Sería interesante que ahora cuando el gobierno está revisando la descentralización de puertos y otras instituciones, abriera una discusión en cuanto a cómo ha estado funcionando el aspecto comunicacional en las diferentes regiones del país.
Uno de los problemas estratégicos más relevantes que no ha podido solucionar el gobierno del presidente Hugo Chávez Frías, incluso, admitido por él mismo, es precisamente el comunicacional.
En 10 años del proceso bolivariano el Estado no ha sido capaz de implementar una política comunicacionl efectiva, y dudamos que pueda hacerlo, sino rompe las fuertes estructuras que sustentan la hegemonía y el monopolio de la comunicación en Venezuela.
Esta cuestión debe ser asumida como un problema de Estado, en el que debe involucrarse directamente el propio presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, quien ha demostrado ser un excelente estratega en el área, pero sabemos que eso no basta.
Si en algún sector el gobierno ha invertido recursos sin que esta inversión haya alcanzado un éxito medianamente proporcional a la misma es justamente en el campo comunicacional. Los resultados han sido pésimos, a pesar de ser un aspecto clave para la sustentación de cualquier proyecto político democrático.
Cómo refutar entonces que el presidente Chávez sea un fenómeno de la política, cuando a pesar de la implacable guerra mediática en su contra y el fracaso comunicacional de su gestión, ha podido no solamente seguir en el poder, sino mantener su credibilidad en la mayoría de la población venezolana. Preguntémonos entonces: ¿cuánto más no hubiera avanzado el proceso bolivariano si Chávez tuviera el respaldo de una política comunicacional acorde con las exigencias?
La política de comunicación debe ser entendida como un conjunto integrado, explicito y duradero de políticas parciales de comunicación, armonizadas en un cuerpo coherente de principios y normas dirigidas a guiar la conducta de las instituciones especializadas en el manejo del proceso de comunicación del país.
Cuando hablamos de política de comunicación no nos referimos únicamente a las acciones que el gobierno desarrolla explícitamente en este campo, sino al conjunto de prácticas que constituyen el sistema de comunicación social vigente en Venezuela, y que son extensivas al sector público y privado.
Comunicación es un proceso de integración social democrático, basado en el intercambio de símbolos, mediante el cual las personas comparten voluntariamente sus experiencias, solo en condiciones de acceso libre e igualitario, de diálogo y participación.
Es necesario pues, superar el concepto autoritario que percibe la comunicación como la acción de un emisor activo (medios) y un receptor pasivo (pueblo). Es imprescindible luchar contra el dominio y el monopolio de unos pocos sobre las fuentes, códigos y contenidos. Porque la comunicación es diálogo y convivencia, pero sobre todo, interacción entre sujetos libres, con derechos iguales hacia los recursos de la comunicación.
Pensamos que el gobierno no ha podido alcanzar una política comunicacional eficaz, entre otras cosas, porque sigue existiendo una articulación solapada entre algunas instituciones y la grupos económicos, que aseguran el monopolio de éstos sobre los medios ,y, lo que es peor, facilita el chantaje para que no se aplique la normativa vigente, que por lo demás es leonina, timorata, y no se cumple debido a los intereses en juego.
El primer paso que debe darse es entender la necesidad de cambiar la estructura vigente, y ponerlas en consonancia con las aspiraciones y necesidades de la mayoría de la población. En este caso, las políticas nacionales de comunicación solo tendrán sentido si son articuladas con las políticas, económicas y sociales que confluyen en el proyecto socialista.
Para que esto pueda ocurrir es prioritario que la formulación de la política comunicacional tenga el apoyo irrestricto del pueblo, de las organizaciones populares y sobretodo de los llamados medios alternativos de comunicación
Es imprescindible que el gobierno legisle, regule y supervise con autoridad y de manera adecuada, para facilitar que el pueblo tenga acceso, pero sobre todo, controle el uso de los instrumentos de comunicación, que están en manos de una oligarquía empresarial y financiera que los utiliza siemprea favor de sus más oscuros intereses políticos y mercantiles.
La política comunicacional del presidente Chávez ha cometido el error de centrarse básicamente en cómo comunicar la obra de gobierno, y en crear medios alternativos estatales (Teves, Vive, ANTV), muy malos por cierto, que en normar la actividad y cambiar las rígidas y perversas estructuras antidemocráticas en la que se sustenta el modelo actual.