¿Quién no recuerda aquel cuento de “La Machaca”, que una vez se regó entre la gente?, la historia dice que era una mariposa que picaba a las personas, y estas tenían que correr a hacer el amor, de lo contrario se podían morir. Eso hizo que la gente caminara mirando para todos lados durante un tiempo, las señoritas eran las que más miedo tenían, a la vil palometa. Las que pagaron los platos rotos fueron esas mariposas negras que son gigantes y gustan revolotear de noche, el chancletazo que llevaron fue parejo.
Otra historia que se apoderó de la gente, fue el león que una vez se escapó del zoológico El Pinar, el temible animal rondaba por todas partes, en la prensa se encontraron cualquier cantidad de artículos que se referían a la presencia del león cerca de hoteles, de urbanizaciones, de casas. Todos creían haber visto u oído el león en alguna parte, una sombra, un rugido. Pero lo único que se encontró del animal fueron las huellas, al parecer recorrió toda Caracas, porque las huellas se encontraban al mismo tiempo dispersas por toda la ciudad, finalmente nadie supo más nada del felino, es posible que se lo hayan comido unos “huelepegas” de esos que hacen sancochos raros a orillas de El Güaire.
“La mujer cachúa” fue una delicia, porque paralizó a muchos, se trataba de una mujer con cuernos y pelos por todo el cuerpo, que se atrevió a mentarle la madre a su propia mamá en una Semana Santa y se convirtió en el abominable ser; para poder ser perdonada era mostrada a la gente encadenada y sometida por un sacerdote, según la mostraron en Cumaná y después en Barcelona, mucha gente cargaba ese cuento pero nunca apareció una foto de la bendita mujer. Este cuento fue en los tiempos de Lusinchi, es posible que algún mal intencionado, enemigo político del entonces presidente, haya inventado tal fantasía, por los bochinches de ese señor con su secretaria privada.
Una de las historias legendarias fue la de “Petróleo Crudo”, un preso que se escapó de La Isla del Burro, porque hacía magia negra y rezaba al revés, como parte de los ritos que utilizaba para cometer sus fechorías y hacer actos de magia para desaparecer. La gente vivía paranoica creyendo que “Petróleo Crudo” iba a entrar en sus casas, puertas, ventanas y cerraduras fueron reforzadas en ese entonces, producto de las noticias que leían del escape del personaje. Nunca pudieron probar tal disparate, lo único que se ha escapado son los capitales producto de la venta del petróleo. ¿Quién no recuerda a “El Puyón”, el de las discotecas?.
Todas estas historias vienen a colación, porque en aquellos tiempos se vivía en otro orden político, aunque de la misma manera había corrupción, inflación y promesas incumplidas.
Hoy esas mitologías son mucho más temerarias. Un año estuvo el Fiscal con lo del caso Anderson, para finalmente decir que no tiene pruebas contundentes para hacer acusaciones, por ahí más de uno se entretuvo con todo el cuento que nos echó el señor durante todo ese tiempo, con sus testigos estrellas, con las descripciones de los autores intelectuales y demás menudencias.
Lo que se decía antes en los periódicos y en la televisión no se discutía y pasaba como cierto, sin embargo en los barrios se podían escuchar las voces de algunas doñitas no tan pendejas que decían:
-Esa vaina la inventan para entretener a la gente y aumentar la Harina Pan.
¿Quién no escuchó a su mamá decir eso?.
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