En los últimos tres programas se te ve nervioso, chamo. Como si tuvieras una culpa muy adentro que no quieras reconocer. Claro, lo que pasa es que te pusiste a defender causas que para nada te competen. Lucias como apresurado aquel día que anunciaste tu llamada de Abreu. Y después luciste torpe. No se sabe si prepotente, pero seguro, dubitativo. Y la duda a tu edad se comprende. Lo que no se comprende y mucho menos se entiende, es que en tan importante programa que moderas, no hayas podido situarte a la altura de un revolucionario veraz, por las causas que esta revolución defiende. Cualquiera puede pensar con razón o sin ella, que la culpa sería de la dirección de VTV. Porque esta revolución Miguel Ángel, defiende la cordura en prontitud, la sencillez en actitud, la rectificación en disciplina, y la decencia como el máximo eslabón del ser humano. Si en eso no se está claro Miguel Ángel, estamos perdidos. Te caíste en el caso Abreu y jamás lo reconoces. Por lo que se nota, jamás lo reconocerás. Triste para ti muchacho. Pero tienes tiempo, todavía. La juventud muchacho, levanta cualquier cosa. Y ahora Pérez Pirela has levantado un conglomerado de gente que para nada guarda similitud con tus apreciaciones en el caso de tu pana Abreu. Y menos con Juanes o con Bosé. Parece que tú cuadras más con Dudamel, a lo mejor por coetáneos, y eso no es criticable. Pero ahora en esta oportunidad de oro que la revolución te ha brindado para que practiques la rectificación en tu andar político-profesional, por favor aprovecha. Sal de ese marasmo egocentrista que proyectas. Sal de esos deseos de insinuarte como el más preclaro filosofo que haya estudiado en Europa. Sal del egoísmo radical, muchacho, por no llamarlo exceso de vanidad. Sal muchacho, de esas luces intermitentes, que más que irradiarte, te ensombrecen. Tienes mucho que dar a esta revolución. Pero la revolución, se hace receptiva de los obsequios más generosos que sus hijos más sencillos le puedan otorgar, cuando la naturalidad en ellos, pueda ella desde lejos, comprobarla.
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