También es una verdad que nunca había tenido nuestra especie tantas herramientas para poder conocerse mejor, transformarse o engañarse, ni había enfrentado, como lo hace ahora, la posibilidad de ser instrumento de su propia destrucción.
Quizás, creo yo, hablando de periodismo antiguo, de ese que se aprendía quemándose la carne en la calle, de ese que se hacia en los periódicos directamente, que cuando “alguien” sintetizó: “los medios son el cuarto poder”, los medios dejaron su esencia de su primer poder, el sentido humano de informar, para convertirse en grupillos de intereses políticos, organizaciones de poder económico mundial, e ideologías furibundas que solo conducen al desastre del hombre. No me explico porque el periodista de instrumento de la libertad de expresión, se vende al postor que lo manipula y lo somete a la esclavitud de la desinformación, hoy, todo lo contrario de lo que estudio y de lo que aprendió en la escuela de comunicación social.
En Venezuela sucede hoy que son los medios los que han instaurado una dictadura al censurar y clasificar según ellos la información que debe llegar a la sociedad, ellos agreden, injurian, vilipendian, falsean libre y descaradamente, sin permitir un desmentido. El periodista vive sobre una presión que lo imposibilita ser el investigador, para tornarse en un asaltante de la noticia, no gozan de la libertad para ejercer sus funciones y su profesión. Esa presión, observamos claramente que viene políticamente de un enorme poder económico, emana de un entorno hostil al libre ejercicio de esta maravillosa profesión.
El trabajo del periodismo de investigación única forma de construir una verdadera y original noticia, única que no subordina el reportero al capricho del amo del medio, esta frenado, solo se puede decir lo que esta trazado dentro de las estrategias de estos enemigos de la información.
Venezuela desde su nacimiento, de que lo trajo Bolívar, fijó su posición: la libertad, y nos enseñó que esa libertad estaría mejor salvaguardada cuando los que ejercieran esa profesión debían de mantener el sentido mas elevado de su responsabilidad profesional.
Venezuela se preocupa por dar y tener noticias porque es el único modo de existir entre libertad y comunicación.
No obstante, vemos una conducta totalmente adversa, no se ajusta a la garantía ética de la profesión y por lo tanto adolecemos de una información honesta y veraz, aquí las informaciones se hacen en sendos laboratorios por quienes son hoy en día propietarios de los medios, esto lo estamos palpando toda la sociedad venezolana.
Es imposible ser cómplices y que se permita que los medios se conviertan en vulgares partidos políticos. El periodista de ayer, de hoy y del futuro tiene la verdad como norma irrenunciable.
Es un profesional que tiene que respetar la vida privada de los demás por lo tanto está obligado a darle el tratamiento ajustado a la dignidad, la discreción y la veracidad que se merece la vida privada de cualquier venezolano.
Las técnicas amarillistas, los dimes y diretes, los soeces insultos y el descaro de acusaciones falsas, los rumores y las noticias no confirmadas, son deformaciones que no se pueden aceptar, esto afecta el periodismo y lo convierte en un ente desequilibrado manejado por irresponsables que solo buscan ventajas personales, en perjuicio colectivo. En realidad tenemos que admitirlo: Los medios están en crisis, a menos que nos vengan con el cuento de que ese es el periodismo pos-moderno.vrodriguez297@hotmail.com