Me escribe uno de mis lectores que se confiesa antichavista y que inicia su correspondencia llamándome “camarada” y aclarando que usa esa palabra porque es llanero y no por otra razón, luego pasa a refutar mis propuestas al Presidente Maduro en un articulo anterior, en el que asomé algunas estrategias que se podrían implementar para frenar el contrabando, quizá el flagelo antieconómico más celebrado por la contrarrevolución porque opera a favor de sus planes para por la vía de la contracción de todo tipo de bienes mantener en alza una inflación que bien sabemos es irreal por lo inducida y que permanece resistente a cualquier medida, o al menos no se nota en cifras.
El remitente prácticamente se burla de mis propuestas tildándolas de inviables.
Como es uno de esos lectores que supongo se pasean por las páginas afectas a este Proceso para obtener información que le permita en sus respuestas exponer su visión neoliberal, la misma que tenía prevista quien gritó “arrechera” cuando frustrado por su derrota perdió la oportunidad de imponer un sistema caduco, obsoleto, ese si inviable y que ahora mismo en Europa y en el país gringo, tiene a la gente en caída libre hacia la pobreza, a la clase media difuminándose en el tiempo y a la clase alta acumulando más riquezas.
El personaje que me escribe con no pocos errores de ortografía y sin siquiera poder, en una demostración de ser un disociado más, utilizar un lenguaje respetuoso, pretende convencerme de que este gobierno ha fracasado, que nada ha hecho por el pueblo, como si se colocase cada vez que sale de su casa una gríngola en cada lado de sus testa que no le permite ver a su alrededor cómo es que los cambios se notan por cientos, se palpan y se sienten, razón por la cual la mayoría del pueblo lo ratifica en cada elección.
Es verdad que hay problemas, aun en varios aspectos se está en deuda con un pueblo que durante más de cuarenta años estuvo condenado a las migajas y sin esperanza porque en los gobiernos de esas décadas, no hubo un valiente que se plantara ante los gringos para obligarlos a pagar lo justo por nuestro petróleo y así poder obtener los recursos necesarios que ahora mimo le permiten al gobierno revolucionario tener el más alto porcentaje del presupuesto en el mundo, dedicado a resolver los problemas sociales de los excluidos.
El personaje que me escribe, a quien no nombro, pues tal vez tiene la ilusión de que publique sus insultos, es un equivocado pero piensa que los equivocados, somos los chavistas sin pensar que como en mi caso y el de millones, vivimos las inconsecuencias de la cuarta, el latrocinio incontrolable, los desmanes contra la libertad de expresión y demás derechos humanos que incluye asesinatos y desapariciones aun incontables y muchas de ellas anónimas.
Ni siquiera se detiene a pensar y preguntarse por qué a pesar de que aceptamos, se han cometido errores, y qué casualidad, como lo estableció el Comandante eterno desde su “por ahora”, con la hidalguía de reconocerlos y proponerse a corregirlos, en cada elección la revolución se impone y que no me venga con el manido argumento de que ha sido por fraude, porque eso no se lo creen ni en un festival humorístico.
Que se quede este señor con sus convicciones diabólicas que yo y millones como yo nos colocamos al lado de Florentino, para no ir más profundo.