad de informar, educar y entretener al pueblo sin las presiones y las limitaciones que imponen algunos dueños de medios de comunicación con el pretexto de la “políticas editorial”, y otros eufemismos directamente relacionados con sus intereses económicos y políticos.
Los periodistas que administran las diferentes emisoras, las que a su vez forman parte del Circuito Libre, tienen no solamente la inmensa responsabilidad de elaborar y difundir excelentes contenidos de información, sino también la de trabajar fuerte para sostener la estabilidad económica de 24 emisoras. y honrar los créditos que le fueron otorgados a través de la banca para la compra de equipos y otras necesidades.
Esta iniciativa de periodistas formados en universidades venezolanas y extranjeras, especialistas en temas diversos de la comunicación, y otras ciencias sociales, seguramente se convertirá en una experiencia modelo digna de emular en otros países del mundo, experiencia que además reafirma el extraordinario momento que atraviesa la libertad de expresión en Venezuela.