El Presidente Chávez sorprende, inevitablemente, a todos sus oyentes cuando ejerce la “diplomacia comunicacional”; por eso, los tiene locos (a la contrarrevolución y a los uribistas). Ejerció su poder comunicacional para expresar, públicamente, sus pensamientos sobre la real situación interna que se está desarrollando, aparentemente, a lo interno de las FARC-EP cuando, dirigiéndose directamente a Cano, propone, agresivamente, la “libertad de los prisioneros” en poder de las FARC-EP enumerando los “reales positivos” de tal decisión si ella se hace realidad. Y se expresó, inmediatamente, la reacción, lógica lineal, de la oposición a cualquier palabra, acción y actitud de Chávez.
Pero, aparentemente, Chávez ha sido el único líder que, entrelíneas, ha comentado la dialéctica que significa la nueva etapa que se está desarrollando en el proceso político y, quizás, hasta ideológico, entre los líderes de la segunda generación de las FARC-EP. Ha sido quien ha expuesto, públicamente, la nueva realidad del proceso revolucionario socialista tanto a lo interno de Colombia como en las consecuencias que su propuesta podría tener a nivel de los colectivos, dentro y fuera de los gobiernos, de toda la Región americana.
Hugo Chávez ha dicho cosas que, tiempos ha, hubieran causado disidencia, ruptura, expulsiones, persecuciones, entre los cuadros de los partidos comprometidos con un “proceso revolucionario armado”. Sus palabras han roto con viejos paradigmas. (No queremos decir que los acontecimientos armados de las décadas pasadas que provocaron torturas, asesinatos, muertes, desaparecidos, y exiliados, debamos “satanizarlos”; nada de eso!!! Fueron procesos históricos que, quienes tomaron las decisiones, consideraron que eran políticas decisivas, necesarias e inevitables).
La Revolución Bolivariana, proceso social en horizontalidad, participativo, humanista y democrático, alcanzó el Poder político gracias a la decisión soberana del todopoderoso Soberano. Tenía un líder, Hugo Rafael Chávez Frías, que supo captar las realidades objetivas del movimiento revolucionario venezolano (sino que se lo pregunten a Douglas Bravo y sus conversaciones en la finca de Miguel). Ese “hecho histórico”, per se, es “Histórico”. Ese solo hecho, rompió paradigmas más importante que las tesis políticas de Teodoro cuando decidió decirle al Partido Comunista Venezolano ¡bye bye!.
El “efecto Chávez” (si deciden ustedes, lectoras y lectores, llamarlo así) ha surcado las “tierras libres” de todo el continente americano. Desde Estados Unidos de América hasta la Patagonia de la Argentina marcando pautas políticas que, en su evolución, ha logrado que las sociedades, en cada país, según sus propias circunstancias y realidades, alcanzaran el Poder Político para imponer e implantar, políticas sociales, que obligan a que la “distribución capitalista”, sea más equitativa.
La Revolución Bolivariana, efecto político americano, está en constante proceso dialéctico y, por ello, las derechas, la contrarrevolución y los “uribistas”, no la entienden. Es evidente que hay una profunda diferencia entre la “lógica formal” y la “dialéctica”. Esa diferencia lleva, a unos y otros, a analizar las realidades socio-económicas, ideológicas y políticas para llegar a conclusiones muy diferentes en ambas lógicas. En ese marco, están contextualizadas las palabras-propuestas de Hugo Chávez a las FARC-EP y a todo el movimiento revolucionario de la Región americana.
La propuesta humanista de Chávez, va más allá de la propuesta misma. Ella significa que Chávez ha analizado las realidades de los procesos políticos que se están desarrollando en la Región americana y considera que lo que ha sido la constante del proceso revolucionario Bolivariano de buscar la “paz y la unidad para la justa distribución y el desarrollo social” junto a todas las fuerzas revolucionarias del continente americano, se unan, en causa común, hacia la consecución de las políticas sociales que sustentan a la Revolución Bolivariana. Es decir, ¿cuál es la realidad del desarrollo de las fuerzas productivas, actualmente, en toda la Región americana? ¿Cuál socialismo? ¿Es necesario rescatar la política del frente para consolidar el proceso revolucionario americano? ¿Cuál es la realidad dialéctica del proceso social actual, en cada país, con sus propias realidades y características, con los idearios de la Revolución Bolivariana, Sanmartiana y Martiana? ¿Son tiempos de reforma, de revolución o de reforma y revolución?
Las justificaciones de las derechas nacionales y extra-continentales, están sustentadas en la necesidad de perpetuar al “sistema capitalista” por encima de cualquier situación política que esté socavando las bases de ese capitalismo imperialista. El enemigo común de esa derecha nueva-conservadora es la Revolución Bolivariana (en su ideario sustentado en los pensamientos de los Libertadores continentales) y sus líderes continentales: Lula, Evo, Cristina, Correa, Preval, Chávez, Daniel, Bachelet, Tabaré por simple nombrar algunos de los Presidentes incómodos para Washington. Esa derecha tratará de mantener situaciones actuales políticas, militares, ideológicas, socio-culturales, económicas de dependencia que sustentan su poder real en el continente americano. Pero el sistema capitalista entró en crisis; sin calificar la profundidad de esa crisis, su impacto actual está afectando a las bases sociales de los diferentes países.
Las realidades que son consecuencia de las contradicciones que han venido desarrollado las políticas imperialistas desde el siglo XIX, están alcanzando su “climax”. Quizás son tiempo de cambios profundos que tienen su máxima expresión política en los procesos políticos que se están desarrollando en el continente americano (incluidos los Estados Unidos de América). Una importante dirigente adscrita al Comité Central del Partido Comunista Chino, en una ocasión, nos comentó que “…Europa está cansada y América Latina es joven…” En aquella ocasión, no entendimos el significado de sus palabras. El continente americano es joven, lleno de vida y esperanza, de futuro y responsabilidad social frente a la Historia, y es por ello que los neo-conservadores han puesto todo su empeño en mantener “excusas” ideológicas (nos referimos al calificativo “terrorismo” que han venido usando desde que se convirtieron en mesías frustrados) para mantener una presencia militar; por esto es que consideramos que la propuesta de Hugo Rafael Chávez Frías, como líder del proceso Bolivariano, es importante.
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