LA CONSTITUCIÓN DE 1961 TAMPOCO CONTEMPLABA
EXPRESAMENTE EL CAPITALISMO
Hace poco tiempo advertimos a Heinz Dieterich y a Henri Falcón acerca de la imposibilidad que existe en la Venezuela actual de construir un centro político en medio de una transición dominada por la contradicción capitalismo – socialismo, y con un liderazgo tan fuerte como el de Hugo Chávez.
También señalé que, a propósito de lo ya expresado, los esfuerzos políticos para construir dicho centro terminan desplazándose indefectiblemente hacia el discurso y la praxis de las fuerzas capitalistas antichavistas.
En escaso tiempo la vida ha terminado dándonos la razón. Quien tenga alguna duda lo invitamos analizar la declaración dada por Henri Falcón, nuevo líder de la Dirección Nacional del Partido Patria para Todos, al Diario El Universal, en fecha domingo 13 de junio de 2010, en el cual utiliza sin más el mismo lenguaje de la derecha antichavista.
Antes de entrar al análisis detallado de las opiniones emitidas por Falcón digamos que las mismas reflejan, de entrada, el empobrecimiento intelectual de los factores que adversan el actual proceso político que conduce Hugo Chávez. No existe nada nuevo, ningún concepto que refiera una ruptura con la tradición política de la socialdemocracia adeca o el socialcristianismo venezolano, que lo lleva a uno a “preferir” la existencia de Rómulo Betancourt y Rafael Caldera, porque al menos calzaban los puntos intelectuales que sus actuales seguidores jamás tendrán.
Entrando en materia tenemos que, para Henri Falcón al igual que Julio Borges, Henri Ramos Allup, Eduardo Fernández y Álvarez Paz, la vigente Constitución Bolivariana de 1999 “no habla de socialismo”. Esta es la primera perla que suelta el ideólogo nacional del PPT.
La pregunta obligada: ¿la Constitución de 1961, elaborada políticamente por Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, Jóvito Villalba, entre otros, hablaba expresamente del capitalismo? Hay en su texto alguna norma que definiera como Capitalista a la sociedad que se construyó en Venezuela desde 1961 hasta 1999?
Sin embargo, la ausencia de tal definición no limitó para nada la elaboración de los planes quinquenales desde CORDIPLAN en los cuales, inspirados en tal Constitución, lo que se construyó fue Capitalismo de Estado puro hasta el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, y Capitalismo Neoliberal desde 1978 hasta 1998.
Rómulo Betancourt, padre y madre del Capitalismo de Estado rentístico y keynesiano, ya en 1954, en su libro Venezuela Política y Petróleo se había declarado partidario de la visión económica keynesiana, la cual se aplicó en Venezuela, al menos, en los tres primeros gobiernos de la era democrático- representativa.
Entonces, Falcón y el PPT ¿por qué establecer ahora una relación vinculante entre Constitución y Socialismo como modelo económico – social, si la Constitución del 61 que inspiró el desastre creado en 37 años por AD y COPEI, no estableció tal vínculo normativo con el capitalismo?.
El problema verdadero es que, quienes no se asumen como socialistas buscan este subterfugio constitucional para cuestionar el modelo económico que estamos construyendo. A esto llega directamente Falcón cuando a la pregunta:
“…se siente socialista”. Responde: “no, me siento constitucionalista, venezolano, pero soy un hombre con convicciones de izquierda…”
Tamaño enredo teórico e ideológico el de Falcón, que imagino desató la furia de algunos cuadros del PPT que todavía se autodefinen, incluso, como comunistas.
Henri Falcón dice no ser socialista. Y al no tener ninguna definición ideológica sólida, termina siendo capitalista como consecuencia del mismo constitucionalismo hacia el cual se repliega.
La confusión es de tal magnitud por aquello de ¿cómo se puede ser de Izquierda (en la tradición política del término) y no ser socialista?. Entonces, la Constitución de 1999 es de Izquierda y no es capitalista ni tampoco socialista. Por esta vía llegamos a la conclusión de que tal Constitución la elaboraron ángeles asexuados, hombres y mujeres neutros y neutras, y que sus normas no expresan ninguna ideología.
La confusión del flamante ideólogo pepetista se hace monumental cuando remata diciendo:
“…decidimos, sí, afianzar nuestro criterio sobre el avance hacia un modelo de país en el marco de una constitución que contempla el proyecto de vida que soñamos…creo que buena parte de los problemas que padecemos tienen sus soluciones en ella…”
Las Constituciones no son “proyectos de vida del sueño de nadie”. Esto es una definición demasiado bobalicona. Las llamadas Cartas Magnas son en realidad documentos políticos que señalan el rumbo de un país pensado por hombres y mujeres en un momento político determinado, en el cual se impone la concepción de quienes dominan ese momento histórico. Para Juan Jacobo Rousseau era un pacto social general, un contrato social que reflejaba la voluntad general de los hombres viviendo en sociedad.
En muchos de sus aspectos la Constitución de 1999 es contradictoria en virtud de que es reflejo de las contradicciones surgidas en el inicio de una transición convulsionada, con la coexistencia de fuerzas de Derecha que hoy no están en el campo chavista y que trataron de imponer el rumbo del proceso. En muchos aspectos hubo que dar concesiones, en otros se fue a fondo, pero en lo esencial se impuso la concepción más progresista que domina su texto, a pesar de los gazapos.
Ciertamente la Constitución de 1999 no es socialista, como no era capitalista la del 61, pero la del 99 permite asumir parte de sus normas para avanzar en la elaboración de leyes de naturaleza socialista.
Déjame decirte Falcón que la Constitución vigente habla de “justa distribución de la riqueza” y este principio es totalmente contradictorio con el capitalismo, porque este modo de producción se fundamenta en la más injusta distribución y apropiación de la riqueza producida por toda la sociedad. Y si me respondieras que la Constitución del 61, contiene este precepto (aunque muy atenuado) te diré que, precisamente, la pobreza que encontramos en la Venezuela en 1998 del 54% de la población, que debió al sistema capitalista que se desarrolló desde 1961 impidiendo dicha justa distribución de la riqueza.
Por cierto, la Constitución de 1961 representó una tremenda involución respecto de la de 1947 en lo relativo al contenido de las normas que hablaban acerca del papel del Estado en la economía y el problema de la producción y reparto de la riqueza.
De modo que no basta con decir que la Constitución es un sueño de vida, es necesario un modelo económico definido, socialista, para que tales sueños se conviertan en realidad, y esta realidad, está situada más allá de las normas constitucionales. De tal forma que definirse personalmente como constitucionalista, sin afirmar qué se es en términos del ejercicio de la práctica política y económica si capitalista o socialista es una tremenda estupidez conceptual, o una forma eufemística de evadir la toma de partido, con lo cual se termina siendo partidario del capitalismo porque hasta ahora el ser humano no ha inventado otra forma de organizar la sociedad. O la organiza bajo principios socialista, o la organiza sobre los fundamentos del capitalismo.
Otro dato. Falcón habla bien de las misiones sociales, y la pregunta que debemos hacerle es: ¿son las misiones constitucionales? ¿dónde, en qué norma están expresamente establecidas? Ahora, son o no una forma efectiva y directa de justa distribución de la riqueza?.
La verdad es que las opiniones de Falcón constituyen un monumento al menjurje ideológico. Veamos el siguiente párrafo:
“… Qué estamos viviendo_... La construcción de un Estado sobre un sistema que se diluye y eso no está previsto en una Constitución que habla de participación e inclusión como elementos básicos para la consolidación de una verdadera democracia”.
Es difícil determinar que quiere decir Falcón con este párrafo. Intentemos descifrarlo.
¿Cuál es el sistema que se diluye? Si te refieres al capitalismo, que es el único sistema que hemos conocido en Venezuela y que todavía existe en mucho, te diremos que no es que se está diluyendo, lo estamos desmontando. Aquí está el meollo del asunto: a Falcón le preocupa la disolución del sistema, porque sí como el señala no existe el socialismo, debemos inferir que se está refiriendo al capitalismo. Agrega que “se está construyendo un Estado sobre el sistema”. No es exacto. Lo que se está haciendo es utilizar el Estado, otro tipo de Estado también en construcción, como instrumento para disolver el sistema capitalista. Que esté o no previsto en la Constitución, no es el problema como ya lo hemos aclarado suficientemente. Falcón debió decirlo claramente: él está en desacuerdo con que se desmonte el sistema capitalista, y con el hecho de que se utilice el Estado para tal fin. Pero… Falcón, las transiciones son así, lo que se utiliza es el poder del pueblo, es decir, la fuerza de masas en movimiento político permanente y el poder de las instituciones del Estado, sólo con ambos instrumentos se puede hacer una Revolución profunda. Esto lo saben perfectamente algunos comunistas que todavía quedan dentro del PPT.
Sí, es verdad que la Constitución habla de inclusión y participación. Haber incluido cerca de 4 millones de niños que hoy comen en las escuelas Bolivarianas. 600 mil personas en las misiones Ribas y Sucre. 400 mil personas que hoy gozan de una pensión digna, 200 mil Madres del Barrio que reciben el 80 % del salario mínimo. 900 mil que consumen alimentos en las Casas del Barrio. 15 millones que compran alimentos subsidiados en MERCAL y PDVAL. La existencia de 60 mil Consejos Comunales con sus Bancos Comunales. Haber creado la más grande red de salud de la historia de Venezuela, la red Barrio Adentro. Alfabetizado 1.200.000 personas. Todo esto tiene dos nombres: inclusión y participación. Negarlo es condenarse al fracaso político permanente, porque la realidad está allí, y no es posible ocultarla con la mentira discursiva.
El broche de oro de estas declaraciones de Falcón lo constituye, la evocación a la sacrosanta división de poderes, y sus aspiraciones presidenciales. Veamos:
“…El equilibrio de poderes se perdió, el poder es ahora uno solo…”
“…No puedo decir que de esta agua no beberé, pero ahora no tengo sed…Cualquiera tiene derecho, pero ese no es el objetivo inmediato...”
No existe en Política concepto más burgués que la división de poderes. La ficción de independencia en el funcionamiento de los poderes del Estado es el fundamento de la democracia representativa, que junto a la economía de mercado, y la ilimitada libertad individual, integran la trilogía de la visión burguesa occidental, de su modo civilizatorio, por lo menos de los últimos 400 años.
En Venezuela esta división e independencia de poderes no existió nunca en los gobiernos burgueses de la cuarta República. Lo que hubo fue una distribución concertada de poderes. Cuando AD tenia la Presidencia de la Republica COPEI ocupaba la Corte Suprema de Justicia y la Presidencia del Congreso. A los banqueros, les daban el Banco Central de Venezuela, a la Burguesía comercial importadora el Ministerio de Hacienda y el de Agricultura, para que quebraran a los pequeños y medianos productores del campo, y se justificara la importación de todo: la economía de puertos.
Es decir, en Venezuela lo que hubo fue, Falcón – PPT, una caricatura de division de poderes, una caricatura burda del modo civilizatorio burgués, sobre todo, porque en Venezuela nunca ha existido burguesía propiamente dicha.
Y en cuanto a las aspiraciones Presidenciales, estimo que debes comenzar a prepararte, a formarte intelectualmente porque este pueblo venezolano ha avanzado políticamente en estos 10 años de Revolución, y creo difícil que con el arroz con mango que tienes y exhibes perfectamente en la declaración que hemos analizado, puedas llegar a ser un serio competidor para Hugo Chávez y las fuerzas que lo acompañan. Con un programa tan confuso como el que dejas traslucir una candidatura Presidencial a tan solo dos años de tal evento, te queda muy grande. No tendrás tiempo de prepararte. En política no hay milagros.
Una última reflexión: considero que a los cuadros nacionales que quedan en el PPT, partido que todavía se define como socialista y humanista (por cierto definición propuesta por mi y aprobada en una Asamblea Nacional con mucha resistencia) le costara mucho digerir estas nociones de quien ahora es integrante de su Dirección Nacional en calidad de líder prominente. ¿Que estarán pensando algunos que dentro del PPT criticaban al Presidente Chávez cuando no se definía como socialista o comunista? ¿qué estarán pensando las bases sociales chavistas del PPT, se dejaran dirigir por quien dice que no es socialista, e inventó la categoría de constitucionalista, nuevo espécimen de la comunidad de defensores del sistema capitalista que estamos empeñados los revolucionarios en desmontar, con Hugo Chávez a la cabeza?.
¿Cómo puede conciliarse esta contradicción en el seno de un partido que se dice socialista, que habla de socialismo ético y productivo?
Las bases del PPT deben estar pensando que los curules de uno u otro dirigente que eventualmente pudieran conquistar en septiembre (aunque lo dudo mucho) les está saliendo caro desde el punto de vista ideológico e histórico. Al final de todo, deberían interrogarse si valdrá la pena, o si como dijo Falcón es verdad que “la política es el arte de sumar”, sin importar que se suma y sin medir que el resultado de la suma puede convertirse en una resta total. Veremos el desarrollo de los acontecimientos.
Caracas, 16 de junio de 2010
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