Se obtiene un panorama más claro de intervención de Estados Unidos si se considera que no comienza directamente con su fuerza militar, sino más bien, con sus instrumentos morales. Antonio Negri en su obra Imperio, señala que cuando habla de intervención moral se refiere a una práctica ejercida por una variedad de organismos que incluyen los medios periodísticos y las organizaciones religiosas, siendo los más importantes las ONG (organizaciones no gubernamentales), todos ellos considerados instituciones impulsadas por imperativos éticos o morales que resultan efectivos por no estar regidas directamente por gobierno alguno. Pero sí están regidas por el gobierno norteamericano. De allí que por el fracaso de los partidos políticos tradicionales venezolanos hace tiempo dejaron de ser armas inmorales. Surgen ONG como Súmate, cuya torpe dirección por parte de Corina Machado la desacreditaron rápidamente. Los medios periodísticos también perdieron credibilidad y se vieron obligados a un torpe equilibrio informativo. Y quienes continuaron con sus estrategias radicales, como Globovisión, buscaron ayuda en medios internacionales con más poder tecnológico (CNN), pues la baja audiencia debía ser contrarrestada con esa ventana internacional.
Pero tampoco fueron efectivas, así que la Iglesia con un enorme batallón de sacerdotes no dudaron en convertir un altar en tarima política. De hecho, la educación privada venezolana, en gran medida en manos de Jesuitas y de más gerentes de la fe cristiana, apelaron a la comunidad docente y estudiantil para hacer política. Negri recuerda como en la teología moral cristiana el mal se plantea primero como privación del bien y luego se define el pecado como culpable de la negación del bien. Los medios permiten la deformación lingüística para esa definición del pecado y la Iglesia sin pudor alguno denuncia y juzga públicamente al pecador, dejando en manos de los estudiantes la gasolina que encenderá la hoguera. Esta aberración resulta efectiva por cuanto son organismos incluidos en el proyecto del imperio, armada con una efectiva red de medios de comunicación y orientada hacia la producción simbólica del enemigo, ejemplo: dictador Chavez, comunismo a la cubana, terrorismo, narcoguerrilla, corrupción solo en sector público, etc. Su poder radica en su intervención de justicia pacificadora y productiva. Negri advierte que la intervención moral hace las veces del primer acto que prepara el escenario para la intervención militar. La Iglesia venezolana hizo el mismo trabajo cuando derrocaron a Rómulo Gallegos. Antes del 2 de diciembre, el accionar de la Iglesia y las universidades reguladas por el clero, fueron más intensas, casi desproporcionadas, ante las constantes derrotas que sufrieron ONG como Súmate y medios de comunicación como RCTV y Venevisión. El primero por inmolación y el segundo por ambición. La autonomía universitaria, ya deformada en su concepto, debe ser replanteada y regulada por el estado para impedir, por ejemplo, que algunos profesores de la UCAB de Guayana sigan haciendo proselitismo político en las aulas de clase con estudiantes de 16 años. Ante esta circunstancia es ingenuo pensar en diálogo, porque el diálogo permite la comunicación en cuanto implique desenmascarar esta realidad.
No se trata entonces de la deficiencia comunicacional del gobierno, sino de una lucha desigual e inmoral, contra redes casi imperceptibles de dominación. No basta con optimizar la tecnología comunicacional del gobierno, no basta con centralizar la directriz en el MINCI. Se debe añadir una planificación integral, una red alterna que funcione como sistema para contrarrestar la intervención moral. Ejemplo, la propuesta jurídica de la reforma, la educación, los proyectos de gobierno regionales, la producción, la seguridad, todo debe estar integrado a un plan macro de comunicación para llegar a todos los espacios de manera integral y no coordinar esfuerzos aislados, sin investigación, sin criterios de gerencia, que se ejecutan de manera desordenada en coyunturas electorales. De lo contrario, las armas inmorales e invisibles del imperio nos darán otro 2 D.
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