Si el patiquín de los años 80, aquel que cual muñeco de torta, trajeado de blanco, cuando era gobernador de Caracas, salía bastón en mano, como cualquier modelo de pasarela a exhibir su narcisismo por la plaza Bolívar, el mismo que cobró enorme comisión cuando compró los buses con piso de cartón, si este, ahora después de varias décadas, con muchas visitas al cirujano plástico, tuviese capacidad de razonamiento, se hubiese quedado como en la cédula, pues ya se sabe que no va a ser capaz de probar el origen de la propiedad de las tierras en las que se ubica la llamada Hacienda Las Carolinas y que como muchas otras extensiones fueron tomadas durante la IV, de manera irregular para convertirlas en sitios de veraneo, como en este caso, con instalaciones cinco estrellas, y un grupo de venezolanos explotados y mal pagados.
El gobierno haciendo honor a lo que dispone la Constitución y la Ley de Tierras procedió a tomar la Hacienda porque comprobó que allí no se estaban aprovechando para nada los recursos para contribuir con la solución del problema agroalimentario, pastos inexistentes, ganado mal alimentado, muchos de ellos muertos y una cadena titulativa ilegal, que no aguanta una revisión pues se probaría que no existe un propietario original, que no sea otro que el Estado y en ningún documento consta que el Estado se haya desprendido de esa propiedad, por lo que se está haciendo es un simple rescate de tierras ocupadas ilegalmente.
Dieguito, que se cree aun con el poder que disfrutó a manos llenas en la Cuarta, con ínfulas de prepotencia, ante los medios aparece como un retador de quien él llama “el teniente coronel” y de plano rechaza cualquier arreglo; pues bien, le queda al gobierno hacer valer los derechos del pueblo, y tomar esos terrenos para que produzcan lo que nunca hicieron para contribuir a la solución del déficit agroalimentario por cierto heredado, de personajes como él, que en la cuarta, acabaron con la economía venezolana y se repartieron al torta, uno de cuyos pedazos que es precisamente la Hacienda “Las Carolinas” le tocó a quien hoy viene alzado, a reclamar lo que nunca fue suyo.-
POBRE ACADEMIA
La inteligencia del oposicionismo, está tan cuestionada y de capa caída, que cada día lo que hacen es aportar más elementos para que los venezolanos revolucionarios nos avergoncemos de no tener un interlocutor válido y con credenciales en el sector que funge como enemigo del estado de cosas que el pueblo se ha dado libre y democráticamente.
Por ejemplo: ¿Quien les va a creer que el tan anunciado paro de profesores, tiene en verdad asidero en la realidad?; son tan cabeza de chorlito que se les olvida que todo lo que hagan tendente a protestar, exigir, soliviantar, calentar las calles etc. les va a resultar ineficaz pues todo el mundo sabe que estamos en un año electoral y que tales escarceos, tienen como fin buscar interesar a quienes aun no deciden su voto y nadie les va a creer que lo que buscan son reivindicaciones, mayor presupuesto etc., ya que para que tengan algún derecho lo primero que deberían hacer es exigir rendición de cuentas a las autoridades que ellos mismos eligieron, todos sabemos cómo, precisamente, sin la participación de la mayoría de la comunidad Universitaria..-
Es decir, en resumen, nuestros académicos, tienen tan poca visión que escogen el peor momento para llamar a un paro que de paso les fracasó.-
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