En el mundo existen grandes corporaciones encargadas del manejo de la información, monopolios estos, acuñados en la llamada televisión comercial. Dicha televisión, tiene como objetivo principal la capitalización de la información en detrimento de la opinión pública nacional e internacional.
Esta televisión asume el rol de un gran caballo de Troya, funcionando como punta de lanza para abrirse camino entre los pueblos, para inducir a los individuos a dejar a un lado su identidad para asumir un consumo exacerbado de bienes y servicios, es decir, la globalización utiliza estos medios como una especie de grupo de avanzada inicial para ablandar y alienar el terreno en el cual las grandes corporaciones van actuar.
Si tomamos en cuenta las crisis del capitalismo mundial, las cuales han generado recesiones económicas, estanflación y una sobre producción de bienes imposibles de ofertarse en el mercado, surge entonces la necesidad de abrir nuevos espacios para colocar dichos productos y evitar la perdida de capital por parte de dichas transnacionales.
El caso venezolano, sobre la no renovación de la concesión del canal RCTV para transmitir en señal abierta, nos sugiere como actúa el capitalismo mundial.
A simple vista se asume una postura de violación a la libertad de expresión, postura que se utiliza en un gran despliegue publicitario para justificar y esconder las verdaderas intenciones del canal, intenciones por las cuales el Estado venezolano a través del gobierno nacional decidió no renovarle la concesión.
Dicha actuación por parte de la televisora RCTV, tiene su cuna en el interés del capitalismo mundial en mantener la hegemonía comunicacional para la ideologización de los pueblos, con la finalidad de crear potenciales consumidores útiles al sistema.
La mampara utilizada por dicho canal, de la tan cacareada libertad de expresión se cae por si sola cuando toca la realidad, es decir, se habla de libertades, pero, se asumen posturas libertinas que ningún país del mundo aceptaría, además de prostituir la frase “libertad de expresión” cuando a diario por diversos canales y radioemisoras, sin hablar de algunos periódicos de circulación nacional, insultan y vilipendian al presidente y a su tren ejecutivo constantemente.
Aquí surge una pregunta, ¿por qué la libertad de expresión la asume la empresa 1BC (RCTV) si es un derecho individual?, se pretende utilizar a la gente esgrimiendo este argumento de la libertad de expresión, para defender los intereses de los dueños del canal y mantener la hegemonía del sistema capitalista del mundo, de allí el apoyo de la SIP, la AIR, y el lobby internacional por parte de las cadenas norteamericanas y europeas de TV.
Todo esto se traduce en una conflagración para mantener la principal arma del capitalismo mundial que es la televisión comercial, televisión que funciona como ente ideologizador y fabricador de potenciales consumidores del mercado transnacional. Recordemos que los mercados en el mundo están escasos, y la posibilidad de perder alguno no es viable. La revolución en Venezuela esta tomando mucho terreno, y el capitalismo mundial no esta dispuesto a ceder sus espacios para dicho pensamiento, derrumbaría el mercado, y por su puesto, sus jugosas ganancias.
Mantener la hegemonía comunicacional es definitivamente imprescindible para el capitalismo mundial, pues, sin ella, los autómatas del mundo (los individuos) despertarían y tomarían conciencia de sus vidas, y eso, verdaderamente, seria una catástrofe para los poderosos del mundo quienes ven en nosotros, no a seres humanos, si no, a maquinas consumidoras dispuestos a gastar sus ahorros en bienes de consumo que sin duda alguna (según el pensamiento capitalista) mejoraría nuestra “calidad de vida”.
Para Noam Chomsky (intelectual norteamericano), en su libro Hegemonía o Supervivencia, expresa que; “existen dos superpotencias en el mundo, Estados Unidos de América y la opinión pública internacional”. Es por esto que las televisoras comerciales del mundo insisten en controlar ese monstruo que pretende revertir el sistema, sistema que evidencia una crisis y que no da respuestas a las verdaderas necesidades del mundo globalizado.