De Renny Ottolina a Diosdado Cabello

Renny Ottolina, más vigente que nunca

El ícono de muchos explotadores actuales de los medios radioeléctricos, que hoy, ante la aplicación de la Ley vigente, llaman hasta el golpe de estado, escribió hace 29 años, una verdad que hoy es indiscutible. Si lo consideran conveniente, les transcribo algunos párrafos interesantes y totalmente vigentes. ¿Que dirán algunos medios sobre las opiniones del Número Uno, que era Chavista…?

Juicio a la televisión venezolana, Revista Resumen, Nº 346, 22 de junio de 1980, Renny Ottolina:

“La revista Semana me ha solicitado que enjuicie la televisión venezolana.

Una persona ignorante frente a una persona con conocimiento es, en cierta forma, como un niño. Ese « grueso del público» famoso es el niño. Me llena de tristeza ver que se engañe a un niño, porque lo que la televisión venezolana está diciendo a su pueblo no es toda la verdad de la vida: la vida no es solamente gritería, la vida no es que sea normal el que nazcan niños de padres desconocidos. La vida tiene valores que son los que la televisión venezolana no está enseñando al niño. No se puede ni se debe pagar el rating a costa de la dignidad del venezolano y lo que patrocinantes, agencias y estaciones no han llegado a preguntarse todavía es si no venderían más los productos anunciados o por lo menos en igual cantidad, destacando valores positivos en lugar de exaltar los aspectos negativos de la vida. Y no es tan complicado. Ni siquiera es difícil.

La televisión tiene una influencia en el hogar mucho mayor que la de cualquier otro medio de comunicación masiva. Su fuerza es terrible. Esa fuerza implica una mayor responsabilidad. Quien no sabe asumir esta responsabilidad no está a la altura de la fuerza de la cual dispone. Es hora de que la televisión venezolana esté a la altura de su fuerza. Es hora de que la competencia entre estaciones cese en su lucha por demostrar quién puede ser el más vulgar de todos. Es hora que la competencia sea para ver quién puede lograr el mayor respeto, el mayor aprecio y el mayor cariño de la comunidad venezolana. Los patrocinantes no deben pagar programas donde haya situaciones que vayan en contra de la dignidad familiar ni aquellos que puedan deformar la percepción que los niños deban tener de la vida. Las agencias de publicidad tienen la obligación de no recomendarlos las estaciones de televisión tienen el deber de no producirlas…

Yo predigo que la televisión venezolana se irá hundiendo cada día más, en su mar de irresponsable vulgaridad con la única consecuencia de provocar la intervención del Estado. Y tendrá que intervenir el estado atendiendo el clamor de los hombres y mujeres responsables del país, que cada día hacen sentir más fuerte su voz de justa protesta”.

Más claro no canta un gallo, por eso era el Numero UNO,

maos42@cantv.net


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Miguel Antonio Osío Sandoval


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