Miguel Salazar se cree el Diablo Cojuelo que levanta los techos de los secretos del chavismo para estremecer el cotarro político, encender la intriga. Hay gente que le encanta caer en su lengua y en su charca. El tipo anduvo de capa caída, porque en verdad cada día hay menos secretos bajo el sol y bajo las alcantarillas. Con su estilo de echarle un tiro a la oposición y lanzarle dos al gobierno, para que no lo malinterpreten sigue vendiendo bazofias. Y su negocio, claro, es no tener ubicación: ni de lo uno ni lo otro como tampoco todo lo contrario, aunque bien sabemos en lo que verdaderamente anda. Con su siempre maromero, culebrero, chanchoneando con sus mamarrachos de cada semana, pero que consiguen su clientela.
El tipo se ha creído todo un gran estilista en perforador de tumores “sacrosantos” con una pluma que bien sabe moverse entre gases intestinales. Lleva en la sangre el morbo de la noticia escatológica que bien sabe procesar junto con sus cien kilos de morcilla. Todo su “arte creativo” es el de la memez aderezada con cuantas volutas y ripios les pasan por la cabeza.
Cual todo una Yquebellísima Pacheco, Patricia Poleo o Marianela Salazar, se ha alzado en el país de la “censura y de la amenaza a la libertad de prensa” contra jueces y despaturrados por sus críticas. La cogió contra Mario Silva y le insultó con cuanto le vino en gana. Le sacó una buena tajada al asunto de la Ruddy Rodríguez. Es de los que viven rezando porque Chávez se vaya.
Con la carta de Florencio Porras ha cogido cancha. Dícese que el Gobernador de Mérida se la envió a manera personal, no para que la publicara, y contesta el pitoniso: “me permití publicar tu correo porque no me gusta la discusión a escondidas, sobre todo si esta tiene que ver con un problema nacional. No creo que el dicho “los trapos se lavan en casa” sea extensivo a cuestiones de interés para la República”.
¿Quién carajo le va a mandar una carta a este tipo y de esa dimensión para que se la guarde para sus adentros?
Bueno, y el tío ha aprovechado de lo lindo para echarle plomo y toda la vaina posible al gobierno: “Pero es que primero que político soy un revolucionario (trato de serlo a carta cabal). Soy profundamente sensible a los problemas de la humanidad -pero cará, ¡con ese cuerpo y tamaña facha, quién realmente puede ser revolucionario!-; por eso no entiendo cómo este Gobierno revolucionario no termina de comprender el abandono en que está buena parte de nuestros campesinos, de nuestros obreros. El país, Florencio, está amenazado por una intensa decepción, asunto por demás grave, sobre todo si estimamos el chorro de dinero que baña las arcas de la nación”.
Una de las mariqueras más horribles que escribe es esta: “Un día dije que el socialismo siglo XXI era una quimera por cuanto había indígenas en Bolívar (la entidad con mayores riquezas) que desconocían la existencia de los sanitarios”. Díganme, por Dios, si esto no es propio de un soberano imbécil que en verdad no tiene nada que decir.
Pero además, utiliza la matriz confeccionada por Globovisión o RCTV, cuando añade: “Al compañero Presidente le hacen ver todo lo contrario, pero ello no justifica su ignorancia, mucho menos cuando utiliza un tiempo precioso desplazándose por todo el planeta; hay una inmensidad de caseríos en Venezuela que saben de Chávez por referencia. No exagero, yo mismo estoy dispuesto a acompañarlo a unos cuantos para verificar lo que estoy asegurando. Ahora mismo, a propósito de la campaña electoral, quizás tengan la oportunidad de conocerlo”.
Y se cuela nuevamente en su estilo cizañero, agregando: “Estimo que la adulancia, el culto a la personalidad y otras conductas contrarrevolucionarias están acabando con el proceso y lo que es peor, lo están perfilando como un vehículo seguro para garantizar la permanencia de un sistema de vida injusto”. Y continúa de este jaez: “este Gobierno ha hecho caso omiso de la violación de los derechos humanos,… Debe darle pena a Iris Varela que le hayan callado la boca atendiendo políticas del “partido”. Cuando supe de la marcha atrás de Iris, recordé a Fabricio Ojeda cuando erguido en aquel cementerio político que era el Congreso de la IV República, mandó al diablo a aquella pandilla de farsantes e invocó su renuncia a la tribuna secuestrada (¡Vaya comparación!, poner al mismo nivel aquel Congreso puntofijista con esta AN). Qué tristeza me dio ahora que hayan enterrado el ejemplo de Fabricio, precisamente en lo que se supone es la Asamblea Nacional de la revolución”. Coloca esto que muestra a las claras por donde van los tiros, y que el propio Mario Silva en su momento denunció: “En estos días los periódicos publicaron una foto de Fidel postrado en una cama, vistiendo un mono deportivo donde lucía la marca Adidas… Estoy seguro de que cuando lean este párrafo, los adulantes que equivocan revolución con zalamerías, terminarán de execrarme. No, amigo Florencio, la revolución no admite que tras una simbología mal utilizada se oculten los errores cometidos por sus dirigentes, es preferible expresar nuestra crítica a permanecer en silencio, avalando el abuso del poder y otras desviaciones”. Ahora bien, si es cierto que aparece la marca Adidas en el tal traje, ¿por qué han de execrarlo? ¿No será que buscaran execrarlo porque la tal marca no aparece en ninguna parte?
¡Qué tal!
Pero todo lo que sigue es una bola de mierda, con su buena de dosis de burla y de desprecio por el pueblo, y por ello se regodea cuando completa. “Florencio, pienso que no todo está perdido. El pueblo le sigue la pista a la revolución. No sabes cómo ha tenido aceptación tu carta… El compañero Chávez debe volver sobre sus pasos y regresar al pueblo… Ha dejado de lado su condición de veguero, porque el veguero no duerme en charcos con ropaje de ejecutivo, no tanto por la vestimenta sino por lo que significa, por lo que encierra”.
Vuelve a utilizar el estereotipo de la crítica forjada desde la extrema derecha: “Esa manía casi demencial de manejar al equipo de Gobierno como si se tratase de una escuadra del Ejército…. Eso de los 10 millones por el buche no es más que una arrogancia, signo de la desviación del proceso…El hecho de saber que el Presidente será reelegido en un proceso electoral (las encuestas apuntan hacia ello), no es motivo para la pedantería y el atropello”. Lo peor es cuando transpira ese adequimos atávico que sobrellevan casi todos los periodistas de este país, cuando echa mano de citas como esta: “¿Sabes, Florencio?, en una oportunidad, cuando Carlos Andrés Pérez vivía su máximo esplendor y se desbocaba sin miramiento alguno, Gonzalo Barrios llegó a decir: “Al presidente Pérez le hace falta un poquito de ignorancia”.”
Y se juega a la frustración, se juega al fracaso, a la caída, al caos y a la perdición total de la República. Hay rencor, le reverbera la más baja envidia y odio que se traduce en ese deseo de que Chávez sea derrotado y que para hacerlo reaccionar. Para luego rematar: “El compañero Chávez debe bajarse cuanto antes del pedestal donde lo colocaron los maquilladores de oficio; debe dejar de ser el comandante para convertirse en el compañero, si eso es posible entonces habrá revolución...”.