No se requiere ser político o matemático, obrero o campesino, estudiante o intelectual, homosexual o prostituta, marginado o lumpen proletario, medio rico o pobre, marxista o religioso, ateo o sacerdote, cuerdo o loco, para apreciar los avances o retrocesos de un proceso político-económico en un país. Simplemente, se necesita ser persona con sentido común. No voy a ocuparme, para nada, de los logros alcanzados por el pueblo venezolano bajo el gobierno del camarada Chávez. Esos logros, que antes eran dolores y ahora son libertades conquistadas por las mayorías sociales, hablan por sí solos. Sin embargo, hasta ahora y por ahora, en todas las naciones del planeta Tierra existen personas que se hacen los ciegos para no ver y oídos sordos para no escuchar, aunque jamás dejan de reconocer que tienen manos para agarrar todo lo que les beneficie. De esa manera, muchos –es la verdad- venezolanos y venezolanas se empecinan en negar los logros que ha hecho realidad el camarada Chávez para el pueblo venezolano. Eso importa tomarlo en consideración pero para el caso de este escrito, eso no importa.
No hay que ser chavista y, mucho menos, marxista, para considerar o entender que hay una obra –idea hecha realidad- monumental del gobierno del camarada Chávez. No es propiamente comunista la obra pero sí se acerca al sentido socialista de la vida socioeconómica. ¿Saben a qué me refiero?: a MERCAL. Esta obra es eminentemente economía concentrada, por lo tanto es política revolucionaria. Entre sus aspectos esenciales, implica dos razones humanitarias de la vida social: alimentación y salud. Sin esos dos elementos, la vida no vale nada, como lo dice una canción mexicana. Se puede andar descalzo, desnudo y dormir a la intemperie, por lo menos, en determinadas circunstancias que permitan los factores climáticos pero andar con el estómago pegado a la espalda de tanta hambre y sudando frío con un insoportable dolor de cabeza producto de unas tripas que chillan violentamente exigiendo alimentos, no lo soporta naiden, como le diría el escudero Sancho Panza al comandante de las fantasías y patrón de no cancelar salario por mano de obra contratada, don Quijote de La Mancha, los manchados y los sin manchas.
Repito: MERCAL es una obra monumental del gobierno del camarada Chávez. Es, en mi humilde opinión, la mejor defensa que ha tenido el proceso bolivariano ante tantas campañas mediáticas de desprestigio y desinformación adelantadas por sus enemigos internos y externos.
No vamos a discutir, negar o escabullir el bulto negando las debilidades o irregularidades que se han cometido en MERCAL, lo cual jamás ha sido responsabilidad del camarada Chávez, quien no puede pagar platos rotos por lo errores de quienes han tenido la responsabilidad y los recursos necesarios para que MERCAL –actualmente- brillara con luz propia en todos los rincones del país. Sin embargo, a pesar de las deficiencias que quieran señalar los opositores a MERCAL, éste ha logrado que coman bien los que antes comían mal y poco, muy mal y poquísimo, malísimo y casi nada, y los que no comían y se acostaban para sufrir de las pesadillas del hambre y del dolor.
Las campañas mediáticas que sustentan sus informaciones en una cantidad determinada de dinero –lógicamente superior al sueldo mínimo- para la dieta básica tendrán razón si toda la población adquiriera o comprase los alimentos en los grandes centros de comercialización de los mismos donde, de paso, se produce el nivel más alto de especulación a los del campo de la demanda y, donde por cierto, los más afectados son los de menores recursos económico o monetarios.
No es mentira, por ejemplo, que lo que se compra con doscientos bolívares fuertes en un supermercado privado se obtiene en MERCAL con cincuenta bolívares fuertes; es decir, los precios en el primero son 300, 400 y hasta 500% más elevados que los precios de los alimentos en el segundo. Particularmente, mis camaradas me llevan mercado de MERCAL y me resulta suficiente para varias semanas y hasta comparto con vecinos que viven la pobreza de manera estoica, porque no van a MERCAL ya que sobreviven de la venta de sus cosechas muy pequeñas y –como si el Diablo anduviera suelto haciéndoles daño- la mayor de las veces los rigores de la naturaleza (especialmente el invierno) son inclementes con sus esperanzas de recolectar un dinerito para satisfacción de sus primarias necesidades y dejar algo para volver a invertir en otra siembra. Siempre pregunto a los camaradas ¿cuánto gastaron? Y cualquiera se queda loco con la respuesta: “Trescientos bolívares fuertes”. Por cierto y no es campaña contra nadie: cuando esto escribo, la carretera que comunica La Escalera con las Lomas de Cubiro está prácticamente desaparecida, las lluvias la partieron por la mitad, los huecos parecen abismos sin fin y las cosechitas perdidas. Nosotros, por ejemplo, los de El Pueblo Avanza (EPA), perdimos por completo las cuatro hectáreas de café que tenemos sembradas. Por cierto, ni los alcaldes bolivarianos ni ningún funcionario de sus alcaldías se han hecho presentes para enterarse del drama que viven la comunidades (fundamentalmente) entre Zancudo, Salvaje y La Escalera. Aun así, si fuesen los candidatos a ser reelegidos en sus alcaldías, votaríamos por ellos, simplemente, por no fallarle al camarada Chávez si decide por candidatearlos.
Bueno, me salí de MERCAL que es lo que más interesa. En MERCAL no sólo compran lo pobres, los que ganan salario mínimo y, además, reciben bonos alimenticios de cesta-ticket sino, también compran miembros de las clases medias, dueños de negocios y más de una señora que se quita el copete para que no le identifiquen su posición de clase alta. ¿Por qué lo hacen?: porque en MERCAL se venden mercancías o alimentos muy baratos y de alta calidad. ¿Si o No?
Bueno: para finalizar: la existencia de MERCAL y la realidad de que allí el salario o el dinero goza de su capacidad de valor real y no es ficticio, de que nos pone a comer y muy bien, es una razón fundamental para que defendamos esa obra y naiden no las quite mientras llegue el comunismo avanzado donde, sin duda alguna, trabajaremos de acuerdo a nuestra capacidad y tendremos derecho a obtener todos los productos para satisfacer nuestras necesidades materiales y espirituales. Se le dirá adió para siempre a la explotación de clase y del hombre por el hombre como chao bambimo como a todos los fetiches capitalistas incluyendo el dinero.
¡Viva MERCAL! ¡Defendamos a MERCAL votando por el camarada Chávez el 7 de octubre!