¡Qué mayúscula lata!

Cada cierto tiempo para atacar tanto al presidente Chávez como también a sus aliados, aparece el desgastado juego mediático de ir del tema de las computadoras que aguantan todo, incluso bombas, al de Guido Antonini Wilson y su maletín con ochocientos mil dólares.

Cuando ya es absurdo por algunas razones ya comentadas en este espacio seguir con lo de las súper portátiles, se retoma la historia del Sr. Wilson para descalificar al que estorba (aconsejo revisar los artículos El gordo y su circo I y II). Sobre el asunto les presento mis reflexiones a continuación.

1) Una vez que ya no se puede seguir con el cuento de las mágicas computadoras de Raúl Reyes, justo ahora, en Miami, se reanuda el juicio sobre Antonini, en que éste -en unas supuestas grabaciones- expresa que el dinero era para la campaña de Cristina Fernández.

Entonces, me pregunto: ¿Por qué esas cintas salen a la luz pública en este momento, cuando se agota el intento de vincular al mandatario Chávez con las FARC? Parece un muy oportuno trabajito de laboratorio que nunca será expuesto a la luz pública para su debido análisis.

2) Soy partidaria del argumento de que Guido Antonini haya negociado con el FBI de tal manera que él confesara lo señalado anteriormente, para obtener así algún tipo de beneficio legal, ya que ése es el modus operandis de esta agencia.

Igual pasa con Franklin Durán y todos los implicados que se declaran culpables, que declaran lo que se necesita para que todo les cuadre de la manera más ventajosa.

3) Luego, por qué no se extradita a Guido Antonini a Argentina o Venezuela. Así mismo, pasó con Posada Carriles. ¿Es acaso que le resulta conveniente al gobierno actual de los Estados Unidos tener en su territorio a sus hampones preferidos para con ellos manipular hechos a su antojo cuando les parece más conveniente? 4) Hay hasta aspectos en común en los dos repetidos cuentos, como la exageración. Así ocurre con la versión que poco aguantó sobre más dinero que circula con Antonini y los millones de páginas escritas por Reyes, que lo consagran como el escritor más prolífero de estos tiempos.

Igualmente, en ambas situaciones, no se dan todos los detalles de una vez, sino progresivamente como una novela que tiene una manejable trama según la ocasión para mantener la atención de sus espectadores.

Por lo expuesto en líneas anteriores, la historia de la valija es un montaje más, pero que más que cansancio causa una lata mayúscula, por lo que es preferible no prestar atención hasta que caiga por su propio peso. Además, es aconsejable observarla como una pieza más del séptimo arte que debe ser juzgada por sus efectos especiales más que por su veracidad o parecido con la realidad.

Otros asuntitos: 1) Es patético como algunos locutores en la radio abordan temas políticos con un desconocimiento vergonzoso que se manifiesta en comentarios soeces. Lo peor, es que ellos piensan que se la están comiendo y da tristeza su alto grado de ignorancia.

2) Ya basta con los motorizados que hacen lo que quieren en las calles y las avenidas poniendo en riesgo la vida de los transeúntes. Necesitan una sanción fuerte que los enseñe a respetar al prójimo.


isabelrivero70@hotmail.com]


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Isabel Rivero

Licenciada en Letras de la UCV. Estudios en Lingüística y Análisis del discurso. Articulista de opinión de UN de 2002 hasta 2013. En la actualidad, artìculista del Cuatro F, Ciudad Ccs y VEA .

 @isabelrivero70

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